Elementos de rescate reportaron este martes que hay indicios de restos humanos en la zona de derrumbe del Cerro del Chiquihuite, en justo donde se encontraba la vivienda de Paola y sus dos hijos. Sin embargo, los avances no pueden asegurar si se trata de esta familia o de algún otro vecino.
➡️ Inspeccionan Cerro del Chiquihuite en la CDMX
El subsecretario de Gobierno del Estado de México, Ricardo de la Cruz, abundó además que el tamaño de las rocas hace más difícil el trabajo, pues su peso, mayor a 200 toneladas, no permite encontrar un cuerpo completo.
“Los indicios genéticos que encontramos ya fueron trasladados con procedimiento de cadena de custodia a las instalaciones de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, donde también se llevó a Jorge y su familia para realizar estudios genéticos. Allí se podrá determinar si se trata de la familia que buscamos”, indicó de La Cruz.
Cabe recordar que los esfuerzos tienen el objetivo de hallar a Paola de 22 años y a sus dos hijos, Mayrin de 3 y Jorge Dilan de 5 años, quienes no han aparecido desde el pasado viernes 10 de septiembre, cuando ocurrió el siniestro.
De acuerdo con los reportes, los indicios encontrados se ubican en la parte de desgajamiento de piedras, donde la comunidad vecinal continúa apoyando para rescatar a la familia atrapada.
Jorge Armando de 24 años quien es padre de los pequeños y esposo de Paola, fue acompañado por la unidad de atención a víctimas del Estado de México a las instalaciones de la Fiscalía mexiquense para desarrollar los estudios genéticos correspondientes, con el objetivo de constatar si hay compatibilidad con los vestigios humanos encontrados debajo de las rocas.
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Encuentran cuerpo de uno de los hijos
Este martes por la noche, elementos de rescate localizaron el cuerpo de uno de los menores desaparecidos en la zona del derrumbe del cerro de Chiquihuite.
Hasta el momento, restan el cuerpo de otro menor de edad y la madre de ambos infantes, de acuerdo con los reportes.
Samuel Gutiérrez Macías, coordinador Estatal de Protección Civil y Gestión de Riesgos del Estado de México, reconoció que no hay señales de vida en la zona de desastre.