/ martes 27 de octubre de 2020

La reconfiguración verde: retos y actores

Por Emiliano Reyes* y Gerardo Trujano**


El pasado 24 de octubre se conmemoró el 75 aniversario de las Naciones Unidas (ONU), en un momento crítico, en dónde el multilateralismo se necesita más que nunca para resolver los desafíos globales como: el COVID-19, las desigualdades y sobre todo el cambio climático.

Según un informe de la red de economistas de la ONU, una de las megatendencias que marcarán el mundo en el siglo XXI es el cambio climático y la degradación ambiental, lo que constituye un fenómeno universal que requiere atención en todos los niveles. Según Michael Oppenheimer, científico de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton, los eventos extremos serán más frecuentes e intensos, lo que exacerbará el impacto en las personas y en los ecosistemas.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha puesto la acción climática al frente de las prioridades de dicha institución, con el foco puesto en una recuperación verde, una transición justa y acelerar la descarbonización de la economía.

No obstante, hay otros eventos en desarrollo que determinarán el éxito de la búsqueda de este futuro sustentable. El más importante es la elección del 3 de noviembre en Estados Unidos. Durante sus cuatro años de gobierno, el presidente Donald Trump ha subestimado y negado el consenso científico de la responsabilidad antropogénica ante el cambio climático. Según el rastreador de desregulación climática de investigadores de la Universidad de Columbia, su gobierno ha tenido 160 retrocesos de las regulaciones ambientales, incluida la salida del Acuerdo de París. No es exagerado decir que cuatro años más de la misma política significaría, al menos, el fin del consenso para llegar a un acuerdo internacional para combatir el cambio climático, lo que impediría llegar a la meta de 1.5°C.

Sin embargo, su contrincante, el exvicepresidente Joe Biden ha tomado la postura contraria, y ha puesto la lucha contra el cambio climático como una prioridad en su campaña, demostrando la urgencia de resolver esta crisis. Parte de su plan, es el compromiso de descarbonizar la red eléctrica para 2035 e invertir 2 billones de dólares en energía renovable y otras tecnologías; al igual que comprometerse a ser carbono neutral para 2050. Su plan incluso ganó el endoso de la prestigiosa revista Scientific American. Estos caminos tan opuestos determinarán, en gran medida, la respuesta global hacia el cambio climático.

Pero no hay que olvidar que hay otros actores en el ajedrez global que también buscan posicionarse como líderes para combatir dicho fenómeno; uno de ellos es la Unión Europea. Recientemente, el Parlamento Europeo, brazo representativo de la UE, votó por una reducción en 60% de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030, lo que obligaría a los 27 miembros, a ser carbono neutral para 2050.

Por otra parte, el presidente de China, Xi Jingping, se comprometió, durante la Asamblea General de la ONU, a alcanzar el pico de carbono antes de 2030 y reducir sus emisiones a cero para 2060. Tomando en cuenta que China es actualmente el país que más GEI emite, es un gran impulso a la agenda climática.

* Licenciado en Relaciones Internacionales, egresado de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México.

** Coordinador Académico de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México.



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Por Emiliano Reyes* y Gerardo Trujano**


El pasado 24 de octubre se conmemoró el 75 aniversario de las Naciones Unidas (ONU), en un momento crítico, en dónde el multilateralismo se necesita más que nunca para resolver los desafíos globales como: el COVID-19, las desigualdades y sobre todo el cambio climático.

Según un informe de la red de economistas de la ONU, una de las megatendencias que marcarán el mundo en el siglo XXI es el cambio climático y la degradación ambiental, lo que constituye un fenómeno universal que requiere atención en todos los niveles. Según Michael Oppenheimer, científico de la Escuela de Asuntos Públicos e Internacionales de Princeton, los eventos extremos serán más frecuentes e intensos, lo que exacerbará el impacto en las personas y en los ecosistemas.

El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, ha puesto la acción climática al frente de las prioridades de dicha institución, con el foco puesto en una recuperación verde, una transición justa y acelerar la descarbonización de la economía.

No obstante, hay otros eventos en desarrollo que determinarán el éxito de la búsqueda de este futuro sustentable. El más importante es la elección del 3 de noviembre en Estados Unidos. Durante sus cuatro años de gobierno, el presidente Donald Trump ha subestimado y negado el consenso científico de la responsabilidad antropogénica ante el cambio climático. Según el rastreador de desregulación climática de investigadores de la Universidad de Columbia, su gobierno ha tenido 160 retrocesos de las regulaciones ambientales, incluida la salida del Acuerdo de París. No es exagerado decir que cuatro años más de la misma política significaría, al menos, el fin del consenso para llegar a un acuerdo internacional para combatir el cambio climático, lo que impediría llegar a la meta de 1.5°C.

Sin embargo, su contrincante, el exvicepresidente Joe Biden ha tomado la postura contraria, y ha puesto la lucha contra el cambio climático como una prioridad en su campaña, demostrando la urgencia de resolver esta crisis. Parte de su plan, es el compromiso de descarbonizar la red eléctrica para 2035 e invertir 2 billones de dólares en energía renovable y otras tecnologías; al igual que comprometerse a ser carbono neutral para 2050. Su plan incluso ganó el endoso de la prestigiosa revista Scientific American. Estos caminos tan opuestos determinarán, en gran medida, la respuesta global hacia el cambio climático.

Pero no hay que olvidar que hay otros actores en el ajedrez global que también buscan posicionarse como líderes para combatir dicho fenómeno; uno de ellos es la Unión Europea. Recientemente, el Parlamento Europeo, brazo representativo de la UE, votó por una reducción en 60% de gases de efecto invernadero (GEI) para 2030, lo que obligaría a los 27 miembros, a ser carbono neutral para 2050.

Por otra parte, el presidente de China, Xi Jingping, se comprometió, durante la Asamblea General de la ONU, a alcanzar el pico de carbono antes de 2030 y reducir sus emisiones a cero para 2060. Tomando en cuenta que China es actualmente el país que más GEI emite, es un gran impulso a la agenda climática.

* Licenciado en Relaciones Internacionales, egresado de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México.

** Coordinador Académico de la Facultad de Estudios Globales de la Universidad Anáhuac México.



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