/ jueves 10 de enero de 2019

La nueva arquitectura de la política exterior

Hace tres días dio inicio la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) en la Cancillería cuyos objetivos principales son: plasmar las directrices de la política exterior y establecer las tareas prioritarias para fortalecer la posición de nuestro país en el contexto global. Alo largo de toda esta semana se estarán reuniendo los 105 titulares de embajadas, consulados y misiones diplomáticas con diferentes actores políticos y empresariales claves de México para reenfocar la política exterior de México.

Dentro de los temas de la agenda del día lunes -que fue la inauguración- estuvieron: i) conferencia con Secretarios de Estados, ii) sesiones de trabajo, iii) encuentro con el Ejecutivo, iv) Plan de Desarrollo de Integración del Triángulo de Norte, v) T-MEC y vi) reuniones con organismos empresariales. El resto de la semana estarán trabajando en reuniones enfocadas a las relaciones bilaterales y estarán divididas por regiones y por causas.

Cabe destacar que estas causas tienen tres pilares: los derechos humanos, el cambio climático y el fortalecimiento de los valores democráticos. Aquí yo hago un paréntesis para externar que veo una gran incongruencia con este último pilar y la situación de Venezuela. Por un lado, se habla de democracia, pero, por otro lado, no se firmó la Declaración de Lima la cual establece el no reconocimiento del gobierno de Maduro en Venezuela por ser ilegítimo. Todo lo que criticó nuestro actual presidente por años, ahora lo aplaude. Cabe destacar que se habla de un “rediseño de política exterior”, pero yo quiero enfatizar en que ésta ya está diseñada.

Se puede hablar de reorientar, re direccionar o inclusive hablar de una nueva arquitectura, pero la base sólida de la misma está fundada en los principios normativos establecidos en el Artículo 89, fracción X de nuestra Constitución, los cuales son: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. Aquí enfatizo que el tema de “no intervención” se está mal interpretando ya que opinar abiertamente o firmar una Declaración multilateral, no significa violar este principio. Pues si no se quiere intervenir en nada, entonces para qué seguir siendo miembros de organismos multilaterales donde se tiene la facultad de votar o de abstenerse ante Resoluciones de carácter internacional.

Se habla de una diplomacia cultural para fortalecer la presencia de México en el mundo a través de la organización de eventos que aporten innovación, ciencia y tecnología a nuestro país. Aquí lo interesante es ver el “cómo” se logrará esto bajo el paraguas del plan de austeridad ya que todo cuesta y nuevamente hablo de incongruencia, ya que se habla de austeridad, pero a la vez toda la logística de cualquier evento, implica un gasto. Y habría que decirle al Consejo de Diplomacia Cultural que deberán establecer un mecanismo de evaluación que mida el costo-beneficio de cada evento realizado en el extranjero.

Con lo anterior, puedo visualizar que se habla de tres grandes aristas incluidas en esta nueva arquitectura de la política exterior de México que son: el tema comercial, el cultural y el turístico. Estas tres vertientes se suman a los esfuerzos que ya se venían dando, pero ahora concentradas en embajadas y consulados.

Coordinadora de la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales de la Universidad Iberoamericana

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007

Hace tres días dio inicio la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules (REC) en la Cancillería cuyos objetivos principales son: plasmar las directrices de la política exterior y establecer las tareas prioritarias para fortalecer la posición de nuestro país en el contexto global. Alo largo de toda esta semana se estarán reuniendo los 105 titulares de embajadas, consulados y misiones diplomáticas con diferentes actores políticos y empresariales claves de México para reenfocar la política exterior de México.

Dentro de los temas de la agenda del día lunes -que fue la inauguración- estuvieron: i) conferencia con Secretarios de Estados, ii) sesiones de trabajo, iii) encuentro con el Ejecutivo, iv) Plan de Desarrollo de Integración del Triángulo de Norte, v) T-MEC y vi) reuniones con organismos empresariales. El resto de la semana estarán trabajando en reuniones enfocadas a las relaciones bilaterales y estarán divididas por regiones y por causas.

Cabe destacar que estas causas tienen tres pilares: los derechos humanos, el cambio climático y el fortalecimiento de los valores democráticos. Aquí yo hago un paréntesis para externar que veo una gran incongruencia con este último pilar y la situación de Venezuela. Por un lado, se habla de democracia, pero, por otro lado, no se firmó la Declaración de Lima la cual establece el no reconocimiento del gobierno de Maduro en Venezuela por ser ilegítimo. Todo lo que criticó nuestro actual presidente por años, ahora lo aplaude. Cabe destacar que se habla de un “rediseño de política exterior”, pero yo quiero enfatizar en que ésta ya está diseñada.

Se puede hablar de reorientar, re direccionar o inclusive hablar de una nueva arquitectura, pero la base sólida de la misma está fundada en los principios normativos establecidos en el Artículo 89, fracción X de nuestra Constitución, los cuales son: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; la igualdad jurídica de los Estados; la cooperación internacional para el desarrollo; el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. Aquí enfatizo que el tema de “no intervención” se está mal interpretando ya que opinar abiertamente o firmar una Declaración multilateral, no significa violar este principio. Pues si no se quiere intervenir en nada, entonces para qué seguir siendo miembros de organismos multilaterales donde se tiene la facultad de votar o de abstenerse ante Resoluciones de carácter internacional.

Se habla de una diplomacia cultural para fortalecer la presencia de México en el mundo a través de la organización de eventos que aporten innovación, ciencia y tecnología a nuestro país. Aquí lo interesante es ver el “cómo” se logrará esto bajo el paraguas del plan de austeridad ya que todo cuesta y nuevamente hablo de incongruencia, ya que se habla de austeridad, pero a la vez toda la logística de cualquier evento, implica un gasto. Y habría que decirle al Consejo de Diplomacia Cultural que deberán establecer un mecanismo de evaluación que mida el costo-beneficio de cada evento realizado en el extranjero.

Con lo anterior, puedo visualizar que se habla de tres grandes aristas incluidas en esta nueva arquitectura de la política exterior de México que son: el tema comercial, el cultural y el turístico. Estas tres vertientes se suman a los esfuerzos que ya se venían dando, pero ahora concentradas en embajadas y consulados.

Coordinadora de la Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales de la Universidad Iberoamericana

aribel.contreras@ibero.mx

@Aribel007