/ sábado 4 de diciembre de 2021

El esplendor de La Quina (II)

Por Miguel Reyes Razo

No apareció ese día en Tampico el periódico "El Mundo". Ese uno de junio de 1971 vivía el último de una larga huelga. Don Salvador del Río -su director- la avivaba desde hacía ya muchos meses. Esperaba ganarla esa fecha. Y festejar la visita del Presidente Luis Echeverría a la editorial propiedad del señor Mauricio Berjún. El indiscutible líder petrolero Don Joaquín Hernández Galicia estuvo del lado de los reporteros y trabajadores de "El Mundo". Era entonces muy amigo de Don Salvador del Río.

"Me apodaron "Quina" porque de niño mi mamá me nutría y vigorizaba con un tónico muy popular que tenía la marca Quina LaRoche. Como la Emulsión de Scott. Y el "Perehphar Tónico Vitaminado". Contestó cuando le interrogué sobre el origen del mote. "Y luego por Joaquín. "Quina" se le ocurrió a alguno. Se hizo costumbre."

Ocurría nueve años después del "Día de la Marina" del 71. ¿De quién se podía decir lo que el haragán de Ciudad Madero gritó. ? Mi Jefe de Información en "El Universal" me contuvo. "No quiero, no le conviene a usted entrevistar a ese personaje. Conozco muy bien el mundo obrero." Eso advirtió mi inolvidable Maestro Don Mario Santoscoy.

"Conseguí la entrevista. Voy a conocerlo. No tengo compromiso de nada, Conversaré con él. Si sale algo...

Amable -agudo, bien relacionado intermediario- me ayudó. Escribió una carta. Iba más o menos así. "Querido compadre. Carlos Monsivais y Miguel Reyes Razo te van a entrevistar. Te ruego les digas la verdad. Te pido no mientas. Tu compadre..."

Y fui a Ciudad Madero. Carlos Monsivais, no. Llegué a su casa. Esperé horas. Me doblegaba el cansancio de la espera y la desmañanada cuando vigorosos coros ribeteados por aplausos estremecieron el mediodía, disiparon el sopor.

"Joa-quin...Joa--quín...Joa-quín

"!Que Viva La Quina,,,Que Viva La quina...

Era un hombrecito muy delgado -poco menos que en los huesos- que de detrás de sus anteojos contemplaba a una muchedumbre que compacta, educada celebraba idéntica alegría. Sección del Sindicato De Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. ¿La 36?¿Acaso la 34? "Averiguelo, Vargas! Risas, contorsiones, giros. Felicidad. Los petroleros agradecían a su dirigente los términos de un nuevo contrato colectivo de trabajo.

Vestía un sencillo conjunto muy a la moda y al clima de su terruño. Camisola de manga corta. Prenda de algodón con bolsillos laterales. Repletos estos de nueces, almendras, avellanas, pistaches. Sonreía y engullía Don Joaquín Hernández Galicia.

De entre muchos -muchísimos ayudantes o guardaespaldas o pistoleros- eligió a este, a aquel, al de más allá. Había más de treinta transportes en los inmensos cobertizos de su casa, Camionetas Econoline. Automóviles "Galaxie 500". Camionetas. Pic-up. Transportes afinados, aceitados, encerados, Listos.

"!Vámonos, Razo, -me dijo y subí a la pick-up que él mismo manejó. "Voy a llevarte con mi gente. Ah -fingió recordar: Te advierto que si en tu reportaje tu me llamas a mi o te refieres a mi como "cacique de los petroleros", yo diré que eres un ambicioso muy corrupto...¿Qué te parece?"

Exhibía su poder. DE "golpe y porrazo" rechazaba la presencia o auxilio del colaborador designado. Hombres con "estuches de violín". Individuis de biceps deliberadamente presumidos. Músculauras tensa, vigorosas, voluminosas cruzadas por redes de venas. Hércules tropicales. Procuraba su seguridad. Elegía. Disciminaba. "Tú, sí...Tú no...

