/ lunes 11 de marzo de 2019

Arte y Academia | Recuperan producción literaria de Juan José Arreola

¡Bravo!... porque los foros educativos de secundarias y preparatorias, han vuelto a recuperar para este año, las producciones literarias de Juan José Arreola Zúñiga (Zapotlán el Grande, hoy Ciudad Guzmán, Jalisco)

Considerado uno de los impulsores más sobresalientes de la literatura fantástica contemporánea en México; con el propósito de alimentar de manera magnífica, los programas de lectura de la más alta calidad. Además de que el inolvidable personaje del "Boom", será recordado por académicos en Letras Españolas y Filosofía, en el Fondo de Cultura Económica, el primer sábado de abril próximo, al mediodía.

Así, el grupo de estudiosos, explicarán mediante charla abierta e informal, que el Maestro Arreola, de formación autodidacta, perteneció a la generación de los cincuenta, que incluye autores como Emilio Carballido, Rosario Castellanos, Sergio Magaña, Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, Juan Rulfo, Rubén Bonifaz Nuño, entre otros. Y que las obras que agotaron ediciones en todas las librerías de su época, fueron, desde luego, Confabulario (1952), Bestiario (1959) y La Feria (1963); libros que continúan siendo muy leídos en toda América Latina, por las nuevas generaciones.

Los académicos comentaron, igualmente, que a Juan José Arreola, sus seguidores, lo "encontramos siempre en auditorios de librerías sobrevisitadas; en reuniones con escritores de su época; en El Generalito, de la UNAM; en el Polyforum Cultural Siqueiros; en Cátedras liberadas sorpresivamente; en el Centro Mexicano de Escritores o intercambiando puntos de vista en La Arena México, con autores antiestalinistas como el poeta siberiano Evgeni Alexandrovich Yevtushenko o Evtushenko. En fin, el Maestro Juan José Arreola, adelantó la amistosa agrupación, constituía siempre -para cualquiera mexicano que se sintiera orgulloso de serlo-, la atracción más deliciosa o simplemente el premio que todos necesitamos al atardecer, después de un día difícil".

"El Maestro Arreola era famoso también -agregaron-, no sólo porque era un incomparable constructor del bordado lingüístico; sino porque, en verdad, verdad, "hablaba-libros". Es decir. Los improvisaba. Los estructuraba al momento. Así que nadie se escapaba a la fascinación que irradiaba como soberbio religioso de la palabra escrita y pronunciada.

Porque aquel enorme Cicerón de Zapotlán el Grande, lograba, como por arte de magia, enchufar en una sola emisión, palabras, términos, conceptos, fantasías e imparables ríos de gracia y amenidad, mediante libros que en verdad, verdad, y perdón por la insistencia: dictaba al instante.

Así nada más. A la primera. Razones por las cuales, logró ser admirado, de manera muy aparte a sus dones de gran escritor, por esa otra herramienta de su personalidad: Su lenta, deliciosa, clara, precisa y matizada dicción. "Y finalmente ya jamás se podrá negar: Arreola fue único y continuará siendo único.

¡Bravo!... porque los foros educativos de secundarias y preparatorias, han vuelto a recuperar para este año, las producciones literarias de Juan José Arreola Zúñiga (Zapotlán el Grande, hoy Ciudad Guzmán, Jalisco)

Considerado uno de los impulsores más sobresalientes de la literatura fantástica contemporánea en México; con el propósito de alimentar de manera magnífica, los programas de lectura de la más alta calidad. Además de que el inolvidable personaje del "Boom", será recordado por académicos en Letras Españolas y Filosofía, en el Fondo de Cultura Económica, el primer sábado de abril próximo, al mediodía.

Así, el grupo de estudiosos, explicarán mediante charla abierta e informal, que el Maestro Arreola, de formación autodidacta, perteneció a la generación de los cincuenta, que incluye autores como Emilio Carballido, Rosario Castellanos, Sergio Magaña, Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, Juan Rulfo, Rubén Bonifaz Nuño, entre otros. Y que las obras que agotaron ediciones en todas las librerías de su época, fueron, desde luego, Confabulario (1952), Bestiario (1959) y La Feria (1963); libros que continúan siendo muy leídos en toda América Latina, por las nuevas generaciones.

Los académicos comentaron, igualmente, que a Juan José Arreola, sus seguidores, lo "encontramos siempre en auditorios de librerías sobrevisitadas; en reuniones con escritores de su época; en El Generalito, de la UNAM; en el Polyforum Cultural Siqueiros; en Cátedras liberadas sorpresivamente; en el Centro Mexicano de Escritores o intercambiando puntos de vista en La Arena México, con autores antiestalinistas como el poeta siberiano Evgeni Alexandrovich Yevtushenko o Evtushenko. En fin, el Maestro Juan José Arreola, adelantó la amistosa agrupación, constituía siempre -para cualquiera mexicano que se sintiera orgulloso de serlo-, la atracción más deliciosa o simplemente el premio que todos necesitamos al atardecer, después de un día difícil".

"El Maestro Arreola era famoso también -agregaron-, no sólo porque era un incomparable constructor del bordado lingüístico; sino porque, en verdad, verdad, "hablaba-libros". Es decir. Los improvisaba. Los estructuraba al momento. Así que nadie se escapaba a la fascinación que irradiaba como soberbio religioso de la palabra escrita y pronunciada.

Porque aquel enorme Cicerón de Zapotlán el Grande, lograba, como por arte de magia, enchufar en una sola emisión, palabras, términos, conceptos, fantasías e imparables ríos de gracia y amenidad, mediante libros que en verdad, verdad, y perdón por la insistencia: dictaba al instante.

Así nada más. A la primera. Razones por las cuales, logró ser admirado, de manera muy aparte a sus dones de gran escritor, por esa otra herramienta de su personalidad: Su lenta, deliciosa, clara, precisa y matizada dicción. "Y finalmente ya jamás se podrá negar: Arreola fue único y continuará siendo único.