/ jueves 5 de octubre de 2017

Entre votos y ruinas

1.- Las Desesperanzas. Movimientos telúricos de la tierra quitan vidas. Hunden en la tristeza, el futuro se desvanece y el presente se convierte en pesadilla. Orar, llorar, suplicar y exigir se convierte en los únicos recursos para no desfallecer, para no bajar la guardia. Hasta que sólo pasen a ser una miserable estadística y nuevas víctimas de banqueros, constructoras y gestores de la indefensión. Paraquiza volver a morir en vida.

2.- Las rutinas. La tragedia humana no modifica la dinámica política tradicional. No. ¿Por qué? Si vivimos en un mundo de intereses inmediatos y de máscaras multicolores. El calendario de la repartición de privilegios e impunidades es rígido e inamovible. La ley lo marca y a ella hay que atenernos. Ese es uno de los pilares del pomposamente llamado estado de derecho. Todos formaditos, partidos pequeños y no tanto, se aprestan a recibir la ostia que habrá de llevarlos a una curul, a un escritorio, a una nueva cuenta bancaria, o de plano a todo. El juego ha iniciado. Hagan sus apuestas y disparen a sus candidatos. Patriotas a toda prueba. Sonrientes, búsquenles el mejor perfil, aunque no tengan ni idea de lo que lean. El fuero bien lo vale.

3.- Los bloques. Los partidos se agrupan. No hay derechas ni izquierdas. No que va, lo importante es México, así de cínicos y de ignorantes. No hay clases sociales, hay únicamente humanos buenos y malos. Sí, así de tosco y burdo es el discurso de los saltimbanquis que administran a las agrupaciones legales. Pequeños gerentes, que con calculadora en mano hacen cuentas de cuánto vale cada accionista de la orgia electoral. Los mismos que se paran frente a las cámaras y micrófonos y hablan de los pobres y los desvalidos y, después, se carcajean en los lujosos restaurantes donde consumen platillos caros, donde los miserables únicamente pueden recoger los desperdicios, y acaso, ser meseros. No más.

4.- Entre caudillos y oportunistas. La democracia a la mexicana soporta de todo y a todos. La coagulación de la desmemoria ayuda mucho. Por eso AMLO puede recorrer el país y ofrecer trozos del viejo modelo del nacionalismo revolucionario y aparecer como innovador, y hasta ser el favorito en las encuestas del momento, por supuesto, sin tocar en sus discursos ni propuestas a los grandes capitalistas. Por eso, el PRI llega al extremo de ofrecer como alternativas presidenciales a un par singular, a un tecnócrata y a un junior. Eso es lo que son Meade y Nuño. Por tal motivo, el panismo juega con el PRD a sumar debilidades y ostentarse como una opción de gobernabilidad. Aunque los azules ya hayan dado muestra, durante doce años, de su enorme coincidencia con el PRI para mantener el sistema injusto, desigual y piramidal que sojuzga a las mayorías oprimidas. ¿Y qué decir del PRD? Una simple pandilla de cirujanos del presupuesto. No más.

5.- Los independientes. Aquellos que se han presentado como candidatos independientes pronto demostraran sus alcances y calidad política. Tal vez, terminarán negociando alguna candidatura con las tres opciones dominantes. Veremos.

Epilogo. El país vive atrapado en una vorágine de múltiples variables, las cuales son manejadas por la clase dominante, en tanto las mayorías sigan con sus luchas aisladas y su creciente pasividad no habrá ninguna posibilidad de terminar con el ciclo de la opresión.

pedropenaloza@yahoo.com

@pedro_penloz

1.- Las Desesperanzas. Movimientos telúricos de la tierra quitan vidas. Hunden en la tristeza, el futuro se desvanece y el presente se convierte en pesadilla. Orar, llorar, suplicar y exigir se convierte en los únicos recursos para no desfallecer, para no bajar la guardia. Hasta que sólo pasen a ser una miserable estadística y nuevas víctimas de banqueros, constructoras y gestores de la indefensión. Paraquiza volver a morir en vida.

2.- Las rutinas. La tragedia humana no modifica la dinámica política tradicional. No. ¿Por qué? Si vivimos en un mundo de intereses inmediatos y de máscaras multicolores. El calendario de la repartición de privilegios e impunidades es rígido e inamovible. La ley lo marca y a ella hay que atenernos. Ese es uno de los pilares del pomposamente llamado estado de derecho. Todos formaditos, partidos pequeños y no tanto, se aprestan a recibir la ostia que habrá de llevarlos a una curul, a un escritorio, a una nueva cuenta bancaria, o de plano a todo. El juego ha iniciado. Hagan sus apuestas y disparen a sus candidatos. Patriotas a toda prueba. Sonrientes, búsquenles el mejor perfil, aunque no tengan ni idea de lo que lean. El fuero bien lo vale.

3.- Los bloques. Los partidos se agrupan. No hay derechas ni izquierdas. No que va, lo importante es México, así de cínicos y de ignorantes. No hay clases sociales, hay únicamente humanos buenos y malos. Sí, así de tosco y burdo es el discurso de los saltimbanquis que administran a las agrupaciones legales. Pequeños gerentes, que con calculadora en mano hacen cuentas de cuánto vale cada accionista de la orgia electoral. Los mismos que se paran frente a las cámaras y micrófonos y hablan de los pobres y los desvalidos y, después, se carcajean en los lujosos restaurantes donde consumen platillos caros, donde los miserables únicamente pueden recoger los desperdicios, y acaso, ser meseros. No más.

4.- Entre caudillos y oportunistas. La democracia a la mexicana soporta de todo y a todos. La coagulación de la desmemoria ayuda mucho. Por eso AMLO puede recorrer el país y ofrecer trozos del viejo modelo del nacionalismo revolucionario y aparecer como innovador, y hasta ser el favorito en las encuestas del momento, por supuesto, sin tocar en sus discursos ni propuestas a los grandes capitalistas. Por eso, el PRI llega al extremo de ofrecer como alternativas presidenciales a un par singular, a un tecnócrata y a un junior. Eso es lo que son Meade y Nuño. Por tal motivo, el panismo juega con el PRD a sumar debilidades y ostentarse como una opción de gobernabilidad. Aunque los azules ya hayan dado muestra, durante doce años, de su enorme coincidencia con el PRI para mantener el sistema injusto, desigual y piramidal que sojuzga a las mayorías oprimidas. ¿Y qué decir del PRD? Una simple pandilla de cirujanos del presupuesto. No más.

5.- Los independientes. Aquellos que se han presentado como candidatos independientes pronto demostraran sus alcances y calidad política. Tal vez, terminarán negociando alguna candidatura con las tres opciones dominantes. Veremos.

Epilogo. El país vive atrapado en una vorágine de múltiples variables, las cuales son manejadas por la clase dominante, en tanto las mayorías sigan con sus luchas aisladas y su creciente pasividad no habrá ninguna posibilidad de terminar con el ciclo de la opresión.

pedropenaloza@yahoo.com

@pedro_penloz

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