/ miércoles 18 de abril de 2018

Juego de palabras | Sexo y economía

Según las encuestas, ciudadanos de todo el mundo, debido a la pérdida de ingresos por las crisis recurrentes, han regresado al sexo como pasatiempo favorito. Una aplicación de la antigua filosofía mexicana que aconseja a los señores cortar la pachanga e irse temprano a casa, pues así queda uno bien, y ahorra.

En primera lectura esta vuelta a las más diversiones rutinarias y modestas que ofrecen tálamos y otros objetos de vocación horizontal, es sana y positiva. En segunda, contribuye a la contracción económica, pues atenta contra los ingresos de bares y restaurantes, florerías, joyerías, internet, compañías telefónicas y hoteles de paso: contra todo aquello, en fin, que constituye la infraestructura y la parafernalia de la fornicación urbana. En tercera, el sexo doméstico, en lugar del bar, el cine, el fútbol y las resbaloserías son una grave amenaza para el futuro del país y de la humanidad comparable al cambio climático.

A partir de los 60s aparece en el panorama mundial un personaje en apariencia inofensivo y hasta tierno: el baby boomer. Una traducción literal sería: “ el bebé de la explosión “.

Explosión como la de la bomba atómica, y como ella, efecto de la Segunda Guerra Mundial. Porque los babies boomers son producto del entusiasmo reproductivo que se dio en casi todo el planeta, cuando los soldados volvieron a casa al fin de las hostilidades entre 1945 y 1950. Y esa generación posbélica es la que ha convertido el mundo en la guachafita que es hoy.

No es la generación que produjo el automóvil, el avión, la industrialización a ultranza , la televisión, los faxes y ni siquiera la computadora, todos esos ingredientes del caos existían ya antes de aparecer ellos en escena. Pero es la generación de la internet, de la hegemonía estadounidense, de las armas de alta tecnología, de la exacerbación de la violencia política y religiosa, de la inseguridad urbana, de la escalada en el tráfico de estupefacientes, de la píldora anticonceptiva ( generadora a su vez de la revolución sexual , del herpes y el SIDA ) , de la contaminación, de las tarjetas de crédito, de las hipotecas subprime y de los ciclos económicos recesivos. Quienes manejan los bancos, los profetas del terrorismo, los mesías de la derecha y de la izquierda, los políticos transas, los especuladores, los destructores de la capa de ozono, son o fueron babies boomers o sus hijos.

Pero que están siendo sustituidos por los millenials, o sea, quienes nacieron poco antes del cambio de siglo. Pero de estos nos ocuparemos en entrega posterior, Deo volente.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx

Según las encuestas, ciudadanos de todo el mundo, debido a la pérdida de ingresos por las crisis recurrentes, han regresado al sexo como pasatiempo favorito. Una aplicación de la antigua filosofía mexicana que aconseja a los señores cortar la pachanga e irse temprano a casa, pues así queda uno bien, y ahorra.

En primera lectura esta vuelta a las más diversiones rutinarias y modestas que ofrecen tálamos y otros objetos de vocación horizontal, es sana y positiva. En segunda, contribuye a la contracción económica, pues atenta contra los ingresos de bares y restaurantes, florerías, joyerías, internet, compañías telefónicas y hoteles de paso: contra todo aquello, en fin, que constituye la infraestructura y la parafernalia de la fornicación urbana. En tercera, el sexo doméstico, en lugar del bar, el cine, el fútbol y las resbaloserías son una grave amenaza para el futuro del país y de la humanidad comparable al cambio climático.

A partir de los 60s aparece en el panorama mundial un personaje en apariencia inofensivo y hasta tierno: el baby boomer. Una traducción literal sería: “ el bebé de la explosión “.

Explosión como la de la bomba atómica, y como ella, efecto de la Segunda Guerra Mundial. Porque los babies boomers son producto del entusiasmo reproductivo que se dio en casi todo el planeta, cuando los soldados volvieron a casa al fin de las hostilidades entre 1945 y 1950. Y esa generación posbélica es la que ha convertido el mundo en la guachafita que es hoy.

No es la generación que produjo el automóvil, el avión, la industrialización a ultranza , la televisión, los faxes y ni siquiera la computadora, todos esos ingredientes del caos existían ya antes de aparecer ellos en escena. Pero es la generación de la internet, de la hegemonía estadounidense, de las armas de alta tecnología, de la exacerbación de la violencia política y religiosa, de la inseguridad urbana, de la escalada en el tráfico de estupefacientes, de la píldora anticonceptiva ( generadora a su vez de la revolución sexual , del herpes y el SIDA ) , de la contaminación, de las tarjetas de crédito, de las hipotecas subprime y de los ciclos económicos recesivos. Quienes manejan los bancos, los profetas del terrorismo, los mesías de la derecha y de la izquierda, los políticos transas, los especuladores, los destructores de la capa de ozono, son o fueron babies boomers o sus hijos.

Pero que están siendo sustituidos por los millenials, o sea, quienes nacieron poco antes del cambio de siglo. Pero de estos nos ocuparemos en entrega posterior, Deo volente.

Buenos días. Buena suerte.

juegodepalabras1@yahoo.com

Sitio Web: juegodepalabras.mx