/ jueves 10 de mayo de 2018

Los servicios de salud en EU

A comienzos de 2017, los republicanos prometieron desatar a la bestia para que arremetiera contra Obamacare, para destruir el programa con un golpe devastador. Sin embargo, ocurrió algo curioso: los electores se percataron de que revocar la Ley de Atención Médica Asequible significaría dejar sin seguro médico a decenas de millones de estadounidenses. No les gustó la idea y suficientes republicanos retrocedieron ante la respuesta negativa que provocó la revocación de Obamacare.

Lo primero que hay que entender es que Obamacare ha sido un programa exitoso. Cuando se aprobó la legislación, los republicanos insistieron en que no lograría aminorar la cantidad de personas sin seguro y crearía un hueco en el presupuesto federal. De hecho, condujo a importantes aumentos en la cobertura, lo cual redujo el índice de no asegurados a su menor nivel en la historia, a un costo relativamente bajo.

Nadie afirmaría que Obamacare es perfecto; muchos estadounidenses siguen sin seguro y demasiados con cobertura enfrentan gastos adicionales preocupantemente elevados. A pesar de ello, la reforma de salud cumplió con la mayoría de lo que sus defensores prometieron y no ocasionó ninguno de los desastres que sus opositores predijeron. A pesar de ello, los republicanos todavía quieren destruirlo.

Uno de esos frentes tiene que ver con la expansión de Medicaid, que representa más de la mitad de las ganancias en cobertura de Obamacare. Ahora, varios estados controlados por los republicanos tratan de dificultar la obtención de Medicaid, en específico, al imponer requisitos laborales a los beneficiarios.

¿Cuál es el propósito de estos requisitos laborales? La justificación aparente —eliminar a los beneficiarios de Medicaid sanos que deberían estar trabajando, pero no lo hacen— es ridícula: hay muy pocas personas que cumplen esa descripción. La meta real es sencillamente dificultar el acceso a los servicios de salud, imponiendo informes onerosos y requisitos burocráticos, así como castigar a aquellos que perdieron sus empleos por razones fuera de su control.

El otro frente tiene que ver con reducir el número de gente que se inscribe para obtener cobertura privada.

El gobierno está promoviendo varios trucos que, en efecto, permitirían que las aseguradoras vuelvan a discriminar a la gente enferma. Cuando el Congreso aprobó un enorme recorte fiscal para las corporaciones y los ricos, también eliminó el mandato individual; es decir, el requisito de que las personas se aseguren incluso si en este momento están sanas.

Con toda seguridad, las aseguradoras ya están proponiendo importantes incrementos en las primas y, específicamente, atribuyen ese aumento a las acciones del Partido Republicano que están motivando a los estadounidenses sanos a abandonar el mercado, dejando atrás a un grupo de asegurados más enfermo y caro.

Lo que va a ocurrir es : pronto, muchos estadounidenses recibirán una sorpresa en sus pólizas de seguro; los subsidios federales protegerán a la mayoría, pero no hay forma de que lo hagan con todos. También escucharán las noticias sobre la menor cobertura de seguros y dirán: “Obamacare es un fracaso”.

A comienzos de 2017, los republicanos prometieron desatar a la bestia para que arremetiera contra Obamacare, para destruir el programa con un golpe devastador. Sin embargo, ocurrió algo curioso: los electores se percataron de que revocar la Ley de Atención Médica Asequible significaría dejar sin seguro médico a decenas de millones de estadounidenses. No les gustó la idea y suficientes republicanos retrocedieron ante la respuesta negativa que provocó la revocación de Obamacare.

Lo primero que hay que entender es que Obamacare ha sido un programa exitoso. Cuando se aprobó la legislación, los republicanos insistieron en que no lograría aminorar la cantidad de personas sin seguro y crearía un hueco en el presupuesto federal. De hecho, condujo a importantes aumentos en la cobertura, lo cual redujo el índice de no asegurados a su menor nivel en la historia, a un costo relativamente bajo.

Nadie afirmaría que Obamacare es perfecto; muchos estadounidenses siguen sin seguro y demasiados con cobertura enfrentan gastos adicionales preocupantemente elevados. A pesar de ello, la reforma de salud cumplió con la mayoría de lo que sus defensores prometieron y no ocasionó ninguno de los desastres que sus opositores predijeron. A pesar de ello, los republicanos todavía quieren destruirlo.

Uno de esos frentes tiene que ver con la expansión de Medicaid, que representa más de la mitad de las ganancias en cobertura de Obamacare. Ahora, varios estados controlados por los republicanos tratan de dificultar la obtención de Medicaid, en específico, al imponer requisitos laborales a los beneficiarios.

¿Cuál es el propósito de estos requisitos laborales? La justificación aparente —eliminar a los beneficiarios de Medicaid sanos que deberían estar trabajando, pero no lo hacen— es ridícula: hay muy pocas personas que cumplen esa descripción. La meta real es sencillamente dificultar el acceso a los servicios de salud, imponiendo informes onerosos y requisitos burocráticos, así como castigar a aquellos que perdieron sus empleos por razones fuera de su control.

El otro frente tiene que ver con reducir el número de gente que se inscribe para obtener cobertura privada.

El gobierno está promoviendo varios trucos que, en efecto, permitirían que las aseguradoras vuelvan a discriminar a la gente enferma. Cuando el Congreso aprobó un enorme recorte fiscal para las corporaciones y los ricos, también eliminó el mandato individual; es decir, el requisito de que las personas se aseguren incluso si en este momento están sanas.

Con toda seguridad, las aseguradoras ya están proponiendo importantes incrementos en las primas y, específicamente, atribuyen ese aumento a las acciones del Partido Republicano que están motivando a los estadounidenses sanos a abandonar el mercado, dejando atrás a un grupo de asegurados más enfermo y caro.

Lo que va a ocurrir es : pronto, muchos estadounidenses recibirán una sorpresa en sus pólizas de seguro; los subsidios federales protegerán a la mayoría, pero no hay forma de que lo hagan con todos. También escucharán las noticias sobre la menor cobertura de seguros y dirán: “Obamacare es un fracaso”.