/ lunes 14 de octubre de 2019

Arte y Academia | Homenaje a Pita Amor

Por: Ana María Longi

Recordando a la poeta y personaje icónico de todos los tiempos

La narradora y ensayista Silvia Molina, ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 1998; presidenta desde hace varios años de El Seminario de Cultura Mexicana y, y entre muchos otros datos curriculares, vocal de la Sociedad Alfonsina Internacional; recordó a la poeta Pita Amor, de una manera clara, interesante, pero fundamentalmente, muy justa; ya que los prejuicios sociales que rodearon su etapa bohemia, empañaron al mismo tiempo, sus innegables virtudes creativas. Razones por las cuales, resultó muy positivo, --- que la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1977, por su obra "La mañana debe seguir gris", junto con premiaciones importantísimas de Literatura Infantil, obtenidas por la intelectual en los años 1984 y 1992---; dedicara su vital charla, a una personalidad tan fuera de género como Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein o; Pita Amor (Ciudad de México 30 de mayo de 1918; y, 8 de mayo del 2000).

De acuerdo con importantes fuentes informativas, la conferencia se celebró en el marco de las XI Jornadas Vizcaínas 2019, dentro de la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana. Ahí, la escritora, simplemente lamentó que "desgraciadamente, se tenga que mencionar la leyenda de la locura de Pita Amor, para conocer a la escritora de manera integral. Pero, "lo que persevera es su literatura, su poesía, que fueron extraordinarias". Así, la alta funcionaria del Seminario de Cultura Mexicana, quien bautizó sus valiosas opiniones con el nombre de "Pita Amor, un mito maravilloso", añadió que se trata de "una extraordinaria poeta que fue realmente reconocida y glorificada en su época por escritores de primera talla, como Alfonso Reyes".

Insistiendo, asimismo, Silvia, lo difícil que resulta para los que la admiran y disfrutan su obra, "hablar de su epopeya mítica. De la leyenda de la locura de Pita Amor, para poder valorarla de una manera integral". Abordando sin embargo, que "lo que persevera es su literatura, su poesía, que fue extraordinaria y escribió muchísimo. Ya que tenía una gran facilidad para versificar y de todo hacía un soneto", reconoció la Maestra Molina, quien fuera también merecedora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que como olvidamos señalar líneas arriba, fue por su libro "El amor que me juraste".

Al entrar en materia, la conferencista, observó que "Pita Amor, desde niña, se sabía genial. Desde entonces cultivó su egoísmo a tal grado que le perjudicaba", apuntó la escritora Molina, al señalar que "en sus poemas habla de esa sensación de estar dividida en dos, entre lo serio y la locura". No olvidando que Pita: "Sufrió mucho al perder --en su ausencia--, a su bello hijito de dos años, en la alberca de su casa . Y que a consecuencia de ello se desató su soledad; ya que la gente se cansaba de estar cerca de ella, sólo por la necesidad de compartir su famosa imagen de poeta". El padre de la autora, Silvia Molina, entabló una muy positiva amistad con Pita, y en 1946, le dedicó la primera edición de su libro Puerta obstinada.

Por: Ana María Longi

Recordando a la poeta y personaje icónico de todos los tiempos

La narradora y ensayista Silvia Molina, ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 1998; presidenta desde hace varios años de El Seminario de Cultura Mexicana y, y entre muchos otros datos curriculares, vocal de la Sociedad Alfonsina Internacional; recordó a la poeta Pita Amor, de una manera clara, interesante, pero fundamentalmente, muy justa; ya que los prejuicios sociales que rodearon su etapa bohemia, empañaron al mismo tiempo, sus innegables virtudes creativas. Razones por las cuales, resultó muy positivo, --- que la ganadora del Premio Xavier Villaurrutia 1977, por su obra "La mañana debe seguir gris", junto con premiaciones importantísimas de Literatura Infantil, obtenidas por la intelectual en los años 1984 y 1992---; dedicara su vital charla, a una personalidad tan fuera de género como Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein o; Pita Amor (Ciudad de México 30 de mayo de 1918; y, 8 de mayo del 2000).

De acuerdo con importantes fuentes informativas, la conferencia se celebró en el marco de las XI Jornadas Vizcaínas 2019, dentro de la Sala Federico Campbell del Centro Cultural Tijuana. Ahí, la escritora, simplemente lamentó que "desgraciadamente, se tenga que mencionar la leyenda de la locura de Pita Amor, para conocer a la escritora de manera integral. Pero, "lo que persevera es su literatura, su poesía, que fueron extraordinarias". Así, la alta funcionaria del Seminario de Cultura Mexicana, quien bautizó sus valiosas opiniones con el nombre de "Pita Amor, un mito maravilloso", añadió que se trata de "una extraordinaria poeta que fue realmente reconocida y glorificada en su época por escritores de primera talla, como Alfonso Reyes".

Insistiendo, asimismo, Silvia, lo difícil que resulta para los que la admiran y disfrutan su obra, "hablar de su epopeya mítica. De la leyenda de la locura de Pita Amor, para poder valorarla de una manera integral". Abordando sin embargo, que "lo que persevera es su literatura, su poesía, que fue extraordinaria y escribió muchísimo. Ya que tenía una gran facilidad para versificar y de todo hacía un soneto", reconoció la Maestra Molina, quien fuera también merecedora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, que como olvidamos señalar líneas arriba, fue por su libro "El amor que me juraste".

Al entrar en materia, la conferencista, observó que "Pita Amor, desde niña, se sabía genial. Desde entonces cultivó su egoísmo a tal grado que le perjudicaba", apuntó la escritora Molina, al señalar que "en sus poemas habla de esa sensación de estar dividida en dos, entre lo serio y la locura". No olvidando que Pita: "Sufrió mucho al perder --en su ausencia--, a su bello hijito de dos años, en la alberca de su casa . Y que a consecuencia de ello se desató su soledad; ya que la gente se cansaba de estar cerca de ella, sólo por la necesidad de compartir su famosa imagen de poeta". El padre de la autora, Silvia Molina, entabló una muy positiva amistad con Pita, y en 1946, le dedicó la primera edición de su libro Puerta obstinada.