/ lunes 23 de agosto de 2021

Pulso CDMX | Manos Amigues

Desde hace un mes la bandera arcoíris ondula al aire de inclusión y diversidad en el número 113 de la calle Pedo Moreno en la Colonia Guerrero en donde se ubica Manos Amigues: el primer comedor comunitario LGBTTTI+ de la Ciudad de México.

Todo salió a raíz de la colaboración entre Tierra, Pan y Luna A.C. y Circolo Social A.C. enfocadas al trabajo social y comunitario quienes habían compartido el proyecto Burritos No Bombas: servicio de ayuda alimentaria nacido durante la pandemia que provee despensas semanales a 300 personas en condición de vulnerabilidad, y que pertenecen esencialmente a las poblaciones LGBTTTI+. El local está albergado por el hostal “La Colonial”, una casona histórica que renta espacios para las personas en situación de marginación social. De hecho, Brent Alberghini, Alex Rodríguez y Emmanuel Buitrón, fundadores del proyecto, tienen ya la idea de crear en este espacio un refugio para las personas LGBTTTI+ víctimas de violencia y precariedad social.

Rompiendo tabús y prejuicios y generando apoyo de la comunidad vecinal local, Manos Amigues es una respuesta concreta frente a la exclusión y la discriminación que viven las personas LGBTTTI+ en su cotidianidad en un contexto violento que ha empeorado por la pandemia y la falta de una respuesta institucional suficiente y articulada. De lunes a viernes, la magia culinaria de la cocinera Alejandra y su equipo ofrece una comida completa por 15 pesos a todas las personas.

Además de su función alimentaria, este espacio ya es también galería de arte. Cada viernes ofrece una programación cultural abierta al público, promoviendo el trabajo y el talento de las poblaciones diversas. La exposición actual hace brillar nuevamente algunos carteles de las primeras acciones del movimiento LGBTTTI+ en México, gracias a la generosidad del activista histórico Juan Jacobo Hernández. Varias organizaciones ya están sumando colores a la bandera altruista, como Condomóvil A.C. que cada viernes aplica pruebas de VIH, otorga información y material de prevención en materia de salud sexual.

En Manos Amigues la convivencia natural emana de la buena vibra general. En medio de una zona compleja, estigmatizada por su conflictividad y por las incidencias de violencias en algunos puntos de la colonia, es un punto de pacificación en donde conviven orígenes, edades, colores e identidades: un sazón diverso e intergeneracional que rompe con nuestras lógicas urbanas fragmentadas. Manos Amigues se conecta con la memoria y ya hizo historia por su originalidad, su creatividad, su profesionalismo y su generosidad. Es una bocanada de solidaridad; un viaje comunitario posible gracias a un equipo comprometido que nos regala una experiencia auténtica de calidez humana y cohesión social.

Este tipo de proyectos atrevidos y exitosos deben documentarse, difundirse y generar apoyo de las instancias gubernamentales, de la iniciativa privada y de la suma de otras organizaciones para su fortalecimiento y réplica en los distintos barrios de nuestra Ciudad. Difusión, voluntariado, donativos económicos o en especies, gestión social, vinculación estratégica: todas y todos podemos sumar. Esta maravillosa aventura humana, producto del corazón, esencia de lo universal, apenas empieza y dará mucho que de hablar.

Desde hace un mes la bandera arcoíris ondula al aire de inclusión y diversidad en el número 113 de la calle Pedo Moreno en la Colonia Guerrero en donde se ubica Manos Amigues: el primer comedor comunitario LGBTTTI+ de la Ciudad de México.

Todo salió a raíz de la colaboración entre Tierra, Pan y Luna A.C. y Circolo Social A.C. enfocadas al trabajo social y comunitario quienes habían compartido el proyecto Burritos No Bombas: servicio de ayuda alimentaria nacido durante la pandemia que provee despensas semanales a 300 personas en condición de vulnerabilidad, y que pertenecen esencialmente a las poblaciones LGBTTTI+. El local está albergado por el hostal “La Colonial”, una casona histórica que renta espacios para las personas en situación de marginación social. De hecho, Brent Alberghini, Alex Rodríguez y Emmanuel Buitrón, fundadores del proyecto, tienen ya la idea de crear en este espacio un refugio para las personas LGBTTTI+ víctimas de violencia y precariedad social.

Rompiendo tabús y prejuicios y generando apoyo de la comunidad vecinal local, Manos Amigues es una respuesta concreta frente a la exclusión y la discriminación que viven las personas LGBTTTI+ en su cotidianidad en un contexto violento que ha empeorado por la pandemia y la falta de una respuesta institucional suficiente y articulada. De lunes a viernes, la magia culinaria de la cocinera Alejandra y su equipo ofrece una comida completa por 15 pesos a todas las personas.

Además de su función alimentaria, este espacio ya es también galería de arte. Cada viernes ofrece una programación cultural abierta al público, promoviendo el trabajo y el talento de las poblaciones diversas. La exposición actual hace brillar nuevamente algunos carteles de las primeras acciones del movimiento LGBTTTI+ en México, gracias a la generosidad del activista histórico Juan Jacobo Hernández. Varias organizaciones ya están sumando colores a la bandera altruista, como Condomóvil A.C. que cada viernes aplica pruebas de VIH, otorga información y material de prevención en materia de salud sexual.

En Manos Amigues la convivencia natural emana de la buena vibra general. En medio de una zona compleja, estigmatizada por su conflictividad y por las incidencias de violencias en algunos puntos de la colonia, es un punto de pacificación en donde conviven orígenes, edades, colores e identidades: un sazón diverso e intergeneracional que rompe con nuestras lógicas urbanas fragmentadas. Manos Amigues se conecta con la memoria y ya hizo historia por su originalidad, su creatividad, su profesionalismo y su generosidad. Es una bocanada de solidaridad; un viaje comunitario posible gracias a un equipo comprometido que nos regala una experiencia auténtica de calidez humana y cohesión social.

Este tipo de proyectos atrevidos y exitosos deben documentarse, difundirse y generar apoyo de las instancias gubernamentales, de la iniciativa privada y de la suma de otras organizaciones para su fortalecimiento y réplica en los distintos barrios de nuestra Ciudad. Difusión, voluntariado, donativos económicos o en especies, gestión social, vinculación estratégica: todas y todos podemos sumar. Esta maravillosa aventura humana, producto del corazón, esencia de lo universal, apenas empieza y dará mucho que de hablar.