/ jueves 17 de junio de 2021

Otro golpe militar

Las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse.

Charles-Maurice Talleyrand


Ya dejémonos de simulaciones. Las múltiples tareas que deberían ser para civiles, que ahora se le han asignado a las fuerzas armadas, serán permanentes como lo anunció López Obrador el pasado 14 junio, en su misa de 7: “la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. No quiero que suceda lo que pasó con la Policía Federal que se integró y se echó a perder”.


Un poco de memoria siempre es necesario. La conformación de la Guardia Nacional (GN) violó el artículo 21 constitucional, específicamente el inciso E, señalando que “será de carácter civil”, y su integración fue mayoritariamente castrense con miles de elementos de la policía militar y de la Marina, y algunos elementos de la desaparecida Policía Federal, sin olvidar, que su jefe es un militar disfrazado de civil, rompiendo la naturaleza del mandato constitucional.


La reforma constitucional que dio origen a la GN fue inconvencional, dicho organismo representó la militarización de las labores policiales preventivas. Contraviniendo la postura de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ha sostenido lo siguiente. “la intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad debe ser excepcional y siempre subordinada a corporaciones civiles”. Así, la GN violó el espíritu de los convenios internacionales que México ha suscrito y está obligado a cumplir.


Ahora, con esta próxima iniciativa, AMLO “manda al diablo” todo el marco internacional y las normas civiles de convivencia y de respeto a los derechos humanos. Su ropaje de demócrata y hasta de izquierda (para ilusos e ignorantes) se desvanece. Ya no importan sus promesas de campaña, se las llevó el viento de la demagogia.


Así, se confirma que su documento denominado Plan de Seguridad y Paz fue una suma de cuartillas inconexas y ocurrentes. Y ahora con este desplante militarista, junto con el anterior acuerdo dispuesto por el tabasqueño de entregarle a la Secretaría de la Defensa la seguridad pública del país, se cierra el círculo de toda una concepción castrense.


El fracaso de la política de seguridad no podrá ocultarse con llenar al país con uniformes verde olivo. El saldo comparativo de homicidios dolosos, en los últimos 28 meses, muestra el desastre: Vicente Fox, 31 mil 455; Felipe Calderón, 28 mil 72; Enrique Peña, 39 mil 445; Andres Manuel Lopez Obrador, 80 mil 582 (TResearch).


La ruta que ha definido AMLO es la de un régimen militar con un civil de animador. Sus discursos “democráticos” son huecos. Veremos cómo obtiene la mayoría calificada. Recursos tiene, soldados abyectos también y traidores nunca faltan.


pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz


Las bayonetas sirven para todo, menos para sentarse.

Charles-Maurice Talleyrand


Ya dejémonos de simulaciones. Las múltiples tareas que deberían ser para civiles, que ahora se le han asignado a las fuerzas armadas, serán permanentes como lo anunció López Obrador el pasado 14 junio, en su misa de 7: “la Guardia Nacional forme parte de la Secretaría de la Defensa Nacional. No quiero que suceda lo que pasó con la Policía Federal que se integró y se echó a perder”.


Un poco de memoria siempre es necesario. La conformación de la Guardia Nacional (GN) violó el artículo 21 constitucional, específicamente el inciso E, señalando que “será de carácter civil”, y su integración fue mayoritariamente castrense con miles de elementos de la policía militar y de la Marina, y algunos elementos de la desaparecida Policía Federal, sin olvidar, que su jefe es un militar disfrazado de civil, rompiendo la naturaleza del mandato constitucional.


La reforma constitucional que dio origen a la GN fue inconvencional, dicho organismo representó la militarización de las labores policiales preventivas. Contraviniendo la postura de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ha sostenido lo siguiente. “la intervención de las fuerzas armadas en tareas de seguridad debe ser excepcional y siempre subordinada a corporaciones civiles”. Así, la GN violó el espíritu de los convenios internacionales que México ha suscrito y está obligado a cumplir.


Ahora, con esta próxima iniciativa, AMLO “manda al diablo” todo el marco internacional y las normas civiles de convivencia y de respeto a los derechos humanos. Su ropaje de demócrata y hasta de izquierda (para ilusos e ignorantes) se desvanece. Ya no importan sus promesas de campaña, se las llevó el viento de la demagogia.


Así, se confirma que su documento denominado Plan de Seguridad y Paz fue una suma de cuartillas inconexas y ocurrentes. Y ahora con este desplante militarista, junto con el anterior acuerdo dispuesto por el tabasqueño de entregarle a la Secretaría de la Defensa la seguridad pública del país, se cierra el círculo de toda una concepción castrense.


El fracaso de la política de seguridad no podrá ocultarse con llenar al país con uniformes verde olivo. El saldo comparativo de homicidios dolosos, en los últimos 28 meses, muestra el desastre: Vicente Fox, 31 mil 455; Felipe Calderón, 28 mil 72; Enrique Peña, 39 mil 445; Andres Manuel Lopez Obrador, 80 mil 582 (TResearch).


La ruta que ha definido AMLO es la de un régimen militar con un civil de animador. Sus discursos “democráticos” son huecos. Veremos cómo obtiene la mayoría calificada. Recursos tiene, soldados abyectos también y traidores nunca faltan.


pedropenaloza@yahoo.com/Twitter:@pedro_penaloz


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