/ domingo 5 de mayo de 2019

Venezuela

“POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA”.

Miguel de Cervantes, Don Quijote.


Gabriela Mora Guillén.

“Huele a libertad, huele a libertad...”, este ha sido el grito de miles de venezolanos tiempo atrás; sin embargo, en estos últimos días que hemos visto el actuar de la Operación Libertad, iniciada por Juan Guaidó, el pasado 30 de abril, niños, jóvenes y adultos que piensan y claman por un mejor futuro propio y para su país. Y es que a decir de la Unicef, más de 327 mil niños venezolanos se han trasladado tan solo a Colombia; 170 mil a Perú y entre menores y adultos, suman más de 3.7 millones de venezolanos que han abandonado su país para huir, por diversas naciones de Latinoamérica.

Y es que para nuestra desgracia, Venezuela regresa a ser tema a nivel mundial consientes de que, mientras no haya una resolución definitiva del problema, no será posible dejarlo de lado: hace unos días, el 30 de abril decíamos, la oposición liderada por Juan Guaidó lanzó una nueva ofensiva para tratar de convencer a los militares de que deserten y se unan a su causa.; no obstante, parece ser que las Fuerzas Armadas siguen siendo leales, por comisión u omisión, al gobierno chavista de Nicolás Maduro.

Haciendo un poco de historia, recordemos el comienzo de esta historia cuando el gobierno prometió al pueblo venezolano procurar la justicia social y la igualdad entre los ciudadanos; no obstante, el desarrollo social no puede alcanzarse regalando dinero público y en países subdesarrollados, el dinero privado a invertir es poco y el que vi del exterior es incierto por lo que el gasto público es el principal factor de desarrollo... ni para dónde hacerse, regalar la gasolina en un país petrolizado es el camino más corto al fracaso.

Y ya hablando en términos de Guaidó y sus seguidores, resulta difícil de entender su actuar luego de que hemos visto cómo el tiempo ha jugado a favor del sistema chavista y en tanto los días sigan pasando, Maduro y su séquito ahí siguen, detentando el poder en una “democracia” inexistente toda vez que perdieron en las elecciones desde el 2015, y aprovechando la situación, cierran espacios a la oposición, tal y como lo hicieron con Leopoldo López… cabe la posibilidad de cerrar el camino al nuevo líder opositor, Juan Guaidó y detenerlo o deportarlo en afán de quitarlo del camino…

Y es que es bien sabido que los tiranos no negocian cuando se trata de aferrarse al poder… y si se enfrentan con demócratas que además tienen en contra al poder de la fuerza de las armas, parece no haber manera, no hay más camino que el de la violencia, es el lenguaje que conocen y que les funciona…

Se trata de dominar al pueblo, de avasallar a quien se oponga, de suprimir la libertad y perpetuarse en el poder. Lejos de ello, un líder que busca continuar en el gobierno el tiempo que sea, organizando elecciones “a modo”, sin convocar al sufragio y jugando con los resultados electorales aun realizando cambios a la Constitución, habría de ser juzgado cuando menos de dictador; un demócrata abandona el poder al concluir su mandato y se acabó: ante el vehemente argumento de “servir al pueblo” forjado en innumerables preceptos demagógicos y populistas –bien conocemos aquí el esquema-, una vez logrado su objetivo, el dictador amedrenta, abusa e intimida para perpetuarse en el poder a no ser que el ejército decida otra cosa…

En Venezuela pues, ¿de qué lado están los militares? Queda claro que como grandes beneficiados del régimen, varios de los cuerpos armados se mantienen leales al chavismo.

No obstante, la oposición argumenta la existencia de grupos de oficiales y tropas hartos por la grave crisis –en todos aspectos-, dispuestos a cambiar de bando.

Y sumado a la guerra interna, no se puede soslayar la política internacional: Estados Unidos apoya a la oposición, además de la mayoría de las democracias liberales de América Latina; por otra parte, los chavistas cuentan con el respaldo de Rusia y naciones latinoamericanas de izquierda como Cuba, Nicaragua y Bolivia…

México mantiene su política de “no intervención”; pero… la realidad es que Andrés Manuel López Obrador apoya al gobierno de Maduro. El canciller Marcelo Ebrard insiste en que México facilitaría el diálogo entre las dos partes: lo cierto es que la oposición venezolana no quiere diálogos, una vez que están consientes de la estrategia chavista para ganar tiempo y permanecer en el poder… Años a, ha habido diálogo sin llegar a acuerdo alguno.

Lejos de resolverse, enfrentamos una verdadera tragedia, no sólo por el sufrimiento de la sociedad víctima de una dictadura, sino por la violencia que hoy se vive en Venezuela, ante una población cansada, harta y furiosa.

gamogui@hotmail.com




“POR LA LIBERTAD, ASÍ COMO POR LA HONRA, SE PUEDE Y DEBE AVENTURAR LA VIDA”.

