/ lunes 27 de agosto de 2018

Arte y Academia | Académicos y artistas rindieron homenaje a José Antonio Ocaña Morales

Por: Ana María Longi

Los vestigios históricos más importantes del mundo, como arquitectura, monumentos, esculturas, bibliotecas, universidades, selvas, jardines, cielos, mares y demás bellezas inimaginables fueron capturadas por don José Antonio Ocaña Morales desde siempre y durante toda su vida.

Académicos, artistas, familiares y amigos, lamentan el fallecimiento el pasado 31 de julio, a la edad de 73 años de quien fuera uno de los grandes artistas del paisaje mexicano e internacional, de los siglos XX y XXI.

Don José Antonio Ocaña Morales, (1945-2018); era un artista suigéneris, definió la concurrencia; ya que desde temprana hora, colegas, familiares y público en general, se admiraban de verlo totalmente entregado a su carrera artística e instalado con todo amor, paciencia y concentración, afuera, casi siempre, de una hermosa construcción, con el propósito de capturar de ella, los complicados bordados de piedra de sus exteriores, mediante el genial manejo de sus lápices, tintas, colores, telas, cartones o pliegos de papel, que él llevaba siempre consigo, dentro de un amplio, ordenado, cerrado, pero muy pesado estuche de madera. Una vocación que no sólo la logró a plenitud en nuestro territorio, sino incluso en muchísimas otras latitudes, en las cuales se plantó de igual manera, con sus instrumentos, su dedicación, su entrega, y su gran bondad de artista forjado con grandes ideales, cuya finalidad, tanto sensible como inteligente, se concretó a entregarnos a todos un enorme e invaluable legado.

Dentro de una reunión académica, en el Seminario de Cultura Mexicana, de Polanco, el querido paisajista José Antonio Ocaña Morales, fue recordado, como el gran artista que indudablemente fue; por numerosos integrantes institucionales, cuyo legado, "ha enriquecido la historicidad de las grandes obras universales realizadas dentro de los siglos XVIII, IXX, XX y XXI, ya que al recrearlas en sus pinturas, nos las ha protegido a todos del olvido, de los derrumbes o de los maltratos, ya que nada pasó inadvertido para el fino dibujante y pintor", pronunció en forma personal, el historiador mexicano, Doctor Carlos Giordano, alumno y amigo, a su vez, del escritor Arturo Azuela Arriaga, (qpd); y quien fungió por muchos años como Presidente Nacional, de la citada institución.

En tanto qué, el joven escultor mexicano, Juan Carlos Martínez Nava, distinguido hace varios años con reconocimientos artísticos y culturales dentro del mismo seminario; expresó, emocionado, que para él constituyó un gran ejemplo, el haber observado la humilde grandeza de un artista maravilloso, quien al parecer nada lo turbaba: Ni el calor, ni el frío, ni la lluvia, ni el viento. Un beso... Y hasta la próxima charla

Mail: anamarialongi@gmail.com


Por: Ana María Longi

Los vestigios históricos más importantes del mundo, como arquitectura, monumentos, esculturas, bibliotecas, universidades, selvas, jardines, cielos, mares y demás bellezas inimaginables fueron capturadas por don José Antonio Ocaña Morales desde siempre y durante toda su vida.

Académicos, artistas, familiares y amigos, lamentan el fallecimiento el pasado 31 de julio, a la edad de 73 años de quien fuera uno de los grandes artistas del paisaje mexicano e internacional, de los siglos XX y XXI.

Don José Antonio Ocaña Morales, (1945-2018); era un artista suigéneris, definió la concurrencia; ya que desde temprana hora, colegas, familiares y público en general, se admiraban de verlo totalmente entregado a su carrera artística e instalado con todo amor, paciencia y concentración, afuera, casi siempre, de una hermosa construcción, con el propósito de capturar de ella, los complicados bordados de piedra de sus exteriores, mediante el genial manejo de sus lápices, tintas, colores, telas, cartones o pliegos de papel, que él llevaba siempre consigo, dentro de un amplio, ordenado, cerrado, pero muy pesado estuche de madera. Una vocación que no sólo la logró a plenitud en nuestro territorio, sino incluso en muchísimas otras latitudes, en las cuales se plantó de igual manera, con sus instrumentos, su dedicación, su entrega, y su gran bondad de artista forjado con grandes ideales, cuya finalidad, tanto sensible como inteligente, se concretó a entregarnos a todos un enorme e invaluable legado.

Dentro de una reunión académica, en el Seminario de Cultura Mexicana, de Polanco, el querido paisajista José Antonio Ocaña Morales, fue recordado, como el gran artista que indudablemente fue; por numerosos integrantes institucionales, cuyo legado, "ha enriquecido la historicidad de las grandes obras universales realizadas dentro de los siglos XVIII, IXX, XX y XXI, ya que al recrearlas en sus pinturas, nos las ha protegido a todos del olvido, de los derrumbes o de los maltratos, ya que nada pasó inadvertido para el fino dibujante y pintor", pronunció en forma personal, el historiador mexicano, Doctor Carlos Giordano, alumno y amigo, a su vez, del escritor Arturo Azuela Arriaga, (qpd); y quien fungió por muchos años como Presidente Nacional, de la citada institución.

En tanto qué, el joven escultor mexicano, Juan Carlos Martínez Nava, distinguido hace varios años con reconocimientos artísticos y culturales dentro del mismo seminario; expresó, emocionado, que para él constituyó un gran ejemplo, el haber observado la humilde grandeza de un artista maravilloso, quien al parecer nada lo turbaba: Ni el calor, ni el frío, ni la lluvia, ni el viento. Un beso... Y hasta la próxima charla

Mail: anamarialongi@gmail.com