/ miércoles 24 de junio de 2020

En Sonora, la Ley Olimpia va

Por: Wendy Briceño

La semana pasada atestiguamos cómo desde el Congreso de Sonora se construyeron acuerdos cupulares —mismos cuyos orígenes aún no quedan del todo claros—, tergiversando el espíritu de propuestas de reformas legislativas que se han planteado a nivel nacional. Hablamos del dictamen sobre violencia digital contra las mujeres, conocida también como “Ley Olimpia”: su definición en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Sonora y su tipo penal.


En la legislación vigente local existen ciertos considerandos que involucran la violencia por medios digitales; no obstante, se encuentran expresados de forma errónea e incluso contradictoria a los derechos sexuales y de libre desarrollo de la personalidad. Por lo que, por principio de cuentas, llamamos a eliminar de la ley el concepto de sexting como un delito.


La clave para diferenciar una práctica sexual como el sexting (sin tabúes ni moralidades sobre la sexualidad de las otras personas) de un delito recae en la manera consensuada, libre y protegida respecto a su vida privada entre las personas involucradas. De ahí la importancia de legislar en el ámbito local y federal con una perspectiva de género y con pleno respeto a todos los derechos humanos.


Asimismo, y más allá de precisiones técnicas, en el contexto de esta discusión, pero desde lo “oscurito” de una oficina del Congreso que no es la de un legislador o legisladora, se intentó incluir en el dictamen de violencia digital contra las mujeres, el apartado 241 Bis3, que pretendía regular la difusión de contenidos en redes sociales, confundiendo prácticas sexuales por medio de tecnologías, con pornografía y, a su vez, limitando el concepto de la violencia digital.


Parte de la propuesta incluía también la solicitud de medidas cautelares, las cuales, cabe destacar, competen únicamente al Congreso de la Unión legislar al respecto y no así a los congresos estatales, por lo que se estaría incurriendo en una invasión de competencias.


El dictamen se convirtió entonces en una serie de ocurrencias, que dio pie a elucubraciones: desde una posible “Ley Mordaza”, hasta una intención de invalidar las discusiones y mandarlas al diván del olvido. Es decir, hacerlo mal para no retomar los temas.


Las consecuencias de este grave error hubieran repercutido nuevamente en las ciudadanas, quienes al buscar justicia contra sus violentadores que difundieran imágenes de ellas vía digital, se toparían con vacíos legales y la posibilidad de libre interpretación de la ley, todo lo cual permitiría a los violentadores eludir la ley o reducir sus penas.


Es preocupante cómo desde el Gobierno del Estado no se ha emitido ni una sola comunicación al respecto, a pesar de ser una iniciativa origen de la Gobernadora y supuestamente respaldada por las y los legisladores tricolores en Sonora. Urge congruencia y compromiso con las causas de las mujeres más allá de los eventos conmemorativos.


Es indispensable también acercarse a la sociedad civil organizada, a las expertas, a las víctimas, no sólo en materia de violencia digital, sino de todos aquellos rubros que involucran a las mujeres.


Cuando construimos desde la Cámara de Diputados nuestro dictamen, emanado de la iniciativa de la llamada Ley Olimpia y el Frente Nacional para la Sororidad, incluimos voces plurales al interior de nuestra Comisión de Igualdad de Género y más allá de ella, logrando un dictamen de consenso.


Fue un trabajo articulado, de constante escucha no sólo con las promotoras iniciales, sino además con colectivas como Brujas Feministas, Red Mexicana de Prevención a la Violencia, Masculinidad es Rosa, Aquelarre Feminista, Colectivo Humanas, Colectiva Políticamente Incorrectas, Insurrectas Gobiernos, Defensoras Digitales.org quienes nos hicieron llegar sus consideraciones que fueron incluidas en el dictamen votado en el Pleno de la Cámara Baja y que próximamente será discutido en el Senado de la República.


Ante el dictamen actual, ya se han pronunciado a su vez el Observatorio Contra el Acoso México y Jurídicas Feministas A.C., reconociendo que el activismo feminista en Sonora también es parte de la propuesta.


