/ viernes 6 de octubre de 2017

Solidaridad: un abrazo fraterno

Ayudar a como de lugar y sin condiciones fue la intención, el espíritu desplegado en interminables jornadas de miles de voluntarios con sobresaliente presencia de  jóvenes mujeres y hombres. “No se trata de levantar al otro, sino de levantarnos juntos”. Una vez más queda impregnada en la memoria y conciencia del mexicano el positivo y monumental desempeño de la sociedad civil y de servidores públicos.

¡Héroes anónimos todos! Corazones y brazos acudieron prestos a dar todo en las llamadas “zona cero” en donde habitaba la esperanza, el dolor, la angustia, el silencio, el grito de victoria cada vez que se lograba sacar vida del polvo y los pesados escombros. Pesadilla atenuada por la enorme luz de la solidaridad humana. Todos lo vimos desde aquel fatídico sismo del 7 (hoy cumple un mes) y luego del 19 de septiembre.

En el País quedaron tatuadas las imágenes donde resalta la entrega, el temple, la actitud valiente, la disposición, el sacrifico, el esfuerzo de todos, transportando víveres, ropa. agua, alimentos recién hechos para ofrecerlos a quien los requiriese.

Cadenas humanas cargando cascajo en improvisados botes, levantando palas y picos contra el cascajo asesino. Rescatistas profesionales extranjeros y mexicanos, personal del ejército, la marina, el heroico cuerpo de bomberos, los electricistas, policías locales y federales, autoridades en sus ámbitos, la Cruz Roja, perros rescatistas aplicándose a fondo todos. Un ejército de hormigas gigantes enfrentando los desastres del infortunio.

A quienes perdieron su vida, a quienes de los escombros tuvieron una segunda oportunidad de vida y a los damnificados por daños materiales… por siempre un minuto de silencio, acompañamiento y un fuerte abrazo solidario y fraterno.

Ahora, toca el turno al “músculo financiero” y expertos en la reconstrucción de la infraestructura física y el apoyo sicológico a las personas, familias y comunidades. Destaca el alinear las prioridades en las agendas individuales e institucionales conacciones a cumplir en tiempo y forma, transparencia, rendición de cuentas, eficiencia y eficacia.

Veamos algunos datos de la siniestralidad para comprender los retos del devenir y el “traje a la medida” con la nueva percepción que el llamado “triángulo de la vida” no aplica a México:

a) Al menos 369 defunciones, decenas de personas rescatadas con vida y sus testimonios, cientos de personas con lesiones, 138 mil hogares y 13 mil escuelas con daño parcial o total y un monto superior a 37 mil 500 millones de pesos de inversión requerida.

b) El INEGI en comunicado número 419/17: “estadísticas sobre las afectaciones de los sismos de septiembre 2017 en las actividades económicas”, refiere de siniestralidad en 329 mil establecimientos, un 16.% por ciento en los ocho estados más impactados.

c) La autoridad hacendaria federal expresa: “durante la emergencia por los recientes sismos y en los esfuerzos de reconstrucción, el tema financiero no ha sido un obstáculo, (…) en materia de vivienda, educativa, salud, carreteras y espacios públicos”.

d) Las respuestas focalizadas del gobierno (federal, estatal y municipal) se perfilan y comunican las estrategias y mecanismos institucionales, así, como el origen, asignación y de ser el caso reasignación de los recursos.

Concluyendo, si este afligido instante de la historia mexicana movió el corazón comunitario, ayudemos a reconstruir su vida a quienes perdieron a un ser querido, sus documentos, activos y quimeras. Tiempo de responsabilidad social.

 

hazael.ruiz@hotmail.com

Ayudar a como de lugar y sin condiciones fue la intención, el espíritu desplegado en interminables jornadas de miles de voluntarios con sobresaliente presencia de  jóvenes mujeres y hombres. “No se trata de levantar al otro, sino de levantarnos juntos”. Una vez más queda impregnada en la memoria y conciencia del mexicano el positivo y monumental desempeño de la sociedad civil y de servidores públicos.

¡Héroes anónimos todos! Corazones y brazos acudieron prestos a dar todo en las llamadas “zona cero” en donde habitaba la esperanza, el dolor, la angustia, el silencio, el grito de victoria cada vez que se lograba sacar vida del polvo y los pesados escombros. Pesadilla atenuada por la enorme luz de la solidaridad humana. Todos lo vimos desde aquel fatídico sismo del 7 (hoy cumple un mes) y luego del 19 de septiembre.

En el País quedaron tatuadas las imágenes donde resalta la entrega, el temple, la actitud valiente, la disposición, el sacrifico, el esfuerzo de todos, transportando víveres, ropa. agua, alimentos recién hechos para ofrecerlos a quien los requiriese.

Cadenas humanas cargando cascajo en improvisados botes, levantando palas y picos contra el cascajo asesino. Rescatistas profesionales extranjeros y mexicanos, personal del ejército, la marina, el heroico cuerpo de bomberos, los electricistas, policías locales y federales, autoridades en sus ámbitos, la Cruz Roja, perros rescatistas aplicándose a fondo todos. Un ejército de hormigas gigantes enfrentando los desastres del infortunio.

A quienes perdieron su vida, a quienes de los escombros tuvieron una segunda oportunidad de vida y a los damnificados por daños materiales… por siempre un minuto de silencio, acompañamiento y un fuerte abrazo solidario y fraterno.

Ahora, toca el turno al “músculo financiero” y expertos en la reconstrucción de la infraestructura física y el apoyo sicológico a las personas, familias y comunidades. Destaca el alinear las prioridades en las agendas individuales e institucionales conacciones a cumplir en tiempo y forma, transparencia, rendición de cuentas, eficiencia y eficacia.

Veamos algunos datos de la siniestralidad para comprender los retos del devenir y el “traje a la medida” con la nueva percepción que el llamado “triángulo de la vida” no aplica a México:

a) Al menos 369 defunciones, decenas de personas rescatadas con vida y sus testimonios, cientos de personas con lesiones, 138 mil hogares y 13 mil escuelas con daño parcial o total y un monto superior a 37 mil 500 millones de pesos de inversión requerida.

b) El INEGI en comunicado número 419/17: “estadísticas sobre las afectaciones de los sismos de septiembre 2017 en las actividades económicas”, refiere de siniestralidad en 329 mil establecimientos, un 16.% por ciento en los ocho estados más impactados.

c) La autoridad hacendaria federal expresa: “durante la emergencia por los recientes sismos y en los esfuerzos de reconstrucción, el tema financiero no ha sido un obstáculo, (…) en materia de vivienda, educativa, salud, carreteras y espacios públicos”.

d) Las respuestas focalizadas del gobierno (federal, estatal y municipal) se perfilan y comunican las estrategias y mecanismos institucionales, así, como el origen, asignación y de ser el caso reasignación de los recursos.

Concluyendo, si este afligido instante de la historia mexicana movió el corazón comunitario, ayudemos a reconstruir su vida a quienes perdieron a un ser querido, sus documentos, activos y quimeras. Tiempo de responsabilidad social.

 

hazael.ruiz@hotmail.com