Lo envolvía la muchedumbre. Trabajadores de campo. Granjas del sindicat. Tiendas de ropa. A precios y ofertas y tallas y telas y modelos del sindicat. Y el campo. Las granjas petroleras. Y los comercios. Y los petroleros que lo observaban admirados, electrizados. Eran hipnotizados por el conductor, el número uno de los petroleros del país.

Ocupó cualquier sitio en una amplia mesa. övalo bien pulido. Botellas de Brandy "Fundador" en redecillas amarillas. Ni las veía. Nunca las tocó. Escuchaba, observaba, recordaba, cavilaba, decidía:

"¿Trevilla? Ah, si, Tú eres de los Trevilla de Poza Rica. Tracaleros, todos ustedes, ¿verdad? Me lo conozco. Son muy chuecos los Trevilla. Les gusta la lana. A ver, dime que quieres.

"Pues una plaza para mi cuñado, Joaquín. Le fue bien en Cadereyta...

."¿Tu cuñado? ¿Pues cuantas hermanas tienes? No. Esa me la guardan..

". ¿Dónde quiere ir?

"Ya ni me digas. Que vaya a "tragar carne de mono", a Chiapas..Otro

Le aproximaban tarjetas cimi esquelas, Las firmaba. Las elegía...

"No. Para automóviles y cosas de lujo no hay dinero. Que se tiznen estos principiantes. ¿Qué te duele a ti?

Impresa en la tarjeta gris, una antorcha cuyas flamas evocan otros pebeteros le alargan a Don Joaquín Hernández Galicia.

"Que me aumenten la jubilacióm, Joaquín. Acuérdate que yo siempre estuve contigo. Con el movimiento.

"¿Cuanto te da la empresa. hermano...

"Poco más del novrenta, Joaquín.

"Te jubilarás con el noventa noventa y cinco

"Te traje una botella, Joaquí. Del que siempre te gustó. hermano.

"Ya no bebo, gracias. ¿Qué quieres?

"Que me prestes para...

"Nada de lujos. Ni derroches. Casas. Cosas que duren. Tú nos debes lana, eres Urrutia ¿verdad? Los traigo entre ojos.

Joaquín Hernández Galicia.

El poder.

Intocable.

CONTINUARA.


Por Miguel Reyes Razo

No apareció ese día en Tampico el periódico "El Mundo". Ese uno de junio de 1971 vivía el último de una larga huelga. Don Salvador del Río -su director- la avivaba desde hacía ya muchos meses. Esperaba ganarla esa fecha. Y festejar la visita del Presidente Luis Echeverría a la editorial propiedad del señor Mauricio Berjún. El indiscutible líder petrolero Don Joaquín Hernández Galicia estuvo del lado de los reporteros y trabajadores de "El Mundo". Era entonces muy amigo de Don Salvador del Río.

"Me apodaron "Quina" porque de niño mi mamá me nutría y vigorizaba con un tónico muy popular que tenía la marca Quina LaRoche. Como la Emulsión de Scott. Y el "Perehphar Tónico Vitaminado". Contestó cuando le interrogué sobre el origen del mote. "Y luego por Joaquín. "Quina" se le ocurrió a alguno. Se hizo costumbre."

Ocurría nueve años después del "Día de la Marina" del 71. ¿De quién se podía decir lo que el haragán de Ciudad Madero gritó. ? Mi Jefe de Información en "El Universal" me contuvo. "No quiero, no le conviene a usted entrevistar a ese personaje. Conozco muy bien el mundo obrero." Eso advirtió mi inolvidable Maestro Don Mario Santoscoy.

"Conseguí la entrevista. Voy a conocerlo. No tengo compromiso de nada, Conversaré con él. Si sale algo...

Amable -agudo, bien relacionado intermediario- me ayudó. Escribió una carta. Iba más o menos así. "Querido compadre. Carlos Monsivais y Miguel Reyes Razo te van a entrevistar. Te ruego les digas la verdad. Te pido no mientas. Tu compadre..."

Y fui a Ciudad Madero. Carlos Monsivais, no. Llegué a su casa. Esperé horas. Me doblegaba el cansancio de la espera y la desmañanada cuando vigorosos coros ribeteados por aplausos estremecieron el mediodía, disiparon el sopor.

