Por Doris Gómora
En la historia del Cartel de Sinaloa y del Cartel Jalisco Nueva Generación no había existido la ejecución de un candidato presidencial. Con el asesinato de Fernando Villavicencio en Ecuador iniciaron. Ambos carteles mexicanos controlan a los dos principales grupos delictivos ecuatorianos, y a una de las principales vías para traficar droga desde Colombia.
Fernando Villavicencio se refería a la banda delictiva ´Los choneros´ como ´el cartel de Sinaloa´ por la alianza entre ambos grupos, y en donde predomina el control de los narcotraficantes mexicanos que abastecen de armas y equipo a su socio.
En los reportes anuales de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, Ecuador aparece como el puente de operaciones de los carteles mexicanos. La frontera ecuatoriana con Colombia es usada “como punto de tráfico para los embarques de cocaína hacia México”, detalla la información de la DEA.
La relación entre los carteles mexicanos y los grupos delictivos locales en Ecuador implica pagos o amenazas para tener aliados en autoridades. Los candidatos presidenciales ecuatorianos Fernando Villavicencio y Jan Topic que prometieron acabar con esa asociación fueron amenazados de muerte.
Días antes de ser asesinado, el candidato Fernando Villavicencio prometió construir una cárcel de alta seguridad para trasladar al líder y miembros de ´Los choneros´, aliados del Cartel de Sinaloa, que controlan las cárceles en Ecuador. Las amenazas contra el aspirante presidencial aumentaron, y fue asesinado el pasado miércoles al salir de un evento de campaña.
Horas más tarde en un video que circuló por redes sociales, sin que se haya verificado su autenticidad, el grupo rival de ´Los choneros´ conocido como ´Los lobos´ apareció adjudicándose la muerte de Fernando Villavicencio y amenazó a Jan Topic, otro candidato presidencial, que suspendió su campaña por razones de seguridad.
El grupo delictivo ´Los lobos´ es socio del Cartel Jalisco Nueva Generación. En el video aseguran que entregaron dinero a las campañas presidenciales y que las amenazas son por el incumplimiento de compromisos. Ni partidos, ni gobierno de ese país han confirmado o negado la información.
En una columna anterior, referí como Pablo Escobar, el líder del cartel de Medellín, usó el financiamiento a campañas políticas para controlar a políticos en Colombia. La narcopolítica fue una estrategia que se extendió hacia otros países, y en Ecuador ese era uno de los temas que denunciaba Fernando Villavicencio.
En Colombia, el asesinato del Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla provocó que el gobierno comenzara la extradición de los líderes del narcotráfico hacia Estados Unidos.
La lista de políticos colombianos, de diferentes niveles, asesinados en ese país y la violencia del Cartel de Medellín usando tácticas terroristas generó el efecto contrario: los extraditables no querían una cárcel en suelo estadounidense, pero el asesinato del Ministro Bonilla fue el límite para el gobierno.
En una entrevista que realicé en Colombia a Nazly Lozano, quien asumió como Ministra de Justicia tras el asesinato de Rodrigo Lara Bonilla, describió el momento como uno de los más significativos en la historia de ese país: la primera mujer, abogada, que firmó la primera orden de extradición de un narco colombiano a Estados Unidos: Carlos Ledher, el rey de la cocaína.
El fortalecimiento de los carteles mexicanos y su expansión en el mundo se detonó con la caída de los grandes carteles colombianos. El poder económico de los carteles mexicanos les ha permitido financiar y controlar a políticos, pero en la práctica son el gobierno de facto en comunidades, ciudades, estados y país.
Con el asesinato de un candidato presidencial ecuatoriano queda claro que los carteles mexicanos están decididos a proteger sus negocios y el control en donde sea, y a cualquier costo.