Al respecto, hacemos un llamado respetuoso a que se construya un nuevo dictamen o, en su caso, una nueva iniciativa que parta de manera más auténtica de la Ley Olimpia y voces de parlamentos abiertos, y que logre un auténtico consenso.


De esta manera, se establecerán las medidas de coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar erradicar y reparar el daño ocasionado por la violencia digital, así como los principios y modalidades para garantizar que las mujeres tengamos una vida libre de violencia.


Cuando en otros estados ya comienzan a procesarse a violentadores digitales y se les imponen sanciones ejemplares, en Sonora vamos atrás, por lo que es momento de poner en primer plano la voluntad para legislar por los derechos de las mujeres. ¡Ley Olimpia ya!



Diputada federal por Morena

Por: Wendy Briceño

La semana pasada atestiguamos cómo desde el Congreso de Sonora se construyeron acuerdos cupulares —mismos cuyos orígenes aún no quedan del todo claros—, tergiversando el espíritu de propuestas de reformas legislativas que se han planteado a nivel nacional. Hablamos del dictamen sobre violencia digital contra las mujeres, conocida también como “Ley Olimpia”: su definición en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Sonora y su tipo penal.


En la legislación vigente local existen ciertos considerandos que involucran la violencia por medios digitales; no obstante, se encuentran expresados de forma errónea e incluso contradictoria a los derechos sexuales y de libre desarrollo de la personalidad. Por lo que, por principio de cuentas, llamamos a eliminar de la ley el concepto de sexting como un delito.


La clave para diferenciar una práctica sexual como el sexting (sin tabúes ni moralidades sobre la sexualidad de las otras personas) de un delito recae en la manera consensuada, libre y protegida respecto a su vida privada entre las personas involucradas. De ahí la importancia de legislar en el ámbito local y federal con una perspectiva de género y con pleno respeto a todos los derechos humanos.


Asimismo, y más allá de precisiones técnicas, en el contexto de esta discusión, pero desde lo “oscurito” de una oficina del Congreso que no es la de un legislador o legisladora, se intentó incluir en el dictamen de violencia digital contra las mujeres, el apartado 241 Bis3, que pretendía regular la difusión de contenidos en redes sociales, confundiendo prácticas sexuales por medio de tecnologías, con pornografía y, a su vez, limitando el concepto de la violencia digital.


Parte de la propuesta incluía también la solicitud de medidas cautelares, las cuales, cabe destacar, competen únicamente al Congreso de la Unión legislar al respecto y no así a los congresos estatales, por lo que se estaría incurriendo en una invasión de competencias.


El dictamen se convirtió entonces en una serie de ocurrencias, que dio pie a elucubraciones: desde una posible “Ley Mordaza”, hasta una intención de invalidar las discusiones y mandarlas al diván del olvido. Es decir, hacerlo mal para no retomar los temas.


Las consecuencias de este grave error hubieran repercutido nuevamente en las ciudadanas, quienes al buscar justicia contra sus violentadores que difundieran imágenes de ellas vía digital, se toparían con vacíos legales y la posibilidad de libre interpretación de la ley, todo lo cual permitiría a los violentadores eludir la ley o reducir sus penas.


Es preocupante cómo desde el Gobierno del Estado no se ha emitido ni una sola comunicación al respecto, a pesar de ser una iniciativa origen de la Gobernadora y supuestamente respaldada por las y los legisladores tricolores en Sonora. Urge congruencia y compromiso con las causas de las mujeres más allá de los eventos conmemorativos.


Es indispensable también acercarse a la sociedad civil organizada, a las expertas, a las víctimas, no sólo en materia de violencia digital, sino de todos aquellos rubros que involucran a las mujeres.


Cuando construimos desde la Cámara de Diputados nuestro dictamen, emanado de la iniciativa de la llamada Ley Olimpia y el Frente Nacional para la Sororidad, incluimos voces plurales al interior de nuestra Comisión de Igualdad de Género y más allá de ella, logrando un dictamen de consenso.


Fue un trabajo articulado, de constante escucha no sólo con las promotoras iniciales, sino además con colