/ lunes 30 de noviembre de 2020

Cartillas, guías y los 20 mandamientos

En estos días en que se realizan las actividades en los 16 días que van desde el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, han surgido opiniones preocupantes desde Palacio Nacional que reflejan una falta de empatía con las mujeres que sufren violencia e incluso han perdido la vida por serlo.


El Presidente insiste decir homicidio al feminicidio una y otra vez, ignorando es el asesinato que se perpetra contra la mujer por serlo. Su investigación judicial desde esta perspectiva es fundamental para que no haya impunidad desde el Estado que tiende a minimizar la violencia contra las mujeres.


Y en el marco de estos 16 días de activismo contra la violencia de género, nos endosa un folleto intitulado Guía Ética para la Transformación de México y amenaza repartirlos a millones de personas.


Para empezar no es mi interés descalificar los principios de esta guía, y no precisarían de mi atención sino fueran impresos y distribuidos con recursos públicos y porque son ajenos e improcedentes de un mandatario cuya obligación es cumplir y hacer cumplir la Constitución Política y las leyes que emanan de ella y no sustituirlas por estas ocurrencias. Ese texto de buenos deseos, es propio pregonarlo desde un púlpito religioso o quizá para guía de terapia de grupo o un ámbito de quienes buscan apoyo espiritual; pero no puede ser la norma para el trabajo de la administración pública, mucho menos de la política que debe impulsar quien ocupa la presidencia.


Reiteradamente habla a nombre del pueblo y sobre los pueblos originales; pues a saber, en los últimos 20 años se ha reformado la Constitución para reconocer los derechos de los pueblos indígenas, la primera reforma resultado de la guerra de los zapatistas y la última para incluir la igualdad sustantiva que debe reconocerles a las mujeres indígenas. Por cierto, hoy no tienen apoyo del gobierno federal las niñas y niños indígenas para tener clases a distancia porque no tienen internet, si acaso alguna televisión, y junto con la población más pobre del país, sufrirán un atraso en su ciclo escolar; esto no se resuelve con sus buenos deseos, sino orientando los recursos que usa para sus frivolidades como esta guía.


Otro ejemplo: dice en esta guía que “la actividad empresarial se contaminó” en la época del neoliberalismo, en aras de la ganancia desmedida; basta observar con qué empresarios se acompaña para saber que no aplica el mismo rasero a algunos que justamente se distinguen por sus amplias ganancias.


López Obrador es la antítesis de lo que aprende un abogado. Las personas que cometen un delito no pueden resarcir el daño pidiendo perdón a la víctima y constriñéndose a si mismo se van a portar bien; quien comete un delito no requiere terapia para volverse bueno, sino una sanción conforme lo señale ley penal.


La pandemia nos puso en evidencia a todos los países; a México en el grupo de los que no la están enfrentando de manera correcta. Y si se cree que esta guía de buenos deseos va a sustituir la crítica por las desiciones de omisión alevosa que ha tomado y ordenado a López-Gatell no entiende que más temprano que tarde la historia le cobrará cuentas. Lamento el desprecio a nuestra Constitución y su sustitución por cartillas morales y guías de redención y de pare de sufrir.

En estos días en que se realizan las actividades en los 16 días que van desde el 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, y hasta el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos, han surgido opiniones preocupantes desde Palacio Nacional que reflejan una falta de empatía con las mujeres que sufren violencia e incluso han perdido la vida por serlo.


El Presidente insiste decir homicidio al feminicidio una y otra vez, ignorando es el asesinato que se perpetra contra la mujer por serlo. Su investigación judicial desde esta perspectiva es fundamental para que no haya impunidad desde el Estado que tiende a minimizar la violencia contra las mujeres.


Y en el marco de estos 16 días de activismo contra la violencia de género, nos endosa un folleto intitulado Guía Ética para la Transformación de México y amenaza repartirlos a millones de personas.


Para empezar no es mi interés descalificar los principios de esta guía, y no precisarían de mi atención sino fueran impresos y distribuidos con recursos públicos y porque son ajenos e improcedentes de un mandatario cuya obligación es cumplir y hacer cumplir la Constitución Política y las leyes que emanan de ella y no sustituirlas por estas ocurrencias. Ese texto de buenos deseos, es propio pregonarlo desde un púlpito religioso o quizá para guía de terapia de grupo o un ámbito de quienes buscan apoyo espiritual; pero no puede ser la norma para el trabajo de la administración pública, mucho menos de la política que debe impulsar quien ocupa la presidencia.


Reiteradamente habla a nombre del pueblo y sobre los pueblos originales; pues a saber, en los últimos 20 años se ha reformado la Constitución para reconocer los derechos de los pueblos indígenas, la primera reforma resultado de la guerra de los zapatistas y la última para incluir la igualdad sustantiva que debe reconocerles a las mujeres indígenas. Por cierto, hoy no tienen apoyo del gobierno federal las niñas y niños indígenas para tener clases a distancia porque no tienen internet, si acaso alguna televisión, y junto con la población más pobre del país, sufrirán un atraso en su ciclo escolar; esto no se resuelve con sus buenos deseos, sino orientando los recursos que usa para sus frivolidades como esta guía.


Otro ejemplo: dice en esta guía que “la actividad empresarial se contaminó” en la época del neoliberalismo, en aras de la ganancia desmedida; basta observar con qué empresarios se acompaña para saber que no aplica el mismo rasero a algunos que justamente se distinguen por sus amplias ganancias.


López Obrador es la antítesis de lo que aprende un abogado. Las personas que cometen un delito no pueden resarcir el daño pidiendo perdón a la víctima y constriñéndose a si mismo se van a portar bien; quien comete un delito no requiere terapia para volverse bueno, sino una sanción conforme lo señale ley penal.


La pandemia nos puso en evidencia a todos los países; a México en el grupo de los que no la están enfrentando de manera correcta. Y si se cree que esta guía de buenos deseos va a sustituir la crítica por las desiciones de omisión alevosa que ha tomado y ordenado a López-Gatell no entiende que más temprano que tarde la historia le cobrará cuentas. Lamento el desprecio a nuestra Constitución y su sustitución por cartillas morales y guías de redención y de pare de sufrir.