Miguel de Cervantes, Don Quijote.


Gabriela Mora Guillén.

“Huele a libertad, huele a libertad...”, este ha sido el grito de miles de venezolanos tiempo atrás; sin embargo, en estos últimos días que hemos visto el actuar de la Operación Libertad, iniciada por Juan Guaidó, el pasado 30 de abril, niños, jóvenes y adultos que piensan y claman por un mejor futuro propio y para su país. Y es que a decir de la Unicef, más de 327 mil niños venezolanos se han trasladado tan solo a Colombia; 170 mil a Perú y entre menores y adultos, suman más de 3.7 millones de venezolanos que han abandonado su país para huir, por diversas naciones de Latinoamérica.

Y es que para nuestra desgracia, Venezuela regresa a ser tema a nivel mundial consientes de que, mientras no haya una resolución definitiva del problema, no será posible dejarlo de lado: hace unos días, el 30 de abril decíamos, la oposición liderada por Juan Guaidó lanzó una nueva ofensiva para tratar de convencer a los militares de que deserten y se unan a su causa.; no obstante, parece ser que las Fuerzas Armadas siguen siendo leales, por comisión u omisión, al gobierno chavista de Nicolás Maduro.

Haciendo un poco de historia, recordemos el comienzo de esta historia cuando el gobierno prometió al pueblo venezolano procurar la justicia social y la igualdad entre los ciudadanos; no obstante, el desarrollo social no puede alcanzarse regalando dinero público y en países subdesarrollados, el dinero privado a invertir es poco y el que vi del exterior es incierto por lo que el gasto público es el principal factor de desarrollo... ni para dónde hacerse, regalar la gasolina en un país petrolizado es el camino más corto al fracaso.

Y ya hablando en términos de Guaidó y sus seguidores, resulta difícil de entender su actuar luego de que hemos visto cómo el tiempo ha jugado a favor del sistema chavista y en tanto los días sigan pasando, Maduro y su séquito ahí siguen, detentando el poder en una “democracia” inexistente toda vez que perdieron en las elecciones desde el 2015, y aprovechando la situación, cierran espacios a la oposición, tal y como lo hicieron con Leopoldo López… cabe la posibilidad de cerrar el camino al nuevo líder opositor, Juan Guaidó y detenerlo o deportarlo en afán de quitarlo del camino…

Y es que es bien sabido que los tiranos no negocian cuando se trata de aferrarse al poder… y si se enfrentan con demócratas que además tienen en contra al poder de la fuerza de las armas, parece no haber manera, no hay más camino que el de la violencia, es el lenguaje que conocen y que les funciona…

Se trata de dominar al pueblo, de avasallar a quien se oponga, de suprimir la libertad y perpetuarse en el poder. Lejos de ello, un líder que busca continuar en el gobierno el tiempo que sea, organizando elecciones “a modo”, sin convocar al sufragio y jugando con los resultados electorales aun realizando cambios a la Constitución, habría de ser juzgado cuando menos de dictador; un demócrata abandona el poder al concluir su mandato y se acabó: ante el vehemente argumento de “servir al pueblo” forjado en innumerables preceptos demagógicos y populistas –bien conocemos aquí el esquema-, una vez logrado su objetivo, el dictador amedrenta, abusa e intimida para perpetuarse en el poder a no ser que el ejército decida otra cosa…

En Venezuela pues, ¿de qué lado están los militares? Queda claro que como grandes beneficiados del régimen, varios de los cuerpos armados se mantienen leales al chavismo.

No obstante, la oposición argumenta la existencia de grupos de oficiales y tropas hartos por la grave crisis –en todos aspectos-, dispuestos a cambiar de bando.

Y sumado a la guerra interna, no se puede soslayar la política internacional: Estados Unidos apoya a la oposición, además de la mayoría de las democracias liberales de América Latina; por otra parte, los chavistas cuentan con el respaldo de Rusia y naciones latinoamericanas de izquierda como Cuba, Nicaragua y Bolivia…

México mantiene su política de “no intervención”; pero… la realidad es que Andrés Manuel López Obrador apoya al gobierno de Maduro. El canciller Marcelo Ebrard insiste en que México facilitaría el diálogo entre las dos partes: lo cierto es que la oposición venezolana no quiere diálogos, una vez que están consientes de la estrategia chavista para ganar tiempo y permanecer en el poder… Años a, ha habido diálogo sin llegar a acuerdo alguno.

Lejos de resolverse, enfrentamos una verdadera tragedia, no sólo por el sufrimiento de la sociedad víctima de una dictadura, sino por la violencia que hoy se vive en Venezuela, ante una población cansada, harta y furiosa.

gamogui@hotmail.com