/ domingo 11 de abril de 2021

“Yo te cuido, tú me cuidas” ¿Moneda de cambio?

Un lector, refiere que desde esta columna “Cuidémonos” analizó el tema “Respondiendo a la pandemia del coronavirus”, en cárceles de Inglaterra y Gales, Italia, Rumanía, Sierra Leona, Chile y la Ciudad de México con entrevista a Pedro Aguilar Cueto y un servidor Hazael Ruiz Ortega. De la frase mencionada “Yo te cuido, tú me cuidas” formula una pregunta centrada en la Reciprocidad ¿es moneda de cambio?

Gracias, amable lector por sus comentarios y compartir reflexiones en estos tiempos de experiencias atípicas – únicas. Sin duda, Comunidad y Autoridades despliegan la gama de fuerzas y oportunidades para acotar las debilidades y amenazas que permita salir de la pandemia, efectos económicos, emocionales, etc.

a) Del contexto de la expresión “Yo te cuido, tú me cuidas”. En las cárceles de la Ciudad de México, está vinculado a: “uso de mascarillas, lavado de manos constante, limpieza y desinfección y el compromiso de cada persona de informar cualquier enfermedad o síntoma de inmediato. Todo un equipo trabajando hacia el mismo objetivo: prevenir infecciones y mantener a todos en buena salud”.

Reconocemos el trabajo en equipo de las personas privadas de su libertad, familias, servidores públicos y quienes acuden a esos espacios. Podemos lograr y ayudar más, se requiere de la empatía, solidaridad, reciprocidad social, cumplir los protocolos, etc. Símbolos positivos.

b) Del sentido de la Reciprocidad, coincidimos que es regla de oro en la convivencia del trato social. Tres casos representativos de la interdependencia emprendedora:

1. El principio de reciprocidad en las relaciones internacionales entre las Naciones y convenios celebrados; 2. Del ámbito de los agentes económicos, de la “reciprocidad bancaria” seremos testigos del impulso en estos tiempos; y 3. De las personas en su vida cotidiana, acentuando en los días de las excepciones individuales y del colectivo.

c) De la Reciprocidad de las personas, a la vista, pareciera resultar más compleja que la correspondencia mutua en las relaciones internacionales y bancarias.

- Se percibe de los intercambios formales de bienes o servicios, la factibilidad de establecer un valor de retorno, sin embargo, también intercambiamos: ideas, emociones y sentimientos, recibimos apoyos de naturaleza diferente en momentos únicos.

¿Cuál sería el valor?, ¿Cuándo y cómo se devuelve?, ¿A la misma persona?, ¿A quién lo necesite?, ¿Del primer círculo?, ¿Unilateral? ¿Cuál sería la ecuación perfecta?… dar - recibir o recibir - dar, etc.

Viene a la memoria relato familiar: Un directivo de los bancos en México en la década de los setenta del siglo pasado, su padre terminó ciclo de vida y al hijo que tomó la conducción de la institución quedó pendiente platicar del libro “del debe y él haber”.

- Imaginemos las acciones, sin el registro, consulta o respeto al libro. Se dice que afortunadamente prevaleció la renovación, el valor al reconocimiento y apertura mutua de crear puentes en ambos sentidos de apoyos solidarios en tiempo y forma.

Concluyendo, el regreso a clases de millones de niñas - niños, adolescentes y jóvenes de las vacaciones Semana Santa y Pascua 2021 es una oportunidad de construir “Redes de Reciprocidad” para un tejido fino del “Saber, Saber Hacer y Saber Ser”. Ahora a distancia, en su momento presencial.

Entonces, la Reciprocidad es ¿moneda de cambio? Desde la mirada de la “contingencia del mal y esperanza del bien”, cerquemos al primero y potencialicemos el bien común y personal, participemos en el “todos ganan”.

hazael.ruiz@hotmail.com

Un lector, refiere que desde esta columna “Cuidémonos” analizó el tema “Respondiendo a la pandemia del coronavirus”, en cárceles de Inglaterra y Gales, Italia, Rumanía, Sierra Leona, Chile y la Ciudad de México con entrevista a Pedro Aguilar Cueto y un servidor Hazael Ruiz Ortega. De la frase mencionada “Yo te cuido, tú me cuidas” formula una pregunta centrada en la Reciprocidad ¿es moneda de cambio?

Gracias, amable lector por sus comentarios y compartir reflexiones en estos tiempos de experiencias atípicas – únicas. Sin duda, Comunidad y Autoridades despliegan la gama de fuerzas y oportunidades para acotar las debilidades y amenazas que permita salir de la pandemia, efectos económicos, emocionales, etc.

a) Del contexto de la expresión “Yo te cuido, tú me cuidas”. En las cárceles de la Ciudad de México, está vinculado a: “uso de mascarillas, lavado de manos constante, limpieza y desinfección y el compromiso de cada persona de informar cualquier enfermedad o síntoma de inmediato. Todo un equipo trabajando hacia el mismo objetivo: prevenir infecciones y mantener a todos en buena salud”.

Reconocemos el trabajo en equipo de las personas privadas de su libertad, familias, servidores públicos y quienes acuden a esos espacios. Podemos lograr y ayudar más, se requiere de la empatía, solidaridad, reciprocidad social, cumplir los protocolos, etc. Símbolos positivos.

b) Del sentido de la Reciprocidad, coincidimos que es regla de oro en la convivencia del trato social. Tres casos representativos de la interdependencia emprendedora:

1. El principio de reciprocidad en las relaciones internacionales entre las Naciones y convenios celebrados; 2. Del ámbito de los agentes económicos, de la “reciprocidad bancaria” seremos testigos del impulso en estos tiempos; y 3. De las personas en su vida cotidiana, acentuando en los días de las excepciones individuales y del colectivo.

c) De la Reciprocidad de las personas, a la vista, pareciera resultar más compleja que la correspondencia mutua en las relaciones internacionales y bancarias.

- Se percibe de los intercambios formales de bienes o servicios, la factibilidad de establecer un valor de retorno, sin embargo, también intercambiamos: ideas, emociones y sentimientos, recibimos apoyos de naturaleza diferente en momentos únicos.

¿Cuál sería el valor?, ¿Cuándo y cómo se devuelve?, ¿A la misma persona?, ¿A quién lo necesite?, ¿Del primer círculo?, ¿Unilateral? ¿Cuál sería la ecuación perfecta?… dar - recibir o recibir - dar, etc.

Viene a la memoria relato familiar: Un directivo de los bancos en México en la década de los setenta del siglo pasado, su padre terminó ciclo de vida y al hijo que tomó la conducción de la institución quedó pendiente platicar del libro “del debe y él haber”.

- Imaginemos las acciones, sin el registro, consulta o respeto al libro. Se dice que afortunadamente prevaleció la renovación, el valor al reconocimiento y apertura mutua de crear puentes en ambos sentidos de apoyos solidarios en tiempo y forma.

Concluyendo, el regreso a clases de millones de niñas - niños, adolescentes y jóvenes de las vacaciones Semana Santa y Pascua 2021 es una oportunidad de construir “Redes de Reciprocidad” para un tejido fino del “Saber, Saber Hacer y Saber Ser”. Ahora a distancia, en su momento presencial.

Entonces, la Reciprocidad es ¿moneda de cambio? Desde la mirada de la “contingencia del mal y esperanza del bien”, cerquemos al primero y potencialicemos el bien común y personal, participemos en el “todos ganan”.

hazael.ruiz@hotmail.com