/ sábado 16 de septiembre de 2017

El Grito de Dolores

Sabemos que la mañana del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla convocó a los habitantes de Dolores, Hidalgo y zonas aledañas, para que se sumaran a la rebelión por la independencia de México, formándose así el primer contingente en contra de las fuerzas virreinales; no obstante, ninguno de los detalles en torno al movimiento que se conocen constan en documentos históricos de primera mano, lo cual ha dado motivo de duda a los historiadores, respecto a la forma, no al fondo, sobre la sucesión de hechos...

Cuenta la historia que la noche del sábado 15 al domingo 16 de septiembre de 1810, una vez que la conspiración en Querétaro había sido descubierta de lo cual fueron avisados Hidalgo y demás líderes del movimiento, decidieron iniciar la rebelión contra las autoridades novohispanas, por lo que se dirigieron a la parroquia, haciendo sonar la campana en pos de convocar a los habitantes del pueblo, quienes pensando que se trataba de una emergencia se reunieron en el atrio, en donde Miguel Hidalgo los convocó a alzarse en armas contra las autoridades españolas; de esta forma se da inicio a la Independencia.

Si bien es cierto que el texto de los mensajes lanzados por Hidalgo es dudoso, al paso del tiempo los dichos han sido alterados conforme a los intereses del gobierno respectivo, conformando frases como: “Viva la América española”, “Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe”, “Viva la América”, “Muera el mal gobierno”, pero eso sí, el tradicional e infaltable “Viva México”.

Hacia 1910, el historiador queretano Valentín F. Frías propuso que, derivado de la falta de evidencia sobre los integrantes del primer ejército independentista y que seguramente se trató de pobladores rurales de comunidades distantes, era poco creíble que el cura lograra reunir una muchedumbre inmediatamente después de tocar la campana, por lo que se deduce que quienes respondieron al llamado fueron llegando al atrio en el curso del día; lo cierto es que era domingo 16 de septiembre y los llamados a misa habían de darse, con o sin grito.

La historia nos dice que inicialmente “los gritos de independencia” tenían un carácter cívico y religioso, y participaban tanto las autoridades políticas como las eclesiásticas; por su parte, el escritor Luis González Obregón señala que “los días 17 de septiembre era costumbre celebrar una misa por los héroes muertos en “nuestra gran Basílica”. En 1847, durante la Intervención estadounidense en México, la celebración fue suspendida -aunque en muchas poblaciones de la República el Grito sí fue conmemorado-; en la época de la Intervención Francesa en México, Maximiliano de Habsburgo oficializó la celebración que en 1864 se trasladó a Dolores, donde dio el Grito desde la ventana de la casa de Hidalgo, pero la fiesta del 16 de septiembre tomó un carácter enteramente laico a partir de 1857”.

Año con año a las 11 de la noche del 15 de septiembre, presidentes de la República en el Zócalo capitalino y los ejecutivos de los estados, municipios y delegaciones políticas, así como los embajadores en las representaciones en el extranjero, se dirigen a la población reunida portando una bandera nacional, pronunciando una arenga, que por lo general incluye las siguientes frases: “¡Mexicanos! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Vivan Aldama y Matamoros! ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! -Es común que el gobernante en turno le dé su “toque personal”.

gamogui@hotmail.com

Sabemos que la mañana del 16 de septiembre de 1810, el cura Miguel Hidalgo y Costilla convocó a los habitantes de Dolores, Hidalgo y zonas aledañas, para que se sumaran a la rebelión por la independencia de México, formándose así el primer contingente en contra de las fuerzas virreinales; no obstante, ninguno de los detalles en torno al movimiento que se conocen constan en documentos históricos de primera mano, lo cual ha dado motivo de duda a los historiadores, respecto a la forma, no al fondo, sobre la sucesión de hechos...

Cuenta la historia que la noche del sábado 15 al domingo 16 de septiembre de 1810, una vez que la conspiración en Querétaro había sido descubierta de lo cual fueron avisados Hidalgo y demás líderes del movimiento, decidieron iniciar la rebelión contra las autoridades novohispanas, por lo que se dirigieron a la parroquia, haciendo sonar la campana en pos de convocar a los habitantes del pueblo, quienes pensando que se trataba de una emergencia se reunieron en el atrio, en donde Miguel Hidalgo los convocó a alzarse en armas contra las autoridades españolas; de esta forma se da inicio a la Independencia.

Si bien es cierto que el texto de los mensajes lanzados por Hidalgo es dudoso, al paso del tiempo los dichos han sido alterados conforme a los intereses del gobierno respectivo, conformando frases como: “Viva la América española”, “Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe”, “Viva la América”, “Muera el mal gobierno”, pero eso sí, el tradicional e infaltable “Viva México”.

Hacia 1910, el historiador queretano Valentín F. Frías propuso que, derivado de la falta de evidencia sobre los integrantes del primer ejército independentista y que seguramente se trató de pobladores rurales de comunidades distantes, era poco creíble que el cura lograra reunir una muchedumbre inmediatamente después de tocar la campana, por lo que se deduce que quienes respondieron al llamado fueron llegando al atrio en el curso del día; lo cierto es que era domingo 16 de septiembre y los llamados a misa habían de darse, con o sin grito.

La historia nos dice que inicialmente “los gritos de independencia” tenían un carácter cívico y religioso, y participaban tanto las autoridades políticas como las eclesiásticas; por su parte, el escritor Luis González Obregón señala que “los días 17 de septiembre era costumbre celebrar una misa por los héroes muertos en “nuestra gran Basílica”. En 1847, durante la Intervención estadounidense en México, la celebración fue suspendida -aunque en muchas poblaciones de la República el Grito sí fue conmemorado-; en la época de la Intervención Francesa en México, Maximiliano de Habsburgo oficializó la celebración que en 1864 se trasladó a Dolores, donde dio el Grito desde la ventana de la casa de Hidalgo, pero la fiesta del 16 de septiembre tomó un carácter enteramente laico a partir de 1857”.

Año con año a las 11 de la noche del 15 de septiembre, presidentes de la República en el Zócalo capitalino y los ejecutivos de los estados, municipios y delegaciones políticas, así como los embajadores en las representaciones en el extranjero, se dirigen a la población reunida portando una bandera nacional, pronunciando una arenga, que por lo general incluye las siguientes frases: “¡Mexicanos! ¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Vivan Aldama y Matamoros! ¡Viva la independencia nacional! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México! -Es común que el gobernante en turno le dé su “toque personal”.

gamogui@hotmail.com

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