/ martes 2 de noviembre de 2021

La crisis de contenedores

Poco se habla de algo que esta modificando el comercio mundial y que esta vulnerando el transporte de mercancías, y es que hoy estamos viviendo una de las mayores crisis de transporte de la historia, la llamada “crisis de contenedores”, ya que varios factores se han conjugado para crear una tormenta perfecta en el mercado mundial, que ha provocado una escasez de productos e incrementos de precios.

Para dimensionar la magnitud de este problema, solo basta decir que el 80% de lo que nosotros consumimos es transportado por vía marítima y el 60% de ello es transportado vía contenedores; los contenedores tienen medidas universales que hacen posible que su movilización pueda ser más eficiente a través de barcos y transportados vía terrestre por camiones o ferrocarriles, haciendo posible la globalización en la movilización de mercancías.

Uno de los factores principales que desencadenaron esta crisis, es precisamente la escasez de contenedores, lo que se traduce en poco espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente; hay exportadores que están esperando semanas para poder transportar su carga, y esto ha hecho subir los precios; aunque suena contradictorio, no es que no existan físicamente esos contenedores, sino que no están donde deben estar, lo anterior, ya que llegaron barcos con miles de contenedores a los puertos de América y Europa y, por las restricciones de la pandemia, no fueron regresados con productos principalmente a Asia.

Otro de los factores son las interrupciones en el flujo de las mercancías, principalmente por medidas restrictivas del Covid-19, donde varios puertos chinos tuvieron que cancelar sus operaciones y otros generaron restricciones, y esto ha derivado en una congestión de barcos, que esperan largas filas para poder desembarcar sus mercancías.

No solo se trata de la escasez de contenedores o del tráfico excesivo, sino que hay un tercer factor provocado por empresas chinas que están fabricando menos, por las estrictas medidas para evitar nuevas olas del virus; es así como, un brote detectado en algún lugar hace que la producción sea más lenta y exista un retraso en la entrega de mercancías.

Evidentemente esta crisis tiene sus orígenes con la pandemia del Covid-19, pero ya antes de ella se había promovido una guerra comercial entre Estados Unidos y China, mediante el establecimiento de aranceles a mercancías por ambos países, creando irregularidades en el transporte marítimo internacional.

Una de las primeras repercusiones, además de los problemas logísticos de tiempos de entrega puntual de las mercancías, es el aumento significativo del costo del flete y, por consecuencia, han subido el precio de los productos; para ponerlo en contexto, en septiembre de 2020 mover un flete de China a Estados Unidos costaba poco más de 4 mil dólares; un año después cuesta más 20 mil dólares; los fletes de China al norte de Europa costaba 2 mil dólares y hoy cuestan poco más de 14 mil dólares; otro ejemplo es el costo de un flete de Shanghái a América del Sur, antes de la pandemia costaba 2 mil dólares y hoy el costo es de 7 mil dólares.

Posiblemente muchos negocios que dependen de las importaciones de mercancías no podrán sobrevivir a esta crisis; se acercan temporadas como la navidad, en donde difícilmente llegarán mercancías para esas fechas y existirá una escasez de miles de productos que se utilizan en esas ocasiones; difícilmente se podrá atender la demanda de muchos productos y, en muchas ramas productivas habrá grandes pérdidas por lo anteriormente expuesto: en manufacturas; en el comercio; en el sector de alimentos, etc., mientras que la solución será paulatina, una vez que el mundo empiece a adaptarse a una nueva realidad y regrese a la normalidad.

Director General del Consejo Nacional Agropecuario

Poco se habla de algo que esta modificando el comercio mundial y que esta vulnerando el transporte de mercancías, y es que hoy estamos viviendo una de las mayores crisis de transporte de la historia, la llamada “crisis de contenedores”, ya que varios factores se han conjugado para crear una tormenta perfecta en el mercado mundial, que ha provocado una escasez de productos e incrementos de precios.

Para dimensionar la magnitud de este problema, solo basta decir que el 80% de lo que nosotros consumimos es transportado por vía marítima y el 60% de ello es transportado vía contenedores; los contenedores tienen medidas universales que hacen posible que su movilización pueda ser más eficiente a través de barcos y transportados vía terrestre por camiones o ferrocarriles, haciendo posible la globalización en la movilización de mercancías.

Uno de los factores principales que desencadenaron esta crisis, es precisamente la escasez de contenedores, lo que se traduce en poco espacio disponible para transportar los productos de Asia a Occidente; hay exportadores que están esperando semanas para poder transportar su carga, y esto ha hecho subir los precios; aunque suena contradictorio, no es que no existan físicamente esos contenedores, sino que no están donde deben estar, lo anterior, ya que llegaron barcos con miles de contenedores a los puertos de América y Europa y, por las restricciones de la pandemia, no fueron regresados con productos principalmente a Asia.

Otro de los factores son las interrupciones en el flujo de las mercancías, principalmente por medidas restrictivas del Covid-19, donde varios puertos chinos tuvieron que cancelar sus operaciones y otros generaron restricciones, y esto ha derivado en una congestión de barcos, que esperan largas filas para poder desembarcar sus mercancías.

No solo se trata de la escasez de contenedores o del tráfico excesivo, sino que hay un tercer factor provocado por empresas chinas que están fabricando menos, por las estrictas medidas para evitar nuevas olas del virus; es así como, un brote detectado en algún lugar hace que la producción sea más lenta y exista un retraso en la entrega de mercancías.

Evidentemente esta crisis tiene sus orígenes con la pandemia del Covid-19, pero ya antes de ella se había promovido una guerra comercial entre Estados Unidos y China, mediante el establecimiento de aranceles a mercancías por ambos países, creando irregularidades en el transporte marítimo internacional.

Una de las primeras repercusiones, además de los problemas logísticos de tiempos de entrega puntual de las mercancías, es el aumento significativo del costo del flete y, por consecuencia, han subido el precio de los productos; para ponerlo en contexto, en septiembre de 2020 mover un flete de China a Estados Unidos costaba poco más de 4 mil dólares; un año después cuesta más 20 mil dólares; los fletes de China al norte de Europa costaba 2 mil dólares y hoy cuestan poco más de 14 mil dólares; otro ejemplo es el costo de un flete de Shanghái a América del Sur, antes de la pandemia costaba 2 mil dólares y hoy el costo es de 7 mil dólares.

Posiblemente muchos negocios que dependen de las importaciones de mercancías no podrán sobrevivir a esta crisis; se acercan temporadas como la navidad, en donde difícilmente llegarán mercancías para esas fechas y existirá una escasez de miles de productos que se utilizan en esas ocasiones; difícilmente se podrá atender la demanda de muchos productos y, en muchas ramas productivas habrá grandes pérdidas por lo anteriormente expuesto: en manufacturas; en el comercio; en el sector de alimentos, etc., mientras que la solución será paulatina, una vez que el mundo empiece a adaptarse a una nueva realidad y regrese a la normalidad.

Director General del Consejo Nacional Agropecuario