/ lunes 14 de septiembre de 2020

Pulso CDMX | Azcapotzalco: dinamismo verde

La Constitución de la Ciudad de México marcó vanguardia jurídica en el ámbito mundial por impulsar una visión de Ciudad atrevida pero necesaria basada en el reconocimiento de derechos de nueva generación. El Derecho a la Ciudad constituye uno de sus ejes transversales recogiendo posturas internacionales indispensables para el futuro de la humanidad. Asume el papel trascendental que deben jugar los gobiernos locales en la construcción de una sociedad no solamente sustentable, sino regenerativa.

En octubre de 2016, en medio de su elaboración, un grupo de personas activistas, funcionarias y legisladoras, entre ellas el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas (integrante del Grupo Redactor del primer borrador) acudieron como representantes de la Capital mexicana en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III en Quito. Estas líneas innovadoras destacaron como mejor práctica legislativa mundial por su concordancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente con el Objetivo 11, “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles” y con la Nueva Agenda Urbana.

El cambio inicia desde lo local. Sin cumplirlo cabalmente y en la impunidad, las Alcaldías tienen la obligación de contar con una unidad administrativa en materia de sustentabilidad como lo indica la Ley de Alcaldías, basándose en el Artículo 13. Ciudad habitable y en el Derecho a un medio ambiente sano de la Constitución local. Desde el inicio de su administración, la Alcaldía Azcapotzalco, liderado por Vidal Llerenas, ha marcado sensiblemente la diferencia en la Ciudad, mediante acciones novedosas y de proximidad en materia de regeneración ambiental, especialmente por medio de su Dirección de Sustentabilidad a cargo de Alejandra Atzin.

Por medio de su estrategia Ciudadanía Ambiental, capacitó a más de 10,000 vecinas y vecinos en materia de consumo responsable, economía circular, agricultura urbana, legislación ambiental y cambio climático. Supo desarrollar sinergias con otras dependencias de Gobierno como en el caso de los empleos verdes temporales o de la intervención en escuelas. Su vinculación con 20 organizaciones de la sociedad civil y 5 universidades, entre ellas la Universidad de Pittsburgh, contribuyó a mejorar la gestión pública local y la investigación.

Revegetación de jardines para polinizadores, instalación de huertos urbanos, gestión integral de residuos sólidos en colaboración con el comercio popular y los mercados locales, inventario forestal árbol por árbol son unas de sus acciones notorias. El compromiso del Alcalde Llerenas no se limita a la acción pública directa. También desarrolló colaboraciones en el ámbito de la reactivación industrial limpia y de la economía circular, involucrando a actores como la Unión Europea y a la iniciativa privada, como en el caso del Clúster Vallejo.

La ciudadanía debe exigir lo mismo en las demás Alcaldías. Esta serie de activaciones con sectores estratégicos fortalecen las capacidades presentes y futuras para una sociedad regenerativa y cohesionada. Permiten sentar las bases de la resiliencia urbana desde lo local: una obligación colectiva en medio de esta crisis climática sin precedente.

La Constitución de la Ciudad de México marcó vanguardia jurídica en el ámbito mundial por impulsar una visión de Ciudad atrevida pero necesaria basada en el reconocimiento de derechos de nueva generación. El Derecho a la Ciudad constituye uno de sus ejes transversales recogiendo posturas internacionales indispensables para el futuro de la humanidad. Asume el papel trascendental que deben jugar los gobiernos locales en la construcción de una sociedad no solamente sustentable, sino regenerativa.

En octubre de 2016, en medio de su elaboración, un grupo de personas activistas, funcionarias y legisladoras, entre ellas el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas (integrante del Grupo Redactor del primer borrador) acudieron como representantes de la Capital mexicana en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Urbano Sostenible Hábitat III en Quito. Estas líneas innovadoras destacaron como mejor práctica legislativa mundial por su concordancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, especialmente con el Objetivo 11, “lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles” y con la Nueva Agenda Urbana.

El cambio inicia desde lo local. Sin cumplirlo cabalmente y en la impunidad, las Alcaldías tienen la obligación de contar con una unidad administrativa en materia de sustentabilidad como lo indica la Ley de Alcaldías, basándose en el Artículo 13. Ciudad habitable y en el Derecho a un medio ambiente sano de la Constitución local. Desde el inicio de su administración, la Alcaldía Azcapotzalco, liderado por Vidal Llerenas, ha marcado sensiblemente la diferencia en la Ciudad, mediante acciones novedosas y de proximidad en materia de regeneración ambiental, especialmente por medio de su Dirección de Sustentabilidad a cargo de Alejandra Atzin.

Por medio de su estrategia Ciudadanía Ambiental, capacitó a más de 10,000 vecinas y vecinos en materia de consumo responsable, economía circular, agricultura urbana, legislación ambiental y cambio climático. Supo desarrollar sinergias con otras dependencias de Gobierno como en el caso de los empleos verdes temporales o de la intervención en escuelas. Su vinculación con 20 organizaciones de la sociedad civil y 5 universidades, entre ellas la Universidad de Pittsburgh, contribuyó a mejorar la gestión pública local y la investigación.

Revegetación de jardines para polinizadores, instalación de huertos urbanos, gestión integral de residuos sólidos en colaboración con el comercio popular y los mercados locales, inventario forestal árbol por árbol son unas de sus acciones notorias. El compromiso del Alcalde Llerenas no se limita a la acción pública directa. También desarrolló colaboraciones en el ámbito de la reactivación industrial limpia y de la economía circular, involucrando a actores como la Unión Europea y a la iniciativa privada, como en el caso del Clúster Vallejo.

La ciudadanía debe exigir lo mismo en las demás Alcaldías. Esta serie de activaciones con sectores estratégicos fortalecen las capacidades presentes y futuras para una sociedad regenerativa y cohesionada. Permiten sentar las bases de la resiliencia urbana desde lo local: una obligación colectiva en medio de esta crisis climática sin precedente.