Mi mamá y el sexo | Tantra, otro tabú a la sexualidad

El único referente que algunos tenemos sobre el tema es el capítulo de Sex and the City, cuando las protagonistas de esa serie norteamericana acuden al departamento de una supuesta coach tántrica

Delia Angélica Ortiz *

  · viernes 29 de octubre de 2021

Desde hace tiempo quería escribir sobre tantra. El único referente que algunos tenemos sobre el tema es el capítulo de Sex and the City, cuando las protagonistas de esa serie norteamericana acuden al departamento de una supuesta coach tántrica que les hace una demostración sobre cómo satisfacer eróticamente a un hombre. La escena intenta ser cómica y el personaje de Cynthia Nixon (Miranda) termina con una explosión de semen en el rostro.

Las referencias al sexo tántrico en medios masivos de comunicación son frecuentes, incluso el cantante británico Sting llegó a platicar en una entrevista que esa disciplina de meditación le había permitido tener sesiones de amor con su esposa de hasta ocho horas. Con estas ideas distorsionadas, muchos pueden llegar a un estudio tántrico esperando masajes cuerpo a cuerpo, los llamados happy endings o posiciones kamasútricas.

A eso se enfrenta la terapeuta sexual Belinda Lozoya, fundadora del Templo del Despertar, en la Ciudad de México. Es por ello que desde su sitio de internet aclara que las sesiones son profesionales y tienen como objetivo una reconexión al cuerpo, armonía de mente y corazón. Enfatiza además que “no hay interacción sexual” con el terapeuta tántrico.

Es una leyenda que debemos usar la mayoría de quienes nos dedicamos a la educación sexual, pues en nuestras redes sociales es muy frecuente que nos lleguen mensajes que hacen referencia a tener encuentros sexuales.

Leer esa advertencia en el sitio de Belinda me animó a platicar con ella, porque actualmente hay un sinnúmero de ofertas que se presentan como supuestos practicantes de tantra, pero no lo son. Así surgió esta columna que busca alejarnos del falso tantra y del mal sexo para acercarnos a prácticas sexuales saludables y plenas.

El tantra es una práctica milenaria que nació en la India hace más de cinco mil años. En sánscrito, la palabra significa algo así como “tejiendo juntos”. Las personas que practican la meditación budista e hindú también pueden practicar el sexo tántrico como una forma de "tejer" o vincular lo físico con lo espiritual. Es por ello que se explica que es una práctica que une la espiritualidad y la sexualidad.

Sin embargo, el tantra no se trata sólo de placer sexual. También se refiere a celebrar el cuerpo y a sentir la sensualidad, por lo que fomenta una experiencia sensual que se puede vivir solo o en pareja. Las prácticas autoeróticas que ofrece esta disciplina también son retomadas con frecuencia en películas y series de televisión con cierto humor, con personajes que llegan al orgasmo en la oficina o en una charla con amigos.

En uno de los capítulos de la serie canadiense Workin’moms, la protagonista interpretada por Catherine Reitman (Kate) logra un orgasmo mientras platica con su mejor amiga (Anne), quien se queda un tanto sorprendida y le pregunta si acaba de tener un clímax de la nada. Kate sólo responde que acude a sesiones de tantra. Son actuaciones divertidas que sin duda nos sacan una carcajada, pero también alimentan ideas equivocadas sobre las prácticas tántricas.

La práctica tántrica es uno de los temas en los que mejor se puede hablar de educación sexual integral. Al Templo del Despertar llegan mujeres que no pueden experimentar orgasmos, hombres con problemas de adicción al porno, parejas que ya no conectan en la intimidad. Muchos de esos problemas están vinculados con abuso o heridas sexuales que no han sido resueltos.

Belinda Lozoya me explicó que sus terapias tántricas son de sanación y que no tienen que ver con interacción física, por lo que a quienes la contactan siempre les aclara que las terapeutas no están desnudas y que tampoco pueden tocarlas. Lo resume como la visita que haríamos al ginecólogo, al urólogo o al proctólogo, a donde acudimos sin esperar que de esa consulta se genere un encuentro sexual.

Hay varios libros y cursos que se pueden consultar si queremos entender mejor en qué consiste el tantra y decidir si es una filosofía de vida que queremos practicar. De hecho, Belinda ofrece talleres de iniciación y seminarios que permiten entender esta disciplina como una herramienta para fortalecer nuestra conciencia sexual. Su próximo taller sobre Introducción al Tantra y Sexo Tántrico está programado para finales de noviembre.

Con la premisa de que la insatisfacción sexual está vinculada con la falta de información podemos afirmar que conocer sobre la filosofía tántrica es una buena oportunidad para explorar nuestra sexualidad desde otra perspectiva.

Quizá las primeras recomendaciones que escuche con un sexólogo tántrico no serán tan distintas a las que harán los educadores sexuales de otras escuelas: mirarnos a los ojos, tener una escucha activa con nuestro amante, pensar en el acto sexual más allá de la mera genitalidad y evitar a toda costa pensar en el orgasmo como el fin último de ese encuentro.

Las técnicas tántricas incluyen respiración, yoga y meditación que luego pueden aumentar la energía sexual. Un error común es pensar en los amantes tántricos como parejas sexuales salvajes y desinhibidas. Otra equivocación común es pensar que el sexo tántrico consiste en sostener poses o posiciones extenuantes. Borre eso de su mente, porque más bien se trata de estar cerca de la pareja de una manera que resulte cómoda para ambos.

Debo admitir que una de las primeras grandes enseñanzas que me ha dejado esta primera aproximación a la sexualidad tántrica es entender al acto sexual como una especie de meditación. Jamás lo había pensado así, pero piense en cuántas ocasiones ha logrado entrar en una especie de trance cuando está con su amante.

Aquellos que siguen el camino tántrico buscan liberar el alma y expandir la conciencia. Esto se puede hacer de varias maneras, eso incluye muchas más disciplinas y el sexo tántrico sólo es una de ellas.


*Educadora Sexual Infantil