Por: Ana María Longi
La alegre visita que los capitalinos están aplicando sin parar al Museo Nacional de San Carlos, de la Avenida Hidalgo; comprueba, en primer lugar, que a todos, por lo regular, nos agrada recorrer con suavidad y tranquilidad, los vestigios históricos, que de alguna manera, también, hemos generado. Y, en segundo, porque justamente por esta razón, fue que un buen número de citadinos, no tuvimos impedimento alguno, en inaugurar desde el pasado 25 de julio de 2019 , el proyecto expositivo genial y único: "Somos Tabacalera", que se prolongará hasta el 12 de enero de 2020...
Y esto es, porque dichas obras provienen de colecciones como el Museo de Arte Moderno, Museo Nacional de Arquitectura, Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico, Biblioteca Nacional de México de la UNAM, Museo de la Ciudad de México, Lotería Nacional, Fundación Héctor y María García, Colección Antonio Caballero, Biblioteca Newsberry de Chicago, Fundación Televisa y Fomento Cultural Grupo Salinas, entre otras.
Y porque, la exhibición que está conformada por más de 200 obras, entre pinturas, fotografías, gráfica, arquitectura y cine; nos está demostrando que México no es un país cualquiera, sino que un amplio número de sus gobernantes, con la aplicación de sus muy elevados conocimientos, defendieron su real y efectivo crecimiento, ¡y lo lograron!...¡Porque dígase lo que se diga, todos ellos planificaron un desarrollo de Primer Mundo, no sólo a nivel capitalino, sino en toda la República. Empezando porque México en toda la historia del Siglo XX, y una vez transcurrida las etapas revolucionarias tanto positivas como negativas, se alcanzó un auge turístico verdaderamente impresionante. ¡Todo mundo anhelaba conocer México¡
Así, los gobiernos empezaron a dilucidar objetivos concretos. ¡Y conste que digo concretos...no perfectos!... Concretos como el crecimiento de la Expropiación Petrolera; como la Comisión Federal de Electricidad; como el Instituto Mexicano del Seguro Social; como la Educación Escolar gratuita, a niveles de Primaria, Secundaria, Bachillerato, y Profesional, casi nada. Concretos, como esa maravilla llamada "Ciudad Universitaria", un proyecto que por siempre y para siempre nos llenará de orgullo, al igual que el Instituto Nacional de Bellas Artes y posteriormente Conaculta y Secretaría de Cultura; nuestros hermosos Museos; nuestra genial y por siempre mágica Industria Cinematográfica, Teatral y de Radio y Televisión.
Concreto, como las construcciones de casas habitación para ciudadanía de escasos recursos; como las organizaciones campesinas con todo y su Folclore; como los nacimientos sindicales públicos y privados; como la respuesta que estos mismos han alcanzado en materia de pensiones, afores, infonavit, liberación feminista, y crecimiento de una Banca internacional. Concretos, en fin, como la eficiencia de un sistema diplomático con embajadores altamente experimentados. El activo movimiento de la inversión mundial, con las resultados lógicos de un empleo próspero.
¡Y, sería interminable! Porque tendríamos que agradecer a un señor llamado Porfirio Díaz, la entrega de una arquitectura bordada con gran amor, por genios a los que nunca se les nombra, o ni las gracias, porque estamos acostumbrados a ver sólo los " pelos en la sopa". Ahora bien. ¿Todo ello ha tenido que ser perfecto?. ¡Claro que no¡ Pero sí, aleccionante. Porque al parecer, nuestra historia pasada y esforzada, casi no cuenta, o, se están calificando de "poca cosa". Opiniones que como decía Cantinflas: "No hay derecho". Porque en verdad-verdad, "sí" se logró un proyecto de Nación magnífica y hasta envidiable. y lo mejor que podemos hacer es reconocerla. Apreciarla. Amarla... y protegerla.
Un beso... Y hasta la próxima charla
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