/ lunes 17 de enero de 2022

Pulso CDMX | #JusticiaParaNatalia

Discriminación en Six Flags, violencia contra mujeres lesbianas en el espacio público, discurso de odio, discriminatorio y transfóbico del diputado federal Gabriel Cuadri y de la diputada del Congreso de la Ciudad de México, América Rangel: son algunos de los actos de discriminación que se han visibilizados recientemente. Pero diario la violencia y la discriminación siguen en México y también en nuestra “Ciudad de derechos”, como lo señala la Encuesta sobre Discriminación del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED).

Ayer amanecimos con la terrible noticia del ataque con cuchillo a la activista trans Natalia Lane en el Hotel Diana, cerca de la estación de metro Portales en la Ciudad de México, quien desde su cuenta Facebook público dos videos después de este intento de transfemenicidio. Por suerte nuestra compañera Natalia está recuperándose. Es activista en materia de derechos humanos, integra la Asamblea del COPRED, del Centro para las Identidades Trans A.C., de la Marcha LGBTTTI+ de la Ciudad de México y parte de colectivas de lucha por los derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual. Su entrega, su compromiso y su generosidad con las causas, la libertad y la dignidad caracterizan su trabajo con resultados atinados. Además de su visión y acción comunitaria y de solidaridad, Natalia incide en la mejora del marco legal y del acceso a la igualdad real de las poblaciones LGBTTTI+ y de las personas que ejercen el trabajo sexual. Pronto, integrará el Parlamento de Mujeres 2022 convocado por el Congreso de la Ciudad de México.

Si bien las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México actuaron con rapidez y atención con la víctima, cabe señalar que varias instituciones, organizaciones y activistas publicaron posicionamientos de apoyo y de exigencias para que se haga justicia. La Marcha del Orgullo LGBTTTI+ de la Ciudad de México recordó además algunas de las exigencias pendientes. Aún no existe por ejemplo un registro público de todas estas violencias y crímenes de odio. Estas violencias son una señal clara de la persistencia y a veces agudización de la discriminación en todo el país. Nuestra Ciudad no puede permitir el avance de la discriminación. Debemos seguir apoyando y fortaleciendo instituciones determinantes como el COPRED o la Dirección de Diversidad Sexual y Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad. En estos ejercicios se debe ampliar la vinculación con la sociedad civil organizada desde un enfoque solidario y profesional.

Desde cualquier trinchera no dejemos crecer el discurso de odio y estas semillas criminales en nuestra sociedad. Gobiernos, iniciativa privada, partidos políticos, sociedad civil, academia, ciudadanía: todas y todos tenemos una responsabilidad para la inclusión y la igualdad.

El caso de Natalia debe provocar acciones colectivas e individuales más contundentes contra la violencia que amenaza la integridad y seguridad de las poblaciones LGBTTTI+ y de las personas que ejercen el trabajo sexual en la Ciudad de México. Para contrarrestar eso, se trata también de restablecer la igualdad y la atención prioritaria como fue el caso de la identidad de género en la Ciudad de México posible a partir de los 12 años. Aún queda mucho por hacer.

Discriminación en Six Flags, violencia contra mujeres lesbianas en el espacio público, discurso de odio, discriminatorio y transfóbico del diputado federal Gabriel Cuadri y de la diputada del Congreso de la Ciudad de México, América Rangel: son algunos de los actos de discriminación que se han visibilizados recientemente. Pero diario la violencia y la discriminación siguen en México y también en nuestra “Ciudad de derechos”, como lo señala la Encuesta sobre Discriminación del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED).

Ayer amanecimos con la terrible noticia del ataque con cuchillo a la activista trans Natalia Lane en el Hotel Diana, cerca de la estación de metro Portales en la Ciudad de México, quien desde su cuenta Facebook público dos videos después de este intento de transfemenicidio. Por suerte nuestra compañera Natalia está recuperándose. Es activista en materia de derechos humanos, integra la Asamblea del COPRED, del Centro para las Identidades Trans A.C., de la Marcha LGBTTTI+ de la Ciudad de México y parte de colectivas de lucha por los derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual. Su entrega, su compromiso y su generosidad con las causas, la libertad y la dignidad caracterizan su trabajo con resultados atinados. Además de su visión y acción comunitaria y de solidaridad, Natalia incide en la mejora del marco legal y del acceso a la igualdad real de las poblaciones LGBTTTI+ y de las personas que ejercen el trabajo sexual. Pronto, integrará el Parlamento de Mujeres 2022 convocado por el Congreso de la Ciudad de México.

Si bien las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México actuaron con rapidez y atención con la víctima, cabe señalar que varias instituciones, organizaciones y activistas publicaron posicionamientos de apoyo y de exigencias para que se haga justicia. La Marcha del Orgullo LGBTTTI+ de la Ciudad de México recordó además algunas de las exigencias pendientes. Aún no existe por ejemplo un registro público de todas estas violencias y crímenes de odio. Estas violencias son una señal clara de la persistencia y a veces agudización de la discriminación en todo el país. Nuestra Ciudad no puede permitir el avance de la discriminación. Debemos seguir apoyando y fortaleciendo instituciones determinantes como el COPRED o la Dirección de Diversidad Sexual y Derechos Humanos del Gobierno de la Ciudad. En estos ejercicios se debe ampliar la vinculación con la sociedad civil organizada desde un enfoque solidario y profesional.

Desde cualquier trinchera no dejemos crecer el discurso de odio y estas semillas criminales en nuestra sociedad. Gobiernos, iniciativa privada, partidos políticos, sociedad civil, academia, ciudadanía: todas y todos tenemos una responsabilidad para la inclusión y la igualdad.

El caso de Natalia debe provocar acciones colectivas e individuales más contundentes contra la violencia que amenaza la integridad y seguridad de las poblaciones LGBTTTI+ y de las personas que ejercen el trabajo sexual en la Ciudad de México. Para contrarrestar eso, se trata también de restablecer la igualdad y la atención prioritaria como fue el caso de la identidad de género en la Ciudad de México posible a partir de los 12 años. Aún queda mucho por hacer.