/ miércoles 10 de enero de 2018

¿Gasolin...alza o gasolinazo?

La consecuencia de la reforma energética es el hecho de que hoy en día, prevalezca en el precio de la gasolina: ley de la oferta y la demanda. Esto no nos lo dijeron cuando se impulsó dicha reforma. Nos prometieron que los precios se mantendrían, pero era obvio -desde ese momento- que era una falsedad.

Les voy a explicar el por qué. En primer lugar, el precio de la gasolina está vinculado directamente con el IEPS (impuesto especial para la producción y servicio a: tabaco, cerveza, alcohol y gasolina). Por lo que, si el gobierno federal decide aumentar su recaudación fiscal, un mecanismo inme- diato es incrementar dicho impuesto. Actualmente se pagan entre 3.88 y 4.59 pe- sos de IEPS por cada litro. Cabe mencionar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) -a partir del pasado 30 de noviembre- ya no controla el precio de dicho combustible.

En segundo lugar, porque en nuestro país se produce y se exporta el petróleo, se refina en Estados Unidos (EU) y luego lo importamos ya transformado en gasolina. Cada vez que lo compramos, lo tenemos que pagar en dólares. Como hemos visto, el peso mexicano se ha depreciado frente al dólar. Desde que comenzaron las rondas de renegociación del TLCAN, el dólar está más caro dado el escenario de incertidumbre de si el TLCAN seguirá o no. (Aunque aún yo sigo sosteniendo la hipótesis de que sí se dará dicho acuerdo). Así que mientras las rondas no acaben, el alza en el precio de di- cha divisa continuará.

En tercer lugar, el precio internacional del petróleo ha aumentado. Para este año se estima que el precio del barril de dicho recurso oscilará entre 60 y 65 dólares. Si bien es cierto que la OPEP (Organización de Productores y Exportadores del Petróleo), con sede en Viena y creada desde el año de 1960, controla los precios internacionales, también lo es que ni EU ni Méxi- co son miembros. Sin embargo, los precios en el mercado norteamericano se vinculan con los precios mundiales. Esto se podría evitar si hubiera una región norteamericana de abasto de combustibles dentro del marco del TLCAN 2. Pero dudo mucho que la posición de negociación de nuestro vecino del norte pudiera darse con esta visión a largo plazo.

En cuarto lugar, la SHCP puede subir el IEPS de acuerdo a la última reforma en la Ley del IEPS del 15 de noviembre del 2016.

En quinto lugar, habrá mayor incertidumbre en nuestra economía derivado de la elección presidencial.

De tal suerte, que juntando todos los elementos anteriores es evidente que hay una tendencia de que la gasolina continuará al alza durante todo el 2018. Y aquí la pregunta es y será: ¿qué hará el Banco de México para estabilizar al peso frente al dólar? ¿Y la inflación?

Pero mientras esto sucede, nosotros como consumidores seguiremos viéndonos afectados en nuestros bolsillos.

¿QUÉ HACER?

1) Usar la aplicación gasoapp donde se muestra en tiempo real que vamos

monitoreando el servicio recibido y el precio pagado de las diferentes gasolinerías del país.

2) Ser mesurados en el uso del automóvil.

3) Estar informados para no confundir entre gasolina al alza o gasolinazo ya que seguramente algunos partidos políticos se encargarán de politizar el tema.

Coordinadora de la licenciatura en administración de negocios internacionales Universidad Iberoamericana aribel.contreras@ibero.mx @Aribel007

La consecuencia de la reforma energética es el hecho de que hoy en día, prevalezca en el precio de la gasolina: ley de la oferta y la demanda. Esto no nos lo dijeron cuando se impulsó dicha reforma. Nos prometieron que los precios se mantendrían, pero era obvio -desde ese momento- que era una falsedad.

Les voy a explicar el por qué. En primer lugar, el precio de la gasolina está vinculado directamente con el IEPS (impuesto especial para la producción y servicio a: tabaco, cerveza, alcohol y gasolina). Por lo que, si el gobierno federal decide aumentar su recaudación fiscal, un mecanismo inme- diato es incrementar dicho impuesto. Actualmente se pagan entre 3.88 y 4.59 pe- sos de IEPS por cada litro. Cabe mencionar que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) -a partir del pasado 30 de noviembre- ya no controla el precio de dicho combustible.

En segundo lugar, porque en nuestro país se produce y se exporta el petróleo, se refina en Estados Unidos (EU) y luego lo importamos ya transformado en gasolina. Cada vez que lo compramos, lo tenemos que pagar en dólares. Como hemos visto, el peso mexicano se ha depreciado frente al dólar. Desde que comenzaron las rondas de renegociación del TLCAN, el dólar está más caro dado el escenario de incertidumbre de si el TLCAN seguirá o no. (Aunque aún yo sigo sosteniendo la hipótesis de que sí se dará dicho acuerdo). Así que mientras las rondas no acaben, el alza en el precio de di- cha divisa continuará.

En tercer lugar, el precio internacional del petróleo ha aumentado. Para este año se estima que el precio del barril de dicho recurso oscilará entre 60 y 65 dólares. Si bien es cierto que la OPEP (Organización de Productores y Exportadores del Petróleo), con sede en Viena y creada desde el año de 1960, controla los precios internacionales, también lo es que ni EU ni Méxi- co son miembros. Sin embargo, los precios en el mercado norteamericano se vinculan con los precios mundiales. Esto se podría evitar si hubiera una región norteamericana de abasto de combustibles dentro del marco del TLCAN 2. Pero dudo mucho que la posición de negociación de nuestro vecino del norte pudiera darse con esta visión a largo plazo.

En cuarto lugar, la SHCP puede subir el IEPS de acuerdo a la última reforma en la Ley del IEPS del 15 de noviembre del 2016.

En quinto lugar, habrá mayor incertidumbre en nuestra economía derivado de la elección presidencial.

De tal suerte, que juntando todos los elementos anteriores es evidente que hay una tendencia de que la gasolina continuará al alza durante todo el 2018. Y aquí la pregunta es y será: ¿qué hará el Banco de México para estabilizar al peso frente al dólar? ¿Y la inflación?

Pero mientras esto sucede, nosotros como consumidores seguiremos viéndonos afectados en nuestros bolsillos.

¿QUÉ HACER?

1) Usar la aplicación gasoapp donde se muestra en tiempo real que vamos

monitoreando el servicio recibido y el precio pagado de las diferentes gasolinerías del país.

2) Ser mesurados en el uso del automóvil.

3) Estar informados para no confundir entre gasolina al alza o gasolinazo ya que seguramente algunos partidos políticos se encargarán de politizar el tema.

Coordinadora de la licenciatura en administración de negocios internacionales Universidad Iberoamericana aribel.contreras@ibero.mx @Aribel007