/ viernes 8 de diciembre de 2023

Debates presidenciales para el 2024

@ebuendiaz

Hace unos días el INE aprobó la realización de tres debates para la elección presidencial. A diferencia de lo ocurrido hace seis años, la sede donde se realizarán los mismos serán en la Ciudad de México y los temas que la autoridad electoral ha aprobado para los mismos son: seguridad, economía y empleo, combate a la corrupción y transparencia, salud y educación, pobreza, medio ambiente, migración y política exterior, atención a grupos en situación de vulnerabilidad, así como política y gobierno.

En principio, los debates electorales están relacionados con la obligación que tienen las autoridades electorales de basar sus actuaciones conforme al principio de máxima publicidad. Dicho principio implica que éstas tienen la obligación de proporcionar a la sociedad la mayor cantidad de información sobre temas relacionados con el ejercicio de sus atribuciones, para que puedan ser motivo de análisis, discusión y, en su caso, crítica por parte de la ciudadanía.

Durante el desarrollo de los procesos electorales, dicha obligación también impregna a los partidos y candidaturas. La deliberación pública sobre sus propuestas enriquece el debate democrático y garantiza la posibilidad de un voto informado.

Seamos claros: Hoy la ciudadanía ya no le gusta la demagogia y mucho menos los mensajes y propuestas de gobierno sin sustancia. El rechazo a la corrupción, a la inseguridad o la mejora de prácticas gubernamentales, sin explicar cómo se pueden alcanzar no abonan al juego democrático actual.

Para lograr ese objetivo, el INE ha decidido repetir la mecánica de hace unos 6 años y otorgar a los moderadores de los debates un papel más activo. Es decir, quienes se desempeñen en esa función no se limitarán a administrar los tiempos de las rondas o a ordenar las intervenciones de los participantes. Su papel ahora tendrá incidencia en los posicionamientos de quienes participen, pues podrá haber interacción entre ellos, sin que ello implique generar imputaciones que afecten a una candidatura.

Estos ejercicios de confrontación de ideas son fundamentales para nuestra democracia y hoy los necesitamos más que nunca. Recordemos que la aceptación pública de la democracia se encuentra a la baja en América Latina. En el informe 2023 de Latinobarómetro se señala que el apoyo a la democracia en la región como el mejor sistema de gobierno disminuyó de un 63% en 2010 a un 48%. México fue uno de los países que más perdió: de un 43% en 2020 a un 35%%. De hecho, un aspecto que debe prender las alertas es que en nuestro país de 2020 a 2023 creció el apoyo al autoritarismo un 11%, esto es del 22% al 33%.

Dichos indicadores son un buen incentivo para que autoridades electorales y actores políticos empiecen a tomarse en serio a la democracia. La gente está buscando verdaderas soluciones a los problemas y para ello es necesario conocer qué alternativas ofrecen las candidaturas y cómo confrontan las ajenas.

No debe quedar duda que los debates son un ejercicio que tiene como objetivo acercar los procesos democráticos a la ciudadanía. El INE no está improvisando en esta materia, lo que hace es atender a experiencias internacionales y a opiniones de expertos. En otras palabras, está haciendo cambios necesarios que abonan a fortalecer a nuestra democracia.

Maestro en democracia y derechos humanos.


@ebuendiaz

Hace unos días el INE aprobó la realización de tres debates para la elección presidencial. A diferencia de lo ocurrido hace seis años, la sede donde se realizarán los mismos serán en la Ciudad de México y los temas que la autoridad electoral ha aprobado para los mismos son: seguridad, economía y empleo, combate a la corrupción y transparencia, salud y educación, pobreza, medio ambiente, migración y política exterior, atención a grupos en situación de vulnerabilidad, así como política y gobierno.

En principio, los debates electorales están relacionados con la obligación que tienen las autoridades electorales de basar sus actuaciones conforme al principio de máxima publicidad. Dicho principio implica que éstas tienen la obligación de proporcionar a la sociedad la mayor cantidad de información sobre temas relacionados con el ejercicio de sus atribuciones, para que puedan ser motivo de análisis, discusión y, en su caso, crítica por parte de la ciudadanía.

Durante el desarrollo de los procesos electorales, dicha obligación también impregna a los partidos y candidaturas. La deliberación pública sobre sus propuestas enriquece el debate democrático y garantiza la posibilidad de un voto informado.

Seamos claros: Hoy la ciudadanía ya no le gusta la demagogia y mucho menos los mensajes y propuestas de gobierno sin sustancia. El rechazo a la corrupción, a la inseguridad o la mejora de prácticas gubernamentales, sin explicar cómo se pueden alcanzar no abonan al juego democrático actual.

Para lograr ese objetivo, el INE ha decidido repetir la mecánica de hace unos 6 años y otorgar a los moderadores de los debates un papel más activo. Es decir, quienes se desempeñen en esa función no se limitarán a administrar los tiempos de las rondas o a ordenar las intervenciones de los participantes. Su papel ahora tendrá incidencia en los posicionamientos de quienes participen, pues podrá haber interacción entre ellos, sin que ello implique generar imputaciones que afecten a una candidatura.

Estos ejercicios de confrontación de ideas son fundamentales para nuestra democracia y hoy los necesitamos más que nunca. Recordemos que la aceptación pública de la democracia se encuentra a la baja en América Latina. En el informe 2023 de Latinobarómetro se señala que el apoyo a la democracia en la región como el mejor sistema de gobierno disminuyó de un 63% en 2010 a un 48%. México fue uno de los países que más perdió: de un 43% en 2020 a un 35%%. De hecho, un aspecto que debe prender las alertas es que en nuestro país de 2020 a 2023 creció el apoyo al autoritarismo un 11%, esto es del 22% al 33%.

Dichos indicadores son un buen incentivo para que autoridades electorales y actores políticos empiecen a tomarse en serio a la democracia. La gente está buscando verdaderas soluciones a los problemas y para ello es necesario conocer qué alternativas ofrecen las candidaturas y cómo confrontan las ajenas.

No debe quedar duda que los debates son un ejercicio que tiene como objetivo acercar los procesos democráticos a la ciudadanía. El INE no está improvisando en esta materia, lo que hace es atender a experiencias internacionales y a opiniones de expertos. En otras palabras, está haciendo cambios necesarios que abonan a fortalecer a nuestra democracia.

Maestro en democracia y derechos humanos.