/ martes 5 de marzo de 2019

El socialismo y la mujer artífice de su éxito

La movilidad social excepcionalmente baja de Estados Unidos es diferente de su desigualdad en ingresos excepcionalmente elevada, aunque con toda seguridad ambas están relacionadas. En los países avanzados hay una fuerte correlación negativa entre la desigualdad y la movilidad, algunas veces se le denomina la “curva del Gran Gatsby”. Tiene sentido. Después de todo, las enormes disparidades en el ingreso de los padres tienden a traducirse en disparidades importantes en las oportunidades de los hijos.

La gente sí parece entender este punto. Muchos estadounidenses no se dan cuenta de lo desigual que es nuestra sociedad en realidad; cuando se les anteponen hechos sobre la desigualdad de los ingresos, se vuelven más propensos a creer que venir de una familia rica tiene mucho que ver con el éxito personal.

Regresando al “potencial de la movilidad ascendente”: ¿en qué lugar tiene mayores probabilidades de salir adelante la gente de orígenes humildes o modestos? Escandinavia encabeza la lista, aunque a Canadá también le va bien. Esta es la clave: los países nórdicos no sólo tienen poca desigualdad, también tienen gobiernos mucho más grandes y redes de seguridad social más extensas que nosotros. En otras palabras, tienen lo que los republicanos tildan de “socialismo” (que en realidad no lo es, pero no importa).

Asimismo, la asociación entre “socialismo” y movilidad social no es accidental. Todo lo contrario, es exactamente lo que uno esperaría.

Para ver por qué hay que ponerlo en un contexto estadounidense y preguntar qué pasaría con la movilidad social si la derecha del Partido Republicano o los demócratas progresistas implementaran sus agendas en materia de políticas públicas en su totalidad.

Si los tipos del Tea Party se salieran con la suya, veríamos recortes drásticos en Medicaid, los cupones de comida y otros programas que ayudan a los estadounidense de bajos ingresos; lo cual, en muchos casos, dejaría a los hijos de familias de bajos ingresos con servicios médicos y nutrición inadecuados. También veríamos recortes en el financiamiento a la educación pública, mientras que en el otro extremo de la escala veríamos recortes fiscales que elevarían los ingresos de los ricos y la eliminación del impuesto de sucesiones, que les permitiría transferir todo su dinero a sus herederos. En cambio, los demócratas progresistas están haciendo un llamado para que haya servicios médicos universales, mayor ayuda a los pobres y programas que ofrezcan colegiaturas universitarias gratuitas o por lo menos subsidiadas. Solicitan ayuda para que los padres de ingresos medios y más bajos puedan acceder y pagar cuidado infantil de calidad, además proponen pagar esas prestaciones con alzas de impuestos a los que ganan más y a las fortunas considerables.

Entonces, ¿cuál de estas agendas tendería a asegurar nuestro sistema de clases, facilitando que los hijos de los ricos se mantengan ricos y dificultando que los hijos de los pobres escapen de la pobreza? ¿Qué nos acercaría más al “sueño americano”? La respuesta es crear una sociedad en la cual los jóvenes con ambiciones que están dispuestos a trabajar arduamente tengan una buena posibilidad de trascender su entorno.

La movilidad social excepcionalmente baja de Estados Unidos es diferente de su desigualdad en ingresos excepcionalmente elevada, aunque con toda seguridad ambas están relacionadas. En los países avanzados hay una fuerte correlación negativa entre la desigualdad y la movilidad, algunas veces se le denomina la “curva del Gran Gatsby”. Tiene sentido. Después de todo, las enormes disparidades en el ingreso de los padres tienden a traducirse en disparidades importantes en las oportunidades de los hijos.

La gente sí parece entender este punto. Muchos estadounidenses no se dan cuenta de lo desigual que es nuestra sociedad en realidad; cuando se les anteponen hechos sobre la desigualdad de los ingresos, se vuelven más propensos a creer que venir de una familia rica tiene mucho que ver con el éxito personal.

Regresando al “potencial de la movilidad ascendente”: ¿en qué lugar tiene mayores probabilidades de salir adelante la gente de orígenes humildes o modestos? Escandinavia encabeza la lista, aunque a Canadá también le va bien. Esta es la clave: los países nórdicos no sólo tienen poca desigualdad, también tienen gobiernos mucho más grandes y redes de seguridad social más extensas que nosotros. En otras palabras, tienen lo que los republicanos tildan de “socialismo” (que en realidad no lo es, pero no importa).

Asimismo, la asociación entre “socialismo” y movilidad social no es accidental. Todo lo contrario, es exactamente lo que uno esperaría.

Para ver por qué hay que ponerlo en un contexto estadounidense y preguntar qué pasaría con la movilidad social si la derecha del Partido Republicano o los demócratas progresistas implementaran sus agendas en materia de políticas públicas en su totalidad.

Si los tipos del Tea Party se salieran con la suya, veríamos recortes drásticos en Medicaid, los cupones de comida y otros programas que ayudan a los estadounidense de bajos ingresos; lo cual, en muchos casos, dejaría a los hijos de familias de bajos ingresos con servicios médicos y nutrición inadecuados. También veríamos recortes en el financiamiento a la educación pública, mientras que en el otro extremo de la escala veríamos recortes fiscales que elevarían los ingresos de los ricos y la eliminación del impuesto de sucesiones, que les permitiría transferir todo su dinero a sus herederos. En cambio, los demócratas progresistas están haciendo un llamado para que haya servicios médicos universales, mayor ayuda a los pobres y programas que ofrezcan colegiaturas universitarias gratuitas o por lo menos subsidiadas. Solicitan ayuda para que los padres de ingresos medios y más bajos puedan acceder y pagar cuidado infantil de calidad, además proponen pagar esas prestaciones con alzas de impuestos a los que ganan más y a las fortunas considerables.

Entonces, ¿cuál de estas agendas tendería a asegurar nuestro sistema de clases, facilitando que los hijos de los ricos se mantengan ricos y dificultando que los hijos de los pobres escapen de la pobreza? ¿Qué nos acercaría más al “sueño americano”? La respuesta es crear una sociedad en la cual los jóvenes con ambiciones que están dispuestos a trabajar arduamente tengan una buena posibilidad de trascender su entorno.