No hay imposibles para las mujeres cuando se deciden a incursionar en ámbitos en los que predominan hombres, por lo que conducir una unidad del Metrobús es una nueva experiencia y una gran responsabilidad al llevar 200 pasajeros a bordo, asegura Araceli Hernández, conductora de este transporte público. “Tengo dos años trabajando en el corredor de la Línea 6, que va de la estación del Rosario a Villa de Aragón.

Empecé hace tiempo manejando un autobús en un módulo de Santa Martha, en Iztapalapa, pero quise superarme más y acepté la invitación de trabajar aquí, al igual que otras mujeres que entraron conmigo y ahora estamos en este nuevo reto”, comenta.

Araceli explica que en esta línea hay unas nueve mujeres conductoras entre 150 conductores hombres. Aquí, la oportunidad para trabajar es pareja, solo que son menos mujeres las que se atreven a hacer este trabajo, sobre todo por la actitud de muchos hombres que todavía sienten que están invadiendo sus terrenos laborales.

Por ello aún hay que luchar para demostrar que las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres para desempeñar trabajos que antes, mucho antes, eran exclusivos para el sexo masculino.

"Lo malo es el machismo que no se termina aquí, aseguran que las mujeres no podemos con ciertas cosas y nos ven de forma rara cuando llegamos a lugares como éste, pero les hemos demostrado que las mujeres podemos", reitera orgullosa.

Otra de las cosas que hacen la diferencia con los hombres, "es que somos más precavidas, porque desde que salimos de casa, en lo primero que pensamos es en hacer bien el trabajo".