/ domingo 23 de diciembre de 2018

Valgo

Ha llegado la época de mayor reflexión y emotividad durante el año. Para algunos cuyas creencias difieren de los ritos y tradiciones, espiritualmente poco trascendente; para otros, triste, reflexiva y colmada de recuerdos; algunos más indiferentes y apáticos; lo cierto es que para la gran mayoría las fechas conllevan emoción y sentimiento además de la oportunidad para reencontrar amigos, provocar encuentros y convivir en familia, desde los preparativos hasta la tradicional cena navideña.

Estamos pues en tiempo de Adviento -en latín: adventus Redemptoris, venida del Redentor-, un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo, tiempo de oración y de reflexión; esperanza y preparación; de arrepentimiento, de perdón y de alegría.

Independientemente de las ideas, creencias y tradiciones de cada uno, parece este un momento propicio para recapacitar y qué mejor para ello que evocar obras e ideas literarias que nos inciten a revalorar nuestra vida; es por ello que viene hoy a mí un escrito cuyo autor ha causado polémica: se ha atribuido al poeta argentino Jorge Luis Borges, aunque en realidad parece haber sido escrito por Nadine Stair –poetisa norteamericana-, bajo el nombre de “Instantes”, publicado en 1978.

"De tanto perder, aprendí a ganar; de tanto llorar, se me dibujó la sonrisa que tengo. Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto cómo es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a esperar que me pidieran ayuda. Traté siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto, como debe ser (incluyéndome).

Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo, y los demás que hagan lo que quieran. Vi tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es seguro, sólo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mí me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea.

Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables.

Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente dispuesto a sanarlas, con la ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado, que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan.

Lo mejor está por venir.” Lo mejor está por venir… Y así, con esta ilusión y la esperanza de que el nacimiento de Cristo, la convivencia con amigos y familiares, agradezcamos la vida, los bienes, la presencia de quienes están con nosotros, la oportunidad de dar un abrazo y recibir una sonrisa…

Que esta Navidad el Niño Dios depare prosperidad, salud, amor y mucha paz para México y para cada uno de nosotros.

¡FELIZ NAVIDAD!

gamogui@hotmail.com

Ha llegado la época de mayor reflexión y emotividad durante el año. Para algunos cuyas creencias difieren de los ritos y tradiciones, espiritualmente poco trascendente; para otros, triste, reflexiva y colmada de recuerdos; algunos más indiferentes y apáticos; lo cierto es que para la gran mayoría las fechas conllevan emoción y sentimiento además de la oportunidad para reencontrar amigos, provocar encuentros y convivir en familia, desde los preparativos hasta la tradicional cena navideña.

Estamos pues en tiempo de Adviento -en latín: adventus Redemptoris, venida del Redentor-, un tiempo de preparación espiritual para la celebración del nacimiento de Cristo, tiempo de oración y de reflexión; esperanza y preparación; de arrepentimiento, de perdón y de alegría.

Independientemente de las ideas, creencias y tradiciones de cada uno, parece este un momento propicio para recapacitar y qué mejor para ello que evocar obras e ideas literarias que nos inciten a revalorar nuestra vida; es por ello que viene hoy a mí un escrito cuyo autor ha causado polémica: se ha atribuido al poeta argentino Jorge Luis Borges, aunque en realidad parece haber sido escrito por Nadine Stair –poetisa norteamericana-, bajo el nombre de “Instantes”, publicado en 1978.

"De tanto perder, aprendí a ganar; de tanto llorar, se me dibujó la sonrisa que tengo. Conozco tanto el piso que sólo miro el cielo. Toqué tantas veces fondo que, cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto cómo es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para aprender a estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a esperar que me pidieran ayuda. Traté siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente todo es tan imperfecto, como debe ser (incluyéndome).

Hago sólo lo que debo, de la mejor forma que puedo, y los demás que hagan lo que quieran. Vi tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es seguro, sólo la muerte… por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deban estar, y quien realmente está interesado en mí me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea.

Aprendí a vivir y disfrutar cada detalle, aprendí de los errores pero no vivo pensando en ellos, pues siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables.

Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón pero siempre hay alguien realmente dispuesto a sanarlas, con la ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios, todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado, que las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan.

Lo mejor está por venir.” Lo mejor está por venir… Y así, con esta ilusión y la esperanza de que el nacimiento de Cristo, la convivencia con amigos y familiares, agradezcamos la vida, los bienes, la presencia de quienes están con nosotros, la oportunidad de dar un abrazo y recibir una sonrisa…

Que esta Navidad el Niño Dios depare prosperidad, salud, amor y mucha paz para México y para cada uno de nosotros.

¡FELIZ NAVIDAD!

gamogui@hotmail.com

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