Luego de los violentos hechos registrados ayer en el municipio de Hidalgotitlán, donde fue asesinado el alcalde electo, Santana Cruz Bahena, y dos personas más, este día desde muy temprano llegaron cientos de elementos de la Policía Estatal y del Ejército Mexicano que se desplegaron por las colonias que conforman ese municipio.

Por aire y tierra las fuerzas del orden montaron el operativo de localización. Los habitantes y quienes aún están velando dentro y afuera del domicilio de Santana Cruz Bahena en la zona centro se angustiaron al ver que se aproximaba el convoy.

Se estima que sean más de 300 los uniformados que se desplegaron en la zona. En los puntos de acceso y salida de Hidalgotitlán fueron instalados retenes de seguridad. Nadie extraño a ese lugar puede entrar no salir.

Lo que ayer sería una fiesta en casa del alcalde electo, Santana Cruz Bahena, se convirtió en su velatorio. Ya tenían lista las pailas de comida, carpa y mesas para que fueran llegando los invitados a pasar el rato, pero fueron entre 40 y 50 minutos que todo cambió.  Un grupo grande de hombres encapuchados y con armas de fuego rodeó Hidalgotitlán y sacaron de su casa al militante del Panal a quien mataron de al menos ocho balazos.

La policía no se apareció en varios minutos y ese municipio era un pueblo fantasma del que tenían el control los delincuentes. La anterior omisión por parte de los uniformados locales está siendo investigada por la FGE que incluso vinculó a grupos dedicados a la venta y transporte de combustible robado como los autores del atentado.