/ lunes 15 de octubre de 2018

¿Y el libre comercio en América del Norte?

Canadá impuso nuevos aranceles al acero mexicano, una muestra más de que América del Norte sigue inmersa en el proceso autodestructivo de su integración económica.

A sólo unos días de que se anunció un principio de acuerdo, el conocido como USMCA, entre México, Estados Unidos y Canadá, éste último decidió incluir al primero en el listado de naciones a las que sancionará con un arancel para, de acuerdo con la autoridad canadiense, proteger a su industria siderúrgica.

El gobierno del primer ministro Trudeau decidió seguir el camino de Donald Trump: toma decisiones sin justificación económica para favorecer a su industria. Con ello hace patente que el USMCA, sustituto del TLCAN, no garantizará un trato equitativo y justo para México.

En una primera respuesta, la autoridad de nuestro país afirmó que “México revisará cuidadosamente las medidas impuestas, ya que podrían resultar violatorias de los compromisos internacionales de Canadá como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además de poner en riesgo la competitividad e integración comercial de la industria regional”. México evaluará, Canadá actúa.

Además, el secretario de Economía señaló que la acción de Canadá no pondrá en riesgo la firma del USMCA. Parece que México seguirá poniendo la otra mejilla ante las acciones que sus socios comerciales han emprendido contra las empresas de acero mexicanas.

Gracias a la timidez de las respuestas por parte de las autoridades nacionales, sigue escalando la afectación al sector siderúrgico de México y con ello a su proceso de inversión y generación de empleo.

Primero fue la respuesta tardía ante la importación de acero que llegó a precios artificialmente bajos, producto de los subsidios y beneficios del gobierno chino. México se abrió unilateralmente y China lo aprovechó. Después de años de afectación, finalmente se decidió actuar frente a la competencia desleal del acero asiático.

El segundo hecho fue el daño que el proteccionismo del presidente Barack Obama provocó a empresas mexicanas al imponer aranceles que no estaban justificados y que en principio eran dirigidos a la competencia desleal de otras naciones. La regulación del TLCAN no sirvió para garantizar un trato justo a México.

El tercer momento fue la acción de Donald Trump: elevar los aranceles al acero y aluminio mexicanos porque “no le gustaba” como iba el proceso de negociación del TLCAN. Lamentablemente, y a pesar de que el USMCA fue del entero beneplácito de Trump, se mantiene la afectación sobre el acero de México.

Ahora fue el turno de Canadá: para promover la fortaleza de su industria siderúrgica decidió actuar contra la de México. El mensaje es claro: América del Norte tendrá un nuevo acuerdo, pero ello no significa equidad y comercio justo cuando se afecta el interés de los gobiernos de Canadá y Estados Unidos. El próximo gobierno de México lo deberá tener claro.

Canadá impuso nuevos aranceles al acero mexicano, una muestra más de que América del Norte sigue inmersa en el proceso autodestructivo de su integración económica.

A sólo unos días de que se anunció un principio de acuerdo, el conocido como USMCA, entre México, Estados Unidos y Canadá, éste último decidió incluir al primero en el listado de naciones a las que sancionará con un arancel para, de acuerdo con la autoridad canadiense, proteger a su industria siderúrgica.

El gobierno del primer ministro Trudeau decidió seguir el camino de Donald Trump: toma decisiones sin justificación económica para favorecer a su industria. Con ello hace patente que el USMCA, sustituto del TLCAN, no garantizará un trato equitativo y justo para México.

En una primera respuesta, la autoridad de nuestro país afirmó que “México revisará cuidadosamente las medidas impuestas, ya que podrían resultar violatorias de los compromisos internacionales de Canadá como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), además de poner en riesgo la competitividad e integración comercial de la industria regional”. México evaluará, Canadá actúa.

Además, el secretario de Economía señaló que la acción de Canadá no pondrá en riesgo la firma del USMCA. Parece que México seguirá poniendo la otra mejilla ante las acciones que sus socios comerciales han emprendido contra las empresas de acero mexicanas.

Gracias a la timidez de las respuestas por parte de las autoridades nacionales, sigue escalando la afectación al sector siderúrgico de México y con ello a su proceso de inversión y generación de empleo.

Primero fue la respuesta tardía ante la importación de acero que llegó a precios artificialmente bajos, producto de los subsidios y beneficios del gobierno chino. México se abrió unilateralmente y China lo aprovechó. Después de años de afectación, finalmente se decidió actuar frente a la competencia desleal del acero asiático.

El segundo hecho fue el daño que el proteccionismo del presidente Barack Obama provocó a empresas mexicanas al imponer aranceles que no estaban justificados y que en principio eran dirigidos a la competencia desleal de otras naciones. La regulación del TLCAN no sirvió para garantizar un trato justo a México.

El tercer momento fue la acción de Donald Trump: elevar los aranceles al acero y aluminio mexicanos porque “no le gustaba” como iba el proceso de negociación del TLCAN. Lamentablemente, y a pesar de que el USMCA fue del entero beneplácito de Trump, se mantiene la afectación sobre el acero de México.

Ahora fue el turno de Canadá: para promover la fortaleza de su industria siderúrgica decidió actuar contra la de México. El mensaje es claro: América del Norte tendrá un nuevo acuerdo, pero ello no significa equidad y comercio justo cuando se afecta el interés de los gobiernos de Canadá y Estados Unidos. El próximo gobierno de México lo deberá tener claro.