Investigadores del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) encontraron la posible causa de los microsismos registrados en diciembre del año pasado: la falla Plateros-Mixcoac.
Esta semana publicaron los resultados de la investigación "El Rompecabezas de la Sismicidad del Poniente de la Ciudad de México" para la que instalaron estaciones de registro sísmico con sensores de velocidad y aceleración en la zona de Mixcoac. La red grabó de manera continua desde la tercera semana de diciembre de 2023 hasta principios de febrero.
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El 12 de diciembre cuatro microsismos con epicentro en la alcaldía Álvaro Obregón se registraron en la Ciudad de México. Los vecinos reportaron daños en al menos tres inmuebles de la calle Los Echave, colonia Mixcoac, en la alcaldía Benito Juárez.
Tras las revisiones que la alcaldía y protección civil de la ciudad realizaron los días siguientes, fueron ocho los inmuebles que se desalojaron para analizar los riesgos estructurales.
Para comprender a fondo este problema, el grupo de investigadores de la UNAM colocó 15 estaciones temporales en Walmart de Plateros, la Escuela Nacional Preparatoria 8 y también en las oficinas de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de la Ciudad de México.
Con la información de esas estaciones precisaron la ubicación de los epicentros de otro enjambre de sismos ocurrido en los últimos días de diciembre de 2023. “Una vez reubicados algunos de los sismos y teniendo presente que los daños ocurrieron más cerca de los nuevos epicentros hicimos un recorrido por la zona cercana a los mismos. Con sorpresa, encontramos una ‘grieta’ de poco más de un kilómetro de longitud que cruza casi ininterrumpidamente la zona de Mixcoac”, dice la investigación.
A partir de lo que ubicaron como grieta, el grupo de expertos reunió la información de los sensores y la complementó con imágenes satelitales para identificar desplazamientos en cada lado de esa ruptura. Su intención era encontrar un patrón de desplazamiento del suelo y lo lograron.
“Al norte de la ‘grieta’ se presentan hundimientos o desplazamientos negativos y al sur pequeños desplazamientos positivos con un área de influencia menor. El patrón es similar al desplazamiento permanente generado por una falla de tipo normal, la cual puede ser independiente y que no había sido identificada antes, pero sí sugerida por muchos autores.
“Este hallazgo, al cual llamaremos la falla Plateros-Mixcoac ha sido de alguna forma propuesto en conversaciones con académicos e inclusive se sugiere en el mapa de riesgos de la Ciudad de México, pero nunca había sido confirmado. Lo hemos corroborado de manera preliminar mediante epicentros en la zona norte de la falla Plateros-Mixcoac y desplazamientos verticales o hundimientos cuyo patrón es el de una falla normal”, determina el análisis.
La falla va de las inmediaciones de la Universidad Panamericana, en la colonia Insurgentes Mixcoac y atraviesa hasta las Torres de Mixcoac. Pasa por debajo de la fuente de Mixcoac, sitio en el que un edificio, el de avenida Revolución número 959, quedó en riesgo de colapso.
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Luego sigue por la calle Los Echave, donde resultaron con daños tres inmuebles. En diciembre este diario reportó que a lo largo de esa calle, los microsismos provocaron la abertura de una grieta que llega hasta Periférico y que incluso provocó una fuga de agua.
Los dueños de los departamentos del edificio marcado con el número 34 tuvieron desprendimientos de las paredes. Habitantes del inmueble señalaron que los microsismos les generaron varias grietas que estaban en proceso de reparación.
La falla cruza Periférico y llega a las Torres de Mixcoac, donde los vecinos también reportaron grietas.
“El cuestionamiento natural del lector debe ser ¿Qué más necesitamos conocer y qué impacto tiene la presencia de la falla en los edificios, casas e infraestructura de la zona?”, escribió el grupo de expertos a quienes leyeron su informe.
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A la primera pregunta respondieron que deben determinar la geometría de la falla Plateros-Mixcoac mediante un monitoreo continuo con GPS de la velocidad con la que se mueve la superficie. Con lo que resulte de ese monitoreo podrán contestar la segunda pregunta. “Continuaremos monitoreando y comenzaremos a estimar escenarios para determinar el impacto”, concluyen.
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