Hace casi dos semanas tomó protesta el nuevo presidente y entre aplausos y abucheos salió el anterior y entró el nuevo. El balance de estos últimos seis años es -como en cada sexenio- de aciertos y desaciertos.
En cuanto a los aciertos, se puede decir que la inversión extranjera directa se incrementó teniendo como principal inversor a Estados Unidos, el comercio exterior aumentó y en específico las exportaciones crecieron más aún hacia nuestro principal socio comercial, se dio la reforma energética, la negociación, firma y ratificación del TPP11, la modernización del texto del TLCUEM, y la actualización y firma del TLCAN (ahora TMEC). En cuanto a cómo México avanzó en cuanto al Índice de Competitividad Global, se puede decir que en el año 2012 México estaba en la posición 53 y subió a la 51 de un total de 137 economías (donde uno es el más competitivo y 137 el menos) para la última versión de dicho indicador que es la del 2017-2018. Para mayor información, se puede consultar la siguiente liga para analizar de forma gráfica el desempeño de nuestro país http://www.mexicomaxico. org/Voto/CompetitividadMexico.htm Cabe señalar que este índice es elaborado por el World Economic Forum y evalúa una serie de variables dentro de las cuales están: instituciones, políticas y factores que determinan el nivel de productividad de un país. Para el 2019 saldrá la más actualizada edición.
Dentro de los desaciertos, vemos que hubieron en dos vías: a nivel nacional y a nivel internacional. En el ámbito nacional, los grandes talones de Aquiles fueron: la inseguridad, la impunidad, la corrupción, la violencia que prevalece en todo el país, el aumento en la pobreza, la fallida reforma educativa, el no crecimiento económico que se prometió en el año 2013 de un 5.4%, entre otros.
En cuanto a los temas internacionales, podemos decir que desde la llegada del presidente estadounidense a la Casa Blanca, se sabía que no sería fácil. Pues ya sabemos que puso a los mexicanos como la peor escoria del mundo y todo el tiempo agredió públicamente al pueblo de nuestro país. Pero lo imperdonable ocurrió desde que era candidato y se le invitó como si ya fuera Jefe de Estado. Después, nunca se le reclamó enérgicamente por los adjetivos descalificativos que daba a los mexicanos. Sólo se dieron como mensajes a la nación a través de la televisión. Cuando amenazó con imponer el muro, la postura de la Cancillería fue muy débil. Luego, con el tema de los migrantes centroamericanos en la frontera norte, lanzaron gas lacrimógeno y balas de goma violentando la soberanía de México. Y por si fuera poco, se le otorgó el Águila Azteca (el más alto reconocimiento del gobierno mexicano a un extranjero) al yerno del presidente de Estados Unidos. Lo poco que quedaba de dignidad frente a estos personajes políticos, se vio esfumada ante tal acto tan bajo.
En cuanto al Índice de Percepción de la Corrupción, México se movió del año 2012 al 2018 de 105 al 135, respectivamente dentro de un total de 180 países evaluados, donde 1 es el más transparente y 180 el más corrupto. Y esta situación era evidente para la comunidad internacional dado que Transparencia Internacional realizó anualmente reportes con todos los actos de desaparecidos, violación de derechos humanos, corrupción, violencia, etc. De allí que los europeos exigieron una cláusula anticorrupción dentro del TLCUEM y lo mismo ocurrió con los canadienses y estadounidense dentro del T-MEC.
Todo lo anterior exacerbó a la sociedad mexicana y hoy se tiene la sensación de que el saldo es negativo y lo positivo se queda a la sombra. México deberá reconstruirse socialmente a través del cumplimiento de los compromisos políticos que ha hecho el nuevo presidente con su movimiento de Cuarta Transformación. Sin embargo, habrá que esperar para ver los logros y avances dentro de los próximos seis años que si bien sabemos no serán fáciles, también lo es que desde la transición, pudimos darnos cuenta que será un sexenio lleno de consultas para todo tipo de temas, habrá muchos funcionarios de gobiernos anteriores que tienen su historial rojo, y habrá muchas cosas que no nos gustarán. La sociedad continuará estando dividida y las redes sociales como los medios de comunicación se encargarán de exigir el cumplimiento de los 100 compromisos que ha hecho el presidente.
Y desde ahora ya se puede visualizar que el presidente habrá de prepararle el camino al actual canciller para que sea el candidato presidencial para el siguiente sexenio. Por lo que este último habrá de hacer muchas cosas favorables en materia de política exterior, para no tener rivales políticos al interior ni al exterior de su partido. Aunque he de decir, que otra posibilidad de candidata, pudiera ser Tatiana Clouthier. Aún es muy prematuro para afirmar pero todo a tiempo.
Coordinadora de la Lic. Administración de Negocios Internacionales. Universidad Iberoamericana
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@Aribel007
