/ martes 8 de marzo de 2022

Articulación feminista

Hace unos días una compañera explicó gráficamente lo que significa articulación, señalando las articulaciones de su cuerpo que permiten el movimiento de las manos, de los hombros o rodillas y me hizo mucho sentido la necesidad de la articulación para que las causas se muevan.

El punto en el que nos encontramos en materia de reconocimiento de los derechos de las mujeres, la democracia y la igualdad son el resultado de las múltiples articulaciones de mujeres que, a lo largo de la historia, pasándose la estafeta una generación tras otra, han dado sentido y ruta al movimiento feminista. Hoy, el feminismo ha logrado abrir grietas en los techos de cristal, entrar a la esfera pública, trastocar el orden establecido de las cosas y ponerle cara al patriarcado. Sin embargo, este sistema ha reaccionado violentamente frente a la posibilidad de perder los privilegios que lo sostienen.

En México, el 8 de marzo de 2020 irrumpió la primavera violeta e inundó las calles de ríos de mujeres de todas las generaciones que se asimilaban a las jacarandas en flor que enmarcaban las calles, mujeres diversas unidas, señalando al Estado como el violador, exigiendo que cumpla con su papel de garantizarnos vidas libres de violencias, demandando un país para todas y todos, en el que nuestras aspiraciones tengan cabida, nuestras demandas tengan respuesta, donde la igualdad y la justicia se normalicen, donde podamos tener libertades, en el que los trabajos de cuidados sean valorados como indispensables para la reproducción social; un país donde podamos asumir la conducción de nuestros cuerpos y nuestros destinos.

Hoy, 8 de marzo de 2022, después de una emergencia sanitaria y en medio de una pandemia por COVID, nuestras demandas no sólo siguen siendo las mismas sino que las desigualdades se profundizaron, las violencias se agudizaron y mientras las mujeres con su trabajo de cuidados no remunerado sacaron adelante la situación, el Estado las dejó a su suerte, perdieron sus fuentes de ingresos, y se cancelaron programas como las escuelas de tiempo completo, perjudicando también a niñas y niños.

Por si fuera poco, la polarización nos confronta y pretende colocarnos de un lado o del otro, mientras que las derechas e izquierdas hacen un uso faccioso de las causas feministas y estamos fracturadas.

Frente a ello, retomando las enseñanzas del feminismo, es necesario seguir articulándonos, teniendo como base el dialogo y las coincidencias, dejar de lado la polarización que nos imponen otros, salirnos del uso faccioso que hacen políticos/as oportunistas, saltar las vallas que nos dividen, darle la vuelta a la cerrazón y hacer política desde la óptica feminista, para construir un país para todas y todos.

Con ese objetivo, hay múltiples esfuerzos y llamados al dialogo y la articulación, que conviene atender y sumarse. De manera particular me refiero al que el día de ayer, un grupo de organizaciones y personas convocamos bajo el titulo “El país que queremos las mujeres” y las niñas.

“El país que queremos las mujeres” y las niñas es una convocatoria amplia a toda la diversidad de personas en el territorio nacional a dialogar sobre el país que queremos, sin restricción ni límites impuestos, a través de foros mensuales durante todo el año. La convocatoria es incluyente y feminista, el propósito es generar una discusión colectiva de la cual puedan surgir opciones de futuro con el ojetivo de contribuir a construir una agenda para lograr un país con derechos, en el que impere la igualdad sustantiva, la justicia y la libertad.

Hace unos días una compañera explicó gráficamente lo que significa articulación, señalando las articulaciones de su cuerpo que permiten el movimiento de las manos, de los hombros o rodillas y me hizo mucho sentido la necesidad de la articulación para que las causas se muevan.

El punto en el que nos encontramos en materia de reconocimiento de los derechos de las mujeres, la democracia y la igualdad son el resultado de las múltiples articulaciones de mujeres que, a lo largo de la historia, pasándose la estafeta una generación tras otra, han dado sentido y ruta al movimiento feminista. Hoy, el feminismo ha logrado abrir grietas en los techos de cristal, entrar a la esfera pública, trastocar el orden establecido de las cosas y ponerle cara al patriarcado. Sin embargo, este sistema ha reaccionado violentamente frente a la posibilidad de perder los privilegios que lo sostienen.

En México, el 8 de marzo de 2020 irrumpió la primavera violeta e inundó las calles de ríos de mujeres de todas las generaciones que se asimilaban a las jacarandas en flor que enmarcaban las calles, mujeres diversas unidas, señalando al Estado como el violador, exigiendo que cumpla con su papel de garantizarnos vidas libres de violencias, demandando un país para todas y todos, en el que nuestras aspiraciones tengan cabida, nuestras demandas tengan respuesta, donde la igualdad y la justicia se normalicen, donde podamos tener libertades, en el que los trabajos de cuidados sean valorados como indispensables para la reproducción social; un país donde podamos asumir la conducción de nuestros cuerpos y nuestros destinos.

Hoy, 8 de marzo de 2022, después de una emergencia sanitaria y en medio de una pandemia por COVID, nuestras demandas no sólo siguen siendo las mismas sino que las desigualdades se profundizaron, las violencias se agudizaron y mientras las mujeres con su trabajo de cuidados no remunerado sacaron adelante la situación, el Estado las dejó a su suerte, perdieron sus fuentes de ingresos, y se cancelaron programas como las escuelas de tiempo completo, perjudicando también a niñas y niños.

Por si fuera poco, la polarización nos confronta y pretende colocarnos de un lado o del otro, mientras que las derechas e izquierdas hacen un uso faccioso de las causas feministas y estamos fracturadas.

Frente a ello, retomando las enseñanzas del feminismo, es necesario seguir articulándonos, teniendo como base el dialogo y las coincidencias, dejar de lado la polarización que nos imponen otros, salirnos del uso faccioso que hacen políticos/as oportunistas, saltar las vallas que nos dividen, darle la vuelta a la cerrazón y hacer política desde la óptica feminista, para construir un país para todas y todos.

Con ese objetivo, hay múltiples esfuerzos y llamados al dialogo y la articulación, que conviene atender y sumarse. De manera particular me refiero al que el día de ayer, un grupo de organizaciones y personas convocamos bajo el titulo “El país que queremos las mujeres” y las niñas.

“El país que queremos las mujeres” y las niñas es una convocatoria amplia a toda la diversidad de personas en el territorio nacional a dialogar sobre el país que queremos, sin restricción ni límites impuestos, a través de foros mensuales durante todo el año. La convocatoria es incluyente y feminista, el propósito es generar una discusión colectiva de la cual puedan surgir opciones de futuro con el ojetivo de contribuir a construir una agenda para lograr un país con derechos, en el que impere la igualdad sustantiva, la justicia y la libertad.

ÚLTIMASCOLUMNAS
martes 07 de febrero de 2023

Las constituyentes

Martha Tagle

martes 17 de enero de 2023

Primero los pobres

Martha Tagle

martes 03 de enero de 2023

Tres propósitos

Martha Tagle

martes 13 de diciembre de 2022

El Plan V del Presidente

Martha Tagle

martes 15 de noviembre de 2022

Mala madre

Martha Tagle

martes 04 de octubre de 2022

Resistencia feminista

Martha Tagle

martes 20 de septiembre de 2022

Hasta encontrarte

Martha Tagle

martes 06 de septiembre de 2022

Mismo ejército

Martha Tagle

Cargar Más