/ lunes 28 de diciembre de 2020

Economía 4.0 | ¿Qué deja el año viejo?

El 2020 llevó a la economía mexicana más allá de los límites imaginables al inicio del año. No obstante, lo primero que se debe tener claro es que el examen no ha terminado, las secuelas del Covid-19 son estructurales.

Como toda enfermedad, el Covid-19 tiene efectos económicos que siguen profundizándose.

La luz que se encuentra al final del 2020 conduce a una Nueva Realidad. Sectores como el turismo, el comercio, la construcción, el transporte de pasajeros, el educativo y todas las cadenas de valor asociadas enfrentarán las consecuencias de un cambio que no ha terminado.

La segunda etapa de confinamiento en las principales entidades federativas del país es una clara señal de que la llegada de la vacuna contra el Covid-19 a México no se traduce en una inmunidad para toda la población, mucho menos para la economía.

La inmunidad que conduzca a la Nueva Realidad se alcanzará cuando los 100 millones de mexicanos mayores de 16 años estén vacunados.

No será una tarea fácil, para lograrlo se requieren 200 millones de dosis, un presupuesto de 5 mil millones de dólares (más de 100 mil millones de pesos) y un proceso de vacunación de dos años que llegue a casi 140 mil mexicanos por día para lograr cubrir la meta.

Además, tendrá que contemplarse el presupuesto y proceso a seguir si la inmunidad de la vacuna es menor a un año.

El esfuerzo por realizar requiere de Unidad Nacional y comprender que el cambio gestado por el Covid-19 es un hecho de orden global.

Como indicativo se tiene el avance que el Covid-19 tuvo en el cierre de diciembre y que continuará durante el primer trimestre del 2021: la nueva variante descubierta en Gran Bretaña ya se encuentra en Canadá y África. En Europa hay países, como Austria, que viven un tercer confinamiento.

El mensaje para México es claro: se debe evitar caer en la trampa del espejismo que se presentará durante abril cuando los resultados económicos positivos comiencen a llegar. Ello será porque la base de comparación respecto al 2020 será muy baja, no se debe atribuir al fin de los desequilibrios causado por el Covid-19.

El Covid-19 mostró la debilidad estructural del modelo económico mexicano: la caída estimada de (-) 8.5% en 2020 llegó después del retroceso de (-) 0.1% en 2019, hacía más de 30 años que el país no acumulaba dos años de contracciones consecutivas. El retroceso del 2020 no se había visto desde 1932.

Ello provocó la desaparición del millón de empresas señalada por el INEGI, el aumento de la pobreza laboral reportado por el Coneval y la pérdida de empleo formal acumulada en las estadísticas del IMSS. Son las primeras huellas de la Nueva Realidad.

Durante el 2021 México tendrá que hacer frente a la merma en su capacidad productiva y a los efectos sociales que eso ha causado por la precarización de su mercado laboral: en noviembre más de dos millones de mexicanos no lograron encontrar la fuente de ingreso económico que perdieron durante la pandemia, una cifra similar a la de octubre y que se presentó justamente antes de las nuevas restricciones adoptadas en la Ciudad de México, el Estados de México, Morelos, Hidalgo, Nuevo León y otras entidades del país.

¿Cómo se enfrentarán las secuelas de esa Nueva Realidad? El incremento al gasto social asistencial en 2020 mostró su límite: como en otras recesiones, el gasto asistencial no puede revertir las fallas del modelo económico: únicamente el crecimiento y la Unidad Nacional podrán hacerlo.

¿Qué nos depara el Año Nuevo? Dependerá de entender el mensaje que deja el Año Viejo.

El 2020 llevó a la economía mexicana más allá de los límites imaginables al inicio del año. No obstante, lo primero que se debe tener claro es que el examen no ha terminado, las secuelas del Covid-19 son estructurales.

Como toda enfermedad, el Covid-19 tiene efectos económicos que siguen profundizándose.

La luz que se encuentra al final del 2020 conduce a una Nueva Realidad. Sectores como el turismo, el comercio, la construcción, el transporte de pasajeros, el educativo y todas las cadenas de valor asociadas enfrentarán las consecuencias de un cambio que no ha terminado.

La segunda etapa de confinamiento en las principales entidades federativas del país es una clara señal de que la llegada de la vacuna contra el Covid-19 a México no se traduce en una inmunidad para toda la población, mucho menos para la economía.

La inmunidad que conduzca a la Nueva Realidad se alcanzará cuando los 100 millones de mexicanos mayores de 16 años estén vacunados.

No será una tarea fácil, para lograrlo se requieren 200 millones de dosis, un presupuesto de 5 mil millones de dólares (más de 100 mil millones de pesos) y un proceso de vacunación de dos años que llegue a casi 140 mil mexicanos por día para lograr cubrir la meta.

Además, tendrá que contemplarse el presupuesto y proceso a seguir si la inmunidad de la vacuna es menor a un año.

El esfuerzo por realizar requiere de Unidad Nacional y comprender que el cambio gestado por el Covid-19 es un hecho de orden global.

Como indicativo se tiene el avance que el Covid-19 tuvo en el cierre de diciembre y que continuará durante el primer trimestre del 2021: la nueva variante descubierta en Gran Bretaña ya se encuentra en Canadá y África. En Europa hay países, como Austria, que viven un tercer confinamiento.

El mensaje para México es claro: se debe evitar caer en la trampa del espejismo que se presentará durante abril cuando los resultados económicos positivos comiencen a llegar. Ello será porque la base de comparación respecto al 2020 será muy baja, no se debe atribuir al fin de los desequilibrios causado por el Covid-19.

El Covid-19 mostró la debilidad estructural del modelo económico mexicano: la caída estimada de (-) 8.5% en 2020 llegó después del retroceso de (-) 0.1% en 2019, hacía más de 30 años que el país no acumulaba dos años de contracciones consecutivas. El retroceso del 2020 no se había visto desde 1932.

Ello provocó la desaparición del millón de empresas señalada por el INEGI, el aumento de la pobreza laboral reportado por el Coneval y la pérdida de empleo formal acumulada en las estadísticas del IMSS. Son las primeras huellas de la Nueva Realidad.

Durante el 2021 México tendrá que hacer frente a la merma en su capacidad productiva y a los efectos sociales que eso ha causado por la precarización de su mercado laboral: en noviembre más de dos millones de mexicanos no lograron encontrar la fuente de ingreso económico que perdieron durante la pandemia, una cifra similar a la de octubre y que se presentó justamente antes de las nuevas restricciones adoptadas en la Ciudad de México, el Estados de México, Morelos, Hidalgo, Nuevo León y otras entidades del país.

¿Cómo se enfrentarán las secuelas de esa Nueva Realidad? El incremento al gasto social asistencial en 2020 mostró su límite: como en otras recesiones, el gasto asistencial no puede revertir las fallas del modelo económico: únicamente el crecimiento y la Unidad Nacional podrán hacerlo.

¿Qué nos depara el Año Nuevo? Dependerá de entender el mensaje que deja el Año Viejo.