/ lunes 15 de febrero de 2021

Economía 4.0 | El mensaje del empleo

La primera señal del 2021 fue clara: la precarización del empleo formal sigue avanzando porque la recesión del 2020 dejó una herencia adversa para el bienestar social.

De acuerdo con las cifras del IMSS en enero solo se generó empleo temporal, México creo menos de 48 mil empleos y todos fueron eventuales.

Ello significa que la economía 16 del mundo, la segunda de América Latina no tuvo la capacidad de crear empleo permanente para los mexicanos que requieren una fuente de ingresos estable para darle tranquilidad a sus familias, algo que no había ocurrido desde el 2014, cuando se perdieron más de 22 mil empleos permanentes.

Lo descrito es contrario al requerimiento de un millón de empleos que deben generarse para cubrir las necesidades asociadas al crecimiento de la población.

De igual forma muestra que la economía nacional aún no se encuentra en la dirección adecuada para recuperar los 650 mil empleos formales que se perdieron durante el 2020.

La débil creación de empleo refleja el entorno que viven las empresas, es decir, refleja la perspectiva que el sector productivo tiene para la primera parte del 2021: como lo muestran las estadísticas de confianza empresarial la mayor parte de las unidades productivas consideran que no es el momento adecuado para invertir.

Las estadísticas del IMSS también se encuentran alineadas con los últimos reportes del INEGI en materia industrial: el sector fabril retrocedió 10% en 2020, una cifra no observada desde 1995.

La industria acumula 22 meses de caídas consecutivas (26 en los últimos 27 meses) y dos de sus cuatro grandes componentes exhibieron una minusvalía de doble dígito: la construcción de (-) 17.2% y las manufacturas de (-) 10.0%.

Se debe resaltar que la situación de la construcción no sólo es atribuible a la coyuntura del COVID-19: acumula 23 meses de caídas consecutivas y 28 en los últimos 29 meses.

Las obras de ingeniería civil son las más afectadas al sumar 30 meses con retrocesos y 61 en los últimos 64 meses. Su promedio de variación en dicho periodo es de (-) 11.3%.

Por su parte los trabajos especializados para la construcción presentan 25 meses con variaciones negativas y la edificación contabiliza 21 minusvalías en 22 meses.

El entorno que se vive en el sector de la construcción es contrario al mecanismo de reactivación económica que se implementa en la mayor parte de los países que cuentan con una estrategia exitosa: la infraestructura es la columna vertebral del fomento a la inversión y generación de empleo.

La debilidad del sector de la construcción sintetiza lo que se vive en otras áreas de la economía que han pospuesto o cancelado parte de sus proyectos de expansión.

En el caso de las manufacturas se observan algunas señales positivas de reactivación, no obstante, debe mencionarse que fundamentalmente son las asociadas con las exportaciones: en esencia dependen del vigor de la recuperación en Estados Unidos.

Sin una estrategia de fomento al contenido nacional los beneficios iniciales de las exportaciones se atenuarán conforme se incrementen las importaciones de insumos intermedios y de maquinaria y equipo. Representa el círculo vicioso del modelo maquilador mexicano.

Por ello debe valorarse con cuidado el mensaje del mercado laboral: sin mayor inversión y fomento a lo Hecho en México el crecimiento del empleo será inercial, vinculado a un ingreso inferior a 3 salarios mínimos y probablemente asociado a la informalidad. La reconstrucción de México requiere un programa integral de recuperación económica.

La primera señal del 2021 fue clara: la precarización del empleo formal sigue avanzando porque la recesión del 2020 dejó una herencia adversa para el bienestar social.

De acuerdo con las cifras del IMSS en enero solo se generó empleo temporal, México creo menos de 48 mil empleos y todos fueron eventuales.

Ello significa que la economía 16 del mundo, la segunda de América Latina no tuvo la capacidad de crear empleo permanente para los mexicanos que requieren una fuente de ingresos estable para darle tranquilidad a sus familias, algo que no había ocurrido desde el 2014, cuando se perdieron más de 22 mil empleos permanentes.

Lo descrito es contrario al requerimiento de un millón de empleos que deben generarse para cubrir las necesidades asociadas al crecimiento de la población.

De igual forma muestra que la economía nacional aún no se encuentra en la dirección adecuada para recuperar los 650 mil empleos formales que se perdieron durante el 2020.

La débil creación de empleo refleja el entorno que viven las empresas, es decir, refleja la perspectiva que el sector productivo tiene para la primera parte del 2021: como lo muestran las estadísticas de confianza empresarial la mayor parte de las unidades productivas consideran que no es el momento adecuado para invertir.

Las estadísticas del IMSS también se encuentran alineadas con los últimos reportes del INEGI en materia industrial: el sector fabril retrocedió 10% en 2020, una cifra no observada desde 1995.

La industria acumula 22 meses de caídas consecutivas (26 en los últimos 27 meses) y dos de sus cuatro grandes componentes exhibieron una minusvalía de doble dígito: la construcción de (-) 17.2% y las manufacturas de (-) 10.0%.

Se debe resaltar que la situación de la construcción no sólo es atribuible a la coyuntura del COVID-19: acumula 23 meses de caídas consecutivas y 28 en los últimos 29 meses.

Las obras de ingeniería civil son las más afectadas al sumar 30 meses con retrocesos y 61 en los últimos 64 meses. Su promedio de variación en dicho periodo es de (-) 11.3%.

Por su parte los trabajos especializados para la construcción presentan 25 meses con variaciones negativas y la edificación contabiliza 21 minusvalías en 22 meses.

El entorno que se vive en el sector de la construcción es contrario al mecanismo de reactivación económica que se implementa en la mayor parte de los países que cuentan con una estrategia exitosa: la infraestructura es la columna vertebral del fomento a la inversión y generación de empleo.

La debilidad del sector de la construcción sintetiza lo que se vive en otras áreas de la economía que han pospuesto o cancelado parte de sus proyectos de expansión.

En el caso de las manufacturas se observan algunas señales positivas de reactivación, no obstante, debe mencionarse que fundamentalmente son las asociadas con las exportaciones: en esencia dependen del vigor de la recuperación en Estados Unidos.

Sin una estrategia de fomento al contenido nacional los beneficios iniciales de las exportaciones se atenuarán conforme se incrementen las importaciones de insumos intermedios y de maquinaria y equipo. Representa el círculo vicioso del modelo maquilador mexicano.

Por ello debe valorarse con cuidado el mensaje del mercado laboral: sin mayor inversión y fomento a lo Hecho en México el crecimiento del empleo será inercial, vinculado a un ingreso inferior a 3 salarios mínimos y probablemente asociado a la informalidad. La reconstrucción de México requiere un programa integral de recuperación económica.