/ viernes 3 de mayo de 2024

México, el país que arrebata futuros

Por Cynthia Sacal

Qué ironía que el 29 de abril, un día antes del día de la niñez, se revelara el hallazgo de un crematorio clandestino entre las montañas de Iztapalapa. Además de identificaciones de mujeres, se encontraron libretitas de niños y niñas. En un país como México, la paz puede verse obstaculizada por la falta de respeto a la vida humana, y lamentablemente no se puede estimar cuántos cuerpos hay en esa zona. Lo que sí se puede confirmar es que la ceniza seguía caliente, lo que sugiere que muy probablemente, una noche antes de su hallazgo, ese lugar todavía estaba en funcionamiento.

El 30 de abril, Ceci Flores, presidenta fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y México, publicó en su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter), que madres buscadoras le pidieron que fuera a Iztapalapa porque probablemente había restos humanos. El Colectivo de Madres Buscadoras de Sonora se creó en 2019 gracias a Ceci, como consecuencia de la desaparición de sus tres hijos y la falta de ayuda por parte de las autoridades.

"Gracias a todos los que me indicaron dónde podrían haber restos, y repito, no busco justicia, sólo que una madre sepa dónde arropar por última vez a su hijo", dijo Ceci, reconociendo que la justicia probablemente no se alcanzará, especialmente cuando solicitaron ayuda a la Guardia Nacional por seguridad y no se presentaron ese día.

Una de las cosas más importantes a destacar es que se encontraron zapatos, ropa y libretas de niños y niñas. ¿En qué mundo tenemos que vivir para que existan personas a quienes no les importen en absoluto las vidas de seres tan puros como los infantes que probablemente ni siquiera comprendían lo que estaba por suceder?

Para poder construir la paz, se debe comenzar desde abajo, desde la raíz, y esa raíz es la infancia. No se me ocurre una definición más perfecta para la paz que los niños y niñas, en quien no existe ni un gramo de maldad; nada más que inocencia.

Todas las muertes son lamentables, pero el dañar a niños y niñas es una de las cosas más oscuras que se pueden hacer. Ninguna muerte está justificada, pero menos aún las de ellos y ellas.

México les está arrebatando toda la vida que tenían por delante, y a sus madres, la oportunidad de verlos crecer.

Por Cynthia Sacal

Qué ironía que el 29 de abril, un día antes del día de la niñez, se revelara el hallazgo de un crematorio clandestino entre las montañas de Iztapalapa. Además de identificaciones de mujeres, se encontraron libretitas de niños y niñas. En un país como México, la paz puede verse obstaculizada por la falta de respeto a la vida humana, y lamentablemente no se puede estimar cuántos cuerpos hay en esa zona. Lo que sí se puede confirmar es que la ceniza seguía caliente, lo que sugiere que muy probablemente, una noche antes de su hallazgo, ese lugar todavía estaba en funcionamiento.

El 30 de abril, Ceci Flores, presidenta fundadora de Madres Buscadoras de Sonora y México, publicó en su cuenta oficial de X (anteriormente Twitter), que madres buscadoras le pidieron que fuera a Iztapalapa porque probablemente había restos humanos. El Colectivo de Madres Buscadoras de Sonora se creó en 2019 gracias a Ceci, como consecuencia de la desaparición de sus tres hijos y la falta de ayuda por parte de las autoridades.

"Gracias a todos los que me indicaron dónde podrían haber restos, y repito, no busco justicia, sólo que una madre sepa dónde arropar por última vez a su hijo", dijo Ceci, reconociendo que la justicia probablemente no se alcanzará, especialmente cuando solicitaron ayuda a la Guardia Nacional por seguridad y no se presentaron ese día.

Una de las cosas más importantes a destacar es que se encontraron zapatos, ropa y libretas de niños y niñas. ¿En qué mundo tenemos que vivir para que existan personas a quienes no les importen en absoluto las vidas de seres tan puros como los infantes que probablemente ni siquiera comprendían lo que estaba por suceder?

Para poder construir la paz, se debe comenzar desde abajo, desde la raíz, y esa raíz es la infancia. No se me ocurre una definición más perfecta para la paz que los niños y niñas, en quien no existe ni un gramo de maldad; nada más que inocencia.

Todas las muertes son lamentables, pero el dañar a niños y niñas es una de las cosas más oscuras que se pueden hacer. Ninguna muerte está justificada, pero menos aún las de ellos y ellas.

México les está arrebatando toda la vida que tenían por delante, y a sus madres, la oportunidad de verlos crecer.