¿Por qué Macron aspira a ser un presidente jupiteriano?

Carlos Siula / Corresponsal

  · jueves 15 de junio de 2017

Foto: AFP

PARIS.- El nuevo concepto de moda del léxico político francéses “jupiteriano”. Después de dos mandatos presidencialescaracterizados por una devaluación de la imagen presidencial,Emmanuel Macron parece decidido a restaurar la “autoridad” y la“verticalidad” del poder que encarnaban —por ejemplo—Charles de Gaulle y François Mitterrand.

Macron empleó ese término durante la campaña —aunque endosis moderadas—, pero una vez que llegó al poder no volvió aevocarlo. El mérito o el exceso de “jupiterianismo” queinvadió la prensa francesa en las últimas semanas esresponsabilidad, en gran parte, del “efecto moda” que siempreseduce a los periodistas y politólogos.

Esa expresión, en todo caso, remite a Júpiter, rey de losdioses y de los hombres en la mitología romana, y permitecomprender el estilo político del nuevo mandatario y su voluntadde mantener una clara distancia con los mortales, en este casoincluso con su jefe de gobierno y los ministros.

El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron. Foto: AFP

El adjetivo, en cambio, no sugiere un intento de restaurar esasuerte de monarquía distante y arrogante, que pretendiópersonificar Valéry Giscard d’Estaign. “Macron quiereconvertirla en un concepto bien republicano, capaz de representarsu visión de la función presidencial”, argumenta BrunoCautrès, especialista de comportamientos políticos del Cevipof yprofesor en el Instituto de Ciencias Políticas de París“Sciences Po).

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“Eso demuestra que Macron desea volver a las fuentes de laQuinta República con un poder ejecutivo absoluto”, interpretaAlexandre Eyries, profesor de ciencias políticas en la Universidadde Bourgogne-Franche-Comté

Como todo lo que hace en su vida, Macron teorizó sobre esanoción del poder desde varios meses antes de acceder al Palaciodel Elíseo (sede de la presidencia francesa). “No creo en unpresidente normal [como aspiró a ser François Hollande]. Losfranceses no esperan eso. Por el contrario, ese concepto losdesestabiliza”, comentó en una entrevista al semanarioeconómico Challenges.

Foto: AFP

A diferencia de la “híper-presidencia” que caracterizó loscinco años de Nicolas Sarkozy y de la “presidencia de laanécdota” personificada por Hollande, los modelos que inspiran aMacron “tenían una rara capacidad de esclarece, de inspirar, desaber, de enunciar, más un sentido y una dirección ancladas en lahistoria del pueblo francés”.

A su juicio, un presidente con “autoridad democrática”posee un “ascendiente natural que es reconocido como tal porqueno es preciso demostrarlo”. En síntesis, el jefe del Estado“debe proponer una lectura del mundo” y convertirse en “unasuerte de autoridad espiritual”.

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Para reforzar esa imagen, los primeros pasos de Macron fueronaltamente simbólicos, como su discurso desde la pirámide delLouvre la noche de la victoria electoral, el recorrido de losCampos Elíseos en un vehículo militar, la reunión con el líderruso Vladimir Putin en el palacio de Versalles y hasta el famosoapretón de manos con Donald Trump durante la cumbre de la OTAN enBruselas.

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A juicio de Macron, en todo caso, el adjetivo tiene una cargasemántica “más importante que los conceptos de“verticalidad” o “relación con el poder” frecuentementeinvocados”, explica Guy Achard-Bayle, profesor de lingüísticaen la Universidad de Lorena.

“La densidad semántica de ese término, por lo demás,refleja una concepción del poder que es coherente con susproyectos de reforma profundas e inmediatas”, interpreta elpolitólogo Alexandre Eyries. Pero el concepto jupiteriano implicatambién la noción de poder y la capacidad de destrucción queposee quien ejerce el poder, un mensaje que los medios políticos—con su olfato refinado— parecen haber recibido connitidez.

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Foto: @EmmanuelMacron