/ sábado 20 de febrero de 2021

La moviola | El cantar del mío streaming

Una grata sorpresa ha resultado la serie El Cid (Zebra Produciones, España, 2020), como su nombre lo indica retoma las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, noble y jefe militar burgalés del medievo y de paso terror de cualquiera que atentara contra su rey y pusiera en duda su honor y de todos y cada uno de los estudiantes de secundaria al que se les encargó la épica de leer El cantar del Mío Cid y entregar un resumen de por lo menos dos cuartillas.

Y justo en la sencillez de un relato que combina el romance, la aventura y el género épico en su más clásico significado está el acierto de los guiones y la dirección de la serie de cinco episodios. Protagonizada por Jaime Lorente como un Rodrigo Díaz de Vivar en sus años de juventud, y antagonizada por Carlos Bardem como Flain de León, además de Lucía Guerrero en el papel de Jimena Díaz, la serie parece hecha en otros tiempos, para otro público. No se percibe la intención de la corrección política y sí la meta de hacer un acertado retrato de la época. Mucho ojo a la dirección de arte y maquillaje.

Lorente, interpreta con acierto a un personaje de la historia y literatura clásica con todo y sus contradicciones –que uno las percibe como público, pero que son congruentes con el pensamiento de aquellos años- sin culpa y de forma directa. Para El Cid, primero está el honor y su rey. En realidad los cinco episodios son lo que se llama –y que hemos citado en anteriores entregas- una ficción histórica pero que mezcla el relato de consuelo. Rodrigo alcanzará la gloria y redención a través del sufrimiento. Tal vez, la serie sea el ejemplo clásico y puro de este tipo de historias.

Sin que se sienta una clase de historia densa, todo lo contario, El Cid, inicia desde la infancia del protagonista –en breves escenas de flash back- y pasa por la trayectoria típica del héroe: honor, dolor, sufrimiento, algo de redención y ya no hago spolier.

Es verdad que no hay súper hombres que vuelen o tengan una gran tecnología al servicio de la justicia, pero este tipo de relatos –incluyo al clásico Beowulf, escrita alrededor del siglo XVIII al XII, son el origen. Bien haría mucho fan del comic acercarse un poco a los clásicos. Entre tanto consumo algo de cultura no hace daño.

Por otro lado, resulta claro que El Cid, es un antecedente del Superhombre de masas (Umberto Eco, 1978) el valor e integridad del protagonista en la actual adaptación televisiva lo dejan claro.

Si le gusta la historia, la puede ver, si disfruta los clásicos la va a gozar y si no tiene idea de nada porque no entregó su reporte de lectura, de todos modos tiene muy buenos momentos de intriga y acción. Se puede ver por Amazon Prime.


Una grata sorpresa ha resultado la serie El Cid (Zebra Produciones, España, 2020), como su nombre lo indica retoma las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar, noble y jefe militar burgalés del medievo y de paso terror de cualquiera que atentara contra su rey y pusiera en duda su honor y de todos y cada uno de los estudiantes de secundaria al que se les encargó la épica de leer El cantar del Mío Cid y entregar un resumen de por lo menos dos cuartillas.

Y justo en la sencillez de un relato que combina el romance, la aventura y el género épico en su más clásico significado está el acierto de los guiones y la dirección de la serie de cinco episodios. Protagonizada por Jaime Lorente como un Rodrigo Díaz de Vivar en sus años de juventud, y antagonizada por Carlos Bardem como Flain de León, además de Lucía Guerrero en el papel de Jimena Díaz, la serie parece hecha en otros tiempos, para otro público. No se percibe la intención de la corrección política y sí la meta de hacer un acertado retrato de la época. Mucho ojo a la dirección de arte y maquillaje.

Lorente, interpreta con acierto a un personaje de la historia y literatura clásica con todo y sus contradicciones –que uno las percibe como público, pero que son congruentes con el pensamiento de aquellos años- sin culpa y de forma directa. Para El Cid, primero está el honor y su rey. En realidad los cinco episodios son lo que se llama –y que hemos citado en anteriores entregas- una ficción histórica pero que mezcla el relato de consuelo. Rodrigo alcanzará la gloria y redención a través del sufrimiento. Tal vez, la serie sea el ejemplo clásico y puro de este tipo de historias.

Sin que se sienta una clase de historia densa, todo lo contario, El Cid, inicia desde la infancia del protagonista –en breves escenas de flash back- y pasa por la trayectoria típica del héroe: honor, dolor, sufrimiento, algo de redención y ya no hago spolier.

Es verdad que no hay súper hombres que vuelen o tengan una gran tecnología al servicio de la justicia, pero este tipo de relatos –incluyo al clásico Beowulf, escrita alrededor del siglo XVIII al XII, son el origen. Bien haría mucho fan del comic acercarse un poco a los clásicos. Entre tanto consumo algo de cultura no hace daño.

Por otro lado, resulta claro que El Cid, es un antecedente del Superhombre de masas (Umberto Eco, 1978) el valor e integridad del protagonista en la actual adaptación televisiva lo dejan claro.

Si le gusta la historia, la puede ver, si disfruta los clásicos la va a gozar y si no tiene idea de nada porque no entregó su reporte de lectura, de todos modos tiene muy buenos momentos de intriga y acción. Se puede ver por Amazon Prime.