/ domingo 12 de septiembre de 2021

Factores de protección y prevención

Para los expertos la violencia se genera primariamente en dos espacios: uno en la hostilidad entre grupos rivales y el otro en el contexto del hogar. Las Autoridades lo tienen focalizado integralmente, se trabaja en el cambio de paradigmas.

Respecto a la familia, desde la corresponsabilidad ciudadana, visibilicemos la perspectiva de la Guía Ética para la transformación de México de la norma 19 que promueve la protección y prevención con estilos de vida sana y solidarios en todos los grupos de edad:

“[…] Trata a los integrantes de tu familia con el respeto y la dignidad que merecen, busca una repartición justa y equitativa del trabajo doméstico, respeta la individualidad y la autonomía de cada uno de tus familiares en función de su edad y aptitudes, evita las actitudes autoritarias, violentas y arbitrarias y procura resolver los problemas mediante el diálogo. Si hay en tu familia niños y personas mayores, condúcete hacia ellas con respeto, e inculca en los menores los principios éticos aquí referidos y edúcalos con la fuerza del ejemplo”.

En este sentido, se acota su incumplimiento que genera factores de riesgo y son atendidos en tiempo y forma, apuntemos dos:

a) Por ejemplo, la maternidad en jóvenes, con base en cifras del Instituto Nacional de las Mujeres, vemos evidencias de consecuencias negativas a la salud física, psicológica, social, abandono de los estudios, entre otras:

- “De los 2.0 millones de nacimientos registrados en 2019, el 16.6% (348,046) fueron de madres de menores de 20 años: 339,539 en adolescentes y 8,507 nacimientos en niñas menores de 15 años”.

- “Cuatro de cada diez madres adolescentes (41.2%) señalaron haber vivido por lo menos un incidente de violencia de pareja en los últimos 12 meses. Entre las adolescentes sin hijas/os, es de 29.2%.”

b) También, es reconocido que la violencia a las niñas y niños, adolescentes y jóvenes es un problema mundial con consecuencias adversas que pueden perdurar en toda su historia de vida, incluso involucrarse en conductas antisociales fuera del marco de la ley.

Veamos un escenario vivido en el entorno familiar en su infancia de la población privada de su libertad:

Sus padres o adultos que los cuidaban:

“Consumían alcohol frecuentemente: 32.8%

Le gritaban frecuentemente: 20.5%

Lo agredían fisicamente: 16.0%

Lo insultaban frecuentemente: 14.3%

Lo golpeaban y le provocaban lesiones: 8.3%”

El precedente significa áreas de oportunidad de cambio a favor de comportamientos asertivos. Analizando la base del 100% los positivos son mayores, señalan la multifactorialidad más allá del hogar. Continuemos renovando caminos de las buenas prácticas del “Aprender, desaprender, reaprender”. Pronunciamiento personal:

Aprender: Interiorizar y externalizar paradigmas del saber, saber hacer y saber ser, orientados a los valores de la fraternidad, los intereses colectivos, accesos a la satisfacción de la escala de necesidades de la gente, el respeto a los derechos humanos, etc.

Desaprender: Redefinir paradigmas como respuesta a las evidencias significativas que dejaron de ser vigentes, dañan a terceras personas o a uno mismo, para actualizar el aprender, desarrollar, descubrir, experimentar nuevos caminos.

Reaprender: Recuperar paradigmas del pasado útiles.

Concluyendo, enraicemos el debido proceso y retroalimentación del ciclo “Aprender – desaprender – reaprender”. Digamos una “fórmula”, paso a paso, algoritmos desde las teorías del aprendizaje para prevenir y erradicar la violencia en todos sus tipos y perfiles.

hazael.ruiz@hotmail.com

Para los expertos la violencia se genera primariamente en dos espacios: uno en la hostilidad entre grupos rivales y el otro en el contexto del hogar. Las Autoridades lo tienen focalizado integralmente, se trabaja en el cambio de paradigmas.

Respecto a la familia, desde la corresponsabilidad ciudadana, visibilicemos la perspectiva de la Guía Ética para la transformación de México de la norma 19 que promueve la protección y prevención con estilos de vida sana y solidarios en todos los grupos de edad:

“[…] Trata a los integrantes de tu familia con el respeto y la dignidad que merecen, busca una repartición justa y equitativa del trabajo doméstico, respeta la individualidad y la autonomía de cada uno de tus familiares en función de su edad y aptitudes, evita las actitudes autoritarias, violentas y arbitrarias y procura resolver los problemas mediante el diálogo. Si hay en tu familia niños y personas mayores, condúcete hacia ellas con respeto, e inculca en los menores los principios éticos aquí referidos y edúcalos con la fuerza del ejemplo”.

En este sentido, se acota su incumplimiento que genera factores de riesgo y son atendidos en tiempo y forma, apuntemos dos:

a) Por ejemplo, la maternidad en jóvenes, con base en cifras del Instituto Nacional de las Mujeres, vemos evidencias de consecuencias negativas a la salud física, psicológica, social, abandono de los estudios, entre otras:

- “De los 2.0 millones de nacimientos registrados en 2019, el 16.6% (348,046) fueron de madres de menores de 20 años: 339,539 en adolescentes y 8,507 nacimientos en niñas menores de 15 años”.

- “Cuatro de cada diez madres adolescentes (41.2%) señalaron haber vivido por lo menos un incidente de violencia de pareja en los últimos 12 meses. Entre las adolescentes sin hijas/os, es de 29.2%.”

b) También, es reconocido que la violencia a las niñas y niños, adolescentes y jóvenes es un problema mundial con consecuencias adversas que pueden perdurar en toda su historia de vida, incluso involucrarse en conductas antisociales fuera del marco de la ley.

Veamos un escenario vivido en el entorno familiar en su infancia de la población privada de su libertad:

Sus padres o adultos que los cuidaban:

“Consumían alcohol frecuentemente: 32.8%

Le gritaban frecuentemente: 20.5%

Lo agredían fisicamente: 16.0%

Lo insultaban frecuentemente: 14.3%

Lo golpeaban y le provocaban lesiones: 8.3%”

El precedente significa áreas de oportunidad de cambio a favor de comportamientos asertivos. Analizando la base del 100% los positivos son mayores, señalan la multifactorialidad más allá del hogar. Continuemos renovando caminos de las buenas prácticas del “Aprender, desaprender, reaprender”. Pronunciamiento personal:

Aprender: Interiorizar y externalizar paradigmas del saber, saber hacer y saber ser, orientados a los valores de la fraternidad, los intereses colectivos, accesos a la satisfacción de la escala de necesidades de la gente, el respeto a los derechos humanos, etc.

Desaprender: Redefinir paradigmas como respuesta a las evidencias significativas que dejaron de ser vigentes, dañan a terceras personas o a uno mismo, para actualizar el aprender, desarrollar, descubrir, experimentar nuevos caminos.

Reaprender: Recuperar paradigmas del pasado útiles.

Concluyendo, enraicemos el debido proceso y retroalimentación del ciclo “Aprender – desaprender – reaprender”. Digamos una “fórmula”, paso a paso, algoritmos desde las teorías del aprendizaje para prevenir y erradicar la violencia en todos sus tipos y perfiles.

hazael.ruiz@hotmail.com