"Joa-quin...Joa--quín...Joa-quín

"!Que Viva La Quina,,,Que Viva La quina...

Era un hombrecito muy delgado -poco menos que en los huesos- que de detrás de sus anteojos contemplaba a una muchedumbre que compacta, educada celebraba idéntica alegría. Sección del Sindicato De Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. ¿La 36?¿Acaso la 34? "Averiguelo, Vargas! Risas, contorsiones, giros. Felicidad. Los petroleros agradecían a su dirigente los términos de un nuevo contrato colectivo de trabajo.

Vestía un sencillo conjunto muy a la moda y al clima de su terruño. Camisola de manga corta. Prenda de algodón con bolsillos laterales. Repletos estos de nueces, almendras, avellanas, pistaches. Sonreía y engullía Don Joaquín Hernández Galicia.

De entre muchos -muchísimos ayudantes o guardaespaldas o pistoleros- eligió a este, a aquel, al de más allá. Había más de treinta transportes en los inmensos cobertizos de su casa, Camionetas Econoline. Automóviles "Galaxie 500". Camionetas. Pic-up. Transportes afinados, aceitados, encerados, Listos.

"!Vámonos, Razo, -me dijo y subí a la pick-up que él mismo manejó. "Voy a llevarte con mi gente. Ah -fingió recordar: Te advierto que si en tu reportaje tu me llamas a mi o te refieres a mi como "cacique de los petroleros", yo diré que eres un ambicioso muy corrupto...¿Qué te parece?"

Exhibía su poder. DE "golpe y porrazo" rechazaba la presencia o auxilio del colaborador designado. Hombres con "estuches de violín". Individuis de biceps deliberadamente presumidos. Músculauras tensa, vigorosas, voluminosas cruzadas por redes de venas. Hércules tropicales. Procuraba su seguridad. Elegía. Disciminaba. "Tú, sí...Tú no...

Lo envolvía la muchedumbre. Trabajadores de campo. Granjas del sindicat. Tiendas de ropa. A precios y ofertas y tallas y telas y modelos del sindicat. Y el campo. Las granjas petroleras. Y los comercios. Y los petroleros que lo observaban admirados, electrizados. Eran hipnotizados por el conductor, el número uno de los petroleros del país.

Ocupó cualquier sitio en una amplia mesa. övalo bien pulido. Botellas de Brandy "Fundador" en redecillas amarillas. Ni las veía. Nunca las tocó. Escuchaba, observaba, recordaba, cavilaba, decidía:

"¿Trevilla? Ah, si, Tú eres de los Trevilla de Poza Rica. Tracaleros, todos ustedes, ¿verdad? Me lo conozco. Son muy chuecos los Trevilla. Les gusta la lana. A ver, dime que quieres.

"Pues una plaza para mi cuñado, Joaquín. Le fue bien en Cadereyta...

."¿Tu cuñado? ¿Pues cuantas hermanas tienes? No. Esa me la guardan..

". ¿Dónde quiere ir?

"Ya ni me digas. Que vaya a "tragar carne de mono", a Chiapas..Otro

Le aproximaban tarjetas cimi esquelas, Las firmaba. Las elegía...

"No. Para automóviles y cosas de lujo no hay dinero. Que se tiznen estos principiantes. ¿Qué te duele a ti?

Impresa en la tarjeta gris, una antorcha cuyas flamas evocan otros pebeteros le alargan a Don Joaquín Hernández Galicia.

"Que me aumenten la jubilacióm, Joaquín. Acuérdate que yo siempre estuve contigo. Con el movimiento.

"¿Cuanto te da la empresa. hermano...

"Poco más del novrenta, Joaquín.

"Te jubilarás con el noventa noventa y cinco

"Te traje una botella, Joaquí. Del que siempre te gustó. hermano.

"Ya no bebo, gracias. ¿Qué quieres?

"Que me prestes para...

"Nada de lujos. Ni derroches. Casas. Cosas que duren. Tú nos debes lana, eres Urrutia ¿verdad? Los traigo entre ojos.

Joaquín Hernández Galicia.

El poder.

Intocable.

CONTINUARA.