/ domingo 3 de diciembre de 2023

Entre piernas y telones | Más allá de los hombres

En diciembre de 1879 en el teatro real de Copenhage se escuchó por primera vez el “Adiós” contundente de Nora, quien sale de su hogar con el rotundo portazo que marca el final de Casa de muñecas, obra escrita por Henrik Ibsen y que los estudiosos marcan como el principio del feminismo, que se concretó a lo largo del siglo XX.

Veinte años después, en 1899 en el lejanísimo -y seguramente desconocido para Ibsen- Chilpancingo, Guerrero, nació María Luisa Ocampo, quien en palabras de Socorro Merlín, en su texto El Nacionalismo de los autores dramáticos de la década 1920-1930, “abrió brecha en el camino de los derechos de la mujer, porque en sus obras las mujeres tratan de adquirir independencia de la férula masculina.”

Hoy, esta dramaturga y su obra regresan a los escenarios en la puesta en escena Más allá de los hombres, que forma parte de dos notables proyectos: Vindictas a luz, creado por Cultura UNAM en 2021 “para reivindicar a escritoras silenciadas y que busca hacer visible la obra de autoras que debido al canon machista imperante no han tenido la visibilidad ni la difusión de sus contrapartes masculinas”; y A la luz, de la Compañía Nacional de Teatro, que busca rescatar dramaturgas nacionales de finales del siglo XIX y principios del XX para “desenterrar textos teatrales, que ya sea por razones de invisibilización sistemática o por circunstancias históricas puntuales, han quedado en la oscuridad del patrimonio dramático nacional”.

Más allá de los hombres es una puesta en escena con Ruby Tagle a la cabeza, quien se ha encargado de la adaptación, el movimiento y la dirección de escena.

La acción sucede en 1918, y cuenta la vida de una familia postrevolucionaria conformada por abuelo, madre y dos hijos (uno de ellos pintor y el otro militar recién vuelto de la guerra), con quienes vive una maestra rural que guarda un secreto también nacido en los campos de batalla…

En su adaptación Ruby ha introducido a la autora, quien como un gran demiurgo va viendo la acción y a sus personajes y los modifica sobre la escena misma. Una propuesta muy bien lograda y hermosamente llevada a escena, con el respaldo de un equipo creativo mayoritariamente femenino: Kay Pérez (dirección de arte), Melissa Varïsh (iluminación), Anabel Altamirano (escenografía), Libertad Mardel (vestuario, peinados y maquillaje) y Carlos Matus (diseño sonoro). Bravo a todo ellos.

Y sobre el escenario, dando vida a la autora y a doña Beatriz, una grande de los escenarios: Blanca Guerra, quien una vez más ofrece un trabajo impecable, lleno de fuerza, y de matices que separan a la perfección un personaje de otro. Que marcan claramente cuando es narradora y cuando está dentro de la acción dramática.

¡Ovación para Blanca!, quien comparte escenario con Jesús Hernández, Fernando Sakanassi, Estefanía Norato, Shadé Ríos, Estefanía Estrada, Miguel Cooper y Alan Uribe Villarruel.

Felicidades a Teatro UNAM (con Juan Meliá al frente) y a la CNT (encabezada por Aurora Cano) por este trabajo conjunto.

Más allá de los hombres termina este domingo su temporada en el hermoso teatro Juan Ruiz de Alarcón, en el Centro Cultural Universitario; ojalá que como otros montajes de la CNT se guarde un rato y regrese pronto a la cartelera.

Julia, la maestra rural creada por María Luisa Ocampo hace 95 años, lanza un rotundo ¡NO! y sale del escenario; así termina Más allá de los hombres. Esa actitud trae a la memoria a Nora de Ibsen, que tuvo más suerte que la dramaturga guerrerense. ¡Ojalá este renacimiento de esta autora sea permanente!

En diciembre de 1879 en el teatro real de Copenhage se escuchó por primera vez el “Adiós” contundente de Nora, quien sale de su hogar con el rotundo portazo que marca el final de Casa de muñecas, obra escrita por Henrik Ibsen y que los estudiosos marcan como el principio del feminismo, que se concretó a lo largo del siglo XX.

Veinte años después, en 1899 en el lejanísimo -y seguramente desconocido para Ibsen- Chilpancingo, Guerrero, nació María Luisa Ocampo, quien en palabras de Socorro Merlín, en su texto El Nacionalismo de los autores dramáticos de la década 1920-1930, “abrió brecha en el camino de los derechos de la mujer, porque en sus obras las mujeres tratan de adquirir independencia de la férula masculina.”

Hoy, esta dramaturga y su obra regresan a los escenarios en la puesta en escena Más allá de los hombres, que forma parte de dos notables proyectos: Vindictas a luz, creado por Cultura UNAM en 2021 “para reivindicar a escritoras silenciadas y que busca hacer visible la obra de autoras que debido al canon machista imperante no han tenido la visibilidad ni la difusión de sus contrapartes masculinas”; y A la luz, de la Compañía Nacional de Teatro, que busca rescatar dramaturgas nacionales de finales del siglo XIX y principios del XX para “desenterrar textos teatrales, que ya sea por razones de invisibilización sistemática o por circunstancias históricas puntuales, han quedado en la oscuridad del patrimonio dramático nacional”.

Más allá de los hombres es una puesta en escena con Ruby Tagle a la cabeza, quien se ha encargado de la adaptación, el movimiento y la dirección de escena.

La acción sucede en 1918, y cuenta la vida de una familia postrevolucionaria conformada por abuelo, madre y dos hijos (uno de ellos pintor y el otro militar recién vuelto de la guerra), con quienes vive una maestra rural que guarda un secreto también nacido en los campos de batalla…

En su adaptación Ruby ha introducido a la autora, quien como un gran demiurgo va viendo la acción y a sus personajes y los modifica sobre la escena misma. Una propuesta muy bien lograda y hermosamente llevada a escena, con el respaldo de un equipo creativo mayoritariamente femenino: Kay Pérez (dirección de arte), Melissa Varïsh (iluminación), Anabel Altamirano (escenografía), Libertad Mardel (vestuario, peinados y maquillaje) y Carlos Matus (diseño sonoro). Bravo a todo ellos.

Y sobre el escenario, dando vida a la autora y a doña Beatriz, una grande de los escenarios: Blanca Guerra, quien una vez más ofrece un trabajo impecable, lleno de fuerza, y de matices que separan a la perfección un personaje de otro. Que marcan claramente cuando es narradora y cuando está dentro de la acción dramática.

¡Ovación para Blanca!, quien comparte escenario con Jesús Hernández, Fernando Sakanassi, Estefanía Norato, Shadé Ríos, Estefanía Estrada, Miguel Cooper y Alan Uribe Villarruel.

Felicidades a Teatro UNAM (con Juan Meliá al frente) y a la CNT (encabezada por Aurora Cano) por este trabajo conjunto.

Más allá de los hombres termina este domingo su temporada en el hermoso teatro Juan Ruiz de Alarcón, en el Centro Cultural Universitario; ojalá que como otros montajes de la CNT se guarde un rato y regrese pronto a la cartelera.

Julia, la maestra rural creada por María Luisa Ocampo hace 95 años, lanza un rotundo ¡NO! y sale del escenario; así termina Más allá de los hombres. Esa actitud trae a la memoria a Nora de Ibsen, que tuvo más suerte que la dramaturga guerrerense. ¡Ojalá este renacimiento de esta autora sea permanente!