/ jueves 3 de marzo de 2022

Comportamiento de calificaciones de estados y municipios en 2021 

Por Ricardo Gallegos

Hay tres fenómenos que podemos destacar en el comportamiento de las calificaciones del mercado subnacional del año pasado: la caída de los ingresos de libre disposición, a pesar del crecimiento de las participaciones; los ligeros incrementos en el endeudamiento, particularmente en los estados y, los impactos ligeramente positivos derivados de la formalización de criterios ESG en las calificaciones.

Recientemente publicamos un estudio sectorial sobre las calificaciones de estados y municipios; en este se aprecia cómo de los 25 estados calificados por HR Ratings, el 56% ratificó su calificación, el 32% tuvo un incremento y solo 3 estados tuvieron una baja: Baja California, Durango y Tabasco. Para el caso de los municipios, de las 88 entidades calificadas, 64.8% se ratificaron, 23.9% tuvieron un incremento y solo 6 municipios presentaron un decremento en su calificación.

Durante el año pasado, el sector subnacional todavía resintió en las finanzas públicas los efectos derivados de la pandemia, particularmente en la recaudación de ingresos propios, que fueron los más afectados, en parte, por el confinamiento, pero también por una economía local todavía muy mermada. Esto provocó que la mayor parte de las entidades calificadas tuvieran menores ingresos de este tipo y que, a pesar del crecimiento de las participaciones por los ingresos federales, esto no fuera suficiente para revertir este fenómeno.

En 2021, dentro de nuestra muestra calificada, los ingresos de libre disposición decrecieron un 1.9%, lo que rompió la tendencia de los periodos 2018 y 2019, que presentaron tasas de crecimiento promedio del 12%. Esta dinámica en general provoca que las entidades buscaran reorientar el gasto corriente y en muchos de los casos minimizar el gasto de inversión, lo cual frecuentemente impacta en la dinámica de la economía local.

Sin embargo, sí hubo entidades, en particular estados, que requirieron endeudamiento para continuar implementando sus planes de política pública. La deuda neta como porcentaje de los ingresos de libre disposición subió a 61% en 2021 frente a 57.2% del año previo. De manera adicional, hay que recordar que debido al cambio de 15 administraciones estatales, todas ellas debieron haber dejado pagados sus créditos de corto plazo, lo cual presionó el tema de la revolvencia requerida para el cierre del año. Estimamos que la dinámica del financiamiento-a pesar de que este año también se eligen seis estados más- sea que empiece a recuperarse, ya sea a través de refinanciamientos o toma adicional de créditos en el sector.

Un aspecto que es importante destacar lo constituye la formalización de criterios ESG en las calificaciones que, si bien eran evaluados de alguna manera como una batería cualitativa, la inclusión de estos permitió identificar de una manera más clara y oportuna cuáles eran las fortalezas o debilidades relativas de los entes calificados en tres tipos de criterios: ambientales, sociales y de gobernanza. Estos criterios nos permiten no solo identificar el riesgo que a la postre incide financieramente en las calificaciones, sino ver en realidad cómo estas entidades lo mitigan.

Por ejemplo, dentro de los temas ambientales, el estrés hídrico podría ser un problema en el corto o mediano plazo e, inclusive, en algunos estados ya constituye un reto en estos momentos. La carga presupuestal para la solución de este problema y otros criterios como los factores sociales, por ejemplo temas de inseguridad, hacen que se empiece a erogar de manera más importante temas de equipamiento, cámaras de seguridad, etc., que muchas veces van acompañados de procesos de arrendamiento y/o financiamiento; o bien, como en los temas de gobernanza, la correcta identificación de contingencias jurídicas, como son los laudos laborales, puede evitar crisis políticas y legales en la entidad.

Todos estos factores hicieron que 2021 fuera un año todavía complicado, que de alguna manera incidió en el nivel de crecimiento a nivel nacional, el cual terminó no cumpliendo las expectativas, donde no se logró un efecto rebote tan importante como se esperaba, quedando en un nivel de crecimiento del PIB del 5% sin duda 2022 será todavía un año complicado para el sector subnacional.

***

*Ricardo Gallegos es Director Ejecutivo Senior de Finanzas Públicas & Deuda Soberana en HR Ratings. Economista por el ITESM y estudios de Maestría en Políticas Públicas por el ITAM.

Liga LinkedIn. http://linkedin.com/in/ricardo-gallegos-miranda-a2b0029a

….

HR Ratings, agencia calificadora mexicana con presencia internacional, líder en el Mercado Mexicano y de Latinoamérica, distinguida por su compromiso con la transparencia, calidad en el análisis, el servicio a sus clientes y público inversionista. HR Ratings cuenta con la autorización de la Securities and Exchange Commission (SEC) y la certificación de la European Securities and Markets Authority (ESMA).

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Por Ricardo Gallegos

Hay tres fenómenos que podemos destacar en el comportamiento de las calificaciones del mercado subnacional del año pasado: la caída de los ingresos de libre disposición, a pesar del crecimiento de las participaciones; los ligeros incrementos en el endeudamiento, particularmente en los estados y, los impactos ligeramente positivos derivados de la formalización de criterios ESG en las calificaciones.

Recientemente publicamos un estudio sectorial sobre las calificaciones de estados y municipios; en este se aprecia cómo de los 25 estados calificados por HR Ratings, el 56% ratificó su calificación, el 32% tuvo un incremento y solo 3 estados tuvieron una baja: Baja California, Durango y Tabasco. Para el caso de los municipios, de las 88 entidades calificadas, 64.8% se ratificaron, 23.9% tuvieron un incremento y solo 6 municipios presentaron un decremento en su calificación.

Durante el año pasado, el sector subnacional todavía resintió en las finanzas públicas los efectos derivados de la pandemia, particularmente en la recaudación de ingresos propios, que fueron los más afectados, en parte, por el confinamiento, pero también por una economía local todavía muy mermada. Esto provocó que la mayor parte de las entidades calificadas tuvieran menores ingresos de este tipo y que, a pesar del crecimiento de las participaciones por los ingresos federales, esto no fuera suficiente para revertir este fenómeno.

En 2021, dentro de nuestra muestra calificada, los ingresos de libre disposición decrecieron un 1.9%, lo que rompió la tendencia de los periodos 2018 y 2019, que presentaron tasas de crecimiento promedio del 12%. Esta dinámica en general provoca que las entidades buscaran reorientar el gasto corriente y en muchos de los casos minimizar el gasto de inversión, lo cual frecuentemente impacta en la dinámica de la economía local.

Sin embargo, sí hubo entidades, en particular estados, que requirieron endeudamiento para continuar implementando sus planes de política pública. La deuda neta como porcentaje de los ingresos de libre disposición subió a 61% en 2021 frente a 57.2% del año previo. De manera adicional, hay que recordar que debido al cambio de 15 administraciones estatales, todas ellas debieron haber dejado pagados sus créditos de corto plazo, lo cual presionó el tema de la revolvencia requerida para el cierre del año. Estimamos que la dinámica del financiamiento-a pesar de que este año también se eligen seis estados más- sea que empiece a recuperarse, ya sea a través de refinanciamientos o toma adicional de créditos en el sector.

Un aspecto que es importante destacar lo constituye la formalización de criterios ESG en las calificaciones que, si bien eran evaluados de alguna manera como una batería cualitativa, la inclusión de estos permitió identificar de una manera más clara y oportuna cuáles eran las fortalezas o debilidades relativas de los entes calificados en tres tipos de criterios: ambientales, sociales y de gobernanza. Estos criterios nos permiten no solo identificar el riesgo que a la postre incide financieramente en las calificaciones, sino ver en realidad cómo estas entidades lo mitigan.

Por ejemplo, dentro de los temas ambientales, el estrés hídrico podría ser un problema en el corto o mediano plazo e, inclusive, en algunos estados ya constituye un reto en estos momentos. La carga presupuestal para la solución de este problema y otros criterios como los factores sociales, por ejemplo temas de inseguridad, hacen que se empiece a erogar de manera más importante temas de equipamiento, cámaras de seguridad, etc., que muchas veces van acompañados de procesos de arrendamiento y/o financiamiento; o bien, como en los temas de gobernanza, la correcta identificación de contingencias jurídicas, como son los laudos laborales, puede evitar crisis políticas y legales en la entidad.

Todos estos factores hicieron que 2021 fuera un año todavía complicado, que de alguna manera incidió en el nivel de crecimiento a nivel nacional, el cual terminó no cumpliendo las expectativas, donde no se logró un efecto rebote tan importante como se esperaba, quedando en un nivel de crecimiento del PIB del 5% sin duda 2022 será todavía un año complicado para el sector subnacional.

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*Ricardo Gallegos es Director Ejecutivo Senior de Finanzas Públicas & Deuda Soberana en HR Ratings. Economista por el ITESM y estudios de Maestría en Políticas Públicas por el ITAM.

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