Para muchos es el jefe de la Policía de la Ciudad de México más oscuro y siniestro de la historia reciente. Arturo El Negro Durazo, que según la serie de Netflix pretendió a la madre de Luis Miguel, fue objetivo de varias investigaciones por parte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS). Seguían de manera puntual sus pasos en la capital del país y fuera de ella.
Fiel defensor de José López Portillo, Durazo Moreno ostentó diversos títulos militares otorgados directamente por el Jefe de las Fuerzas Armadas, su amigo. También obtuvo varios grados honoris causa por algunas universidades, la DFS mantenía “marcaje personal” a cada una de sus actividades.
El Sol de México revisó los expedientes recientemente desclasificados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, en donde se constata que sus espías lo seguían en las giras de trabajo que realizaba por su natal Sonora. También aparecen las críticas que le hacía el periodista Manuel Buendía.
Un agente de la DFS hizo una breve biografía. Señalaba que era el General Arturo Durazo Moreno. Nacido el 19 de octubre de 1918 en Cumpas, Sonora. De su estado civil se decía que era casado y que su escolaridad era militarizada.
Sobre sus relaciones políticas, el agente redactó: Fue el Lic. José López Portillo, quien lo promovió para que obtuviera el puesto de Director de la Policía y Tránsito del Distrito Federal en el sexenio 1976-1982.
El agente, que cumple siempre con despedirse “respetuosamente”, hizo un apunte más: “no goza de popularidad política alguna dentro de la sociedad, a causa del alto nivel de corrupción, que se presentó cuando se encontraba al frente de la dirección de policía y tránsito”.
Dentro de los reportes se dio cuenta de la posible llegada de Arturo Durazo a la entonces Procuraduría General de la República (PGR), pero en su calidad de detenido después de varias denuncias.
Se enfatiza que “El Negro” fue detenido el 29 de junio de 1984 por agentes del FBI de Estados Unidos a su arribo a Puerto Rico procedente de Brasil.
Este personaje fue acusado de la muerte de varias personas de origen colombiano que aparecieron en el Río Tula.
En los documentos, los agente de la DFS relatan también sus reuniones con taxistas a los que les había entregado 110 juegos de placas. El titular de la Dirección General de Policía y Tránsito relataba que había sido trabajador del volante tres años, manejando un tráiler y que sabía del trabajo duro.
En otro de los informes, se daba cuenta de que “El Negro” Durazo hablada de su inmensa fortuna y que era de todo mundo conocido.
Además, en los dos archivos que se tienen en el Archivo General de la Nación (AGN) se pueden leer recortes periodísticos en los que reprocha la “falta de solidaridad de los funcionarios con López Portillo” y en un informe se da cuenta de un desayuno ofrecido por la Asociación de Reporteros del Aeropuerto en el hotel Holliday Inn, cercano a la terminal aérea, en la que sólo “dio las gracias”.
En uno de los archivos se le acusa de “tortugismo” por no atender a las demandas del Consejo de Edificios en Autoadministración de la Unidad Habitacional “Adolfo López Mateos” en Tlatelolco, lo que derivó en pandillerismo.