Entre frutas y verduras mallugadas y otras más ya pasadas, Victoria García Vega juntó dos kilos de tejocote, medio kilo de aguacate y dos kilos de plátano en buen estado de los contenedores de la Central de Abasto, en Iztapalapa, en los que los locatarios tiran parte de sus productos.
Desde hace 40 años recolecta fruta y verdura de los desperdicios del mercado más grande de Latinoamérica, pero a diferencia de entonces hoy su variedad de recolección es menor pues la Central de Abasto redujo la merma.
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En 2020 los desperdicios, que no son más que perecederos que no lucen en perfecto estado, pesaban 565 toneladas al día. A la fecha, tras la implementación de varios proyectos de la central, la merma bajó a 450 toneladas al día.
“La uso (la fruta y verdura) para comer, sólo se lava bien. Podemos encontrar papaya, plátano y aguacates en buen estado. Vengo desde hace 40 años. Yo siempre vengo a las 11:00 horas o a las 14:00 horas”, indicó la habitante de San Miguel Teotongo.
Victoria es una de las decenas de personas que a diario acuden a los contenedores de la Central de Abasto para buscar, escoger y llevar a sus hogares los alimentos que aún están en buen estado.
Mientras que para algunos vendedores ven como desperdicio algunos productos como manzanas, jitomates, plátanos, cebollas, entre otros, que están golpeados, para familias como la de Victoria son buenos productos para su consumo y por lo que no pagan un peso.
Juana Juárez Santiago, comerciante de frutas y verduras en Iztapalapa, aseguró que desde la madrugada recolecta alimento y lo vende en su puesto en la colonia Santa Cruz Meyehualco.
“Lo uso para mi bienestar y lo que sobra lo vendo para sacar para las tortillas. Hay mucha fruta en buen estado, a veces sacas una o dos arpías (de 25 kilos cada una)”, comentó la mujer.
En estos contenedores, colocados en cada nave de la Central de Abasto, cada locatario llega a depositar cerca de 140 kilos de fruta golpeada o con alguna parte en mal estado, tal como lo hace Ángel Bautista, vendedor de limones en el pasillo N.
“Se tiran según cómo vaya saliendo la mercancía. Hay veces que salen unas cinco o seis cajas al día de verdura mala, cada caja de 28 kilos, aproximadamente”, relató el comerciante.
De acuerdo con la subgerente de Transporte de la Central de Abasto, Diana González Zedillo, existen 200 pepenadores registrados recolectan alimento de los contenedores.
“En la Central de Abasto hay 68 contenedores (de frutas y verduras) de 15 metros cúbicos, en los que son depositados sólo los residuos orgánicos (frutas y verduras), y en 132 los desechos inorgánicos”, explicó Diana González.
Los contenedores con desperdicio inorgánico son llevados en camiones a la estación de transferencia de Iztacalco o a tiraderos de Ixtapaluca, mientras que los de desecho orgánico a una planta, en el bordo de Xochiaca.
CULTURA DE LA DONACIÓN
Mediante el prorgama Itacate, la Central de Abasto reducido impulsa la donación de productos en buen estado.
En este programa participan alrededor de 250 locatarios, quienes donan alimentos que son enviados a tres instituciones: a los comedores de la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social, al DIF-CDMX y a los centros de apoyo de la Secretaría de las Mujeres.
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“El objetivo es disminuir la pérdida de alimentos, que va muy relacionada con la generación de residuos orgánicos.
Cuando llegamos se generaban 565 toneladas al día y a la fecha, tras la implementación de varios proyectos, se ha reducido a 450 toneladas”, comentó en entrevista la directora ejecutiva de Innovación y Proyectos de la Central de Abasto, Graciela de Paz Fuentes.
De 2020 a 2022 la Central de Abasto ha acopiado 639 mil kilos de frutas y verduras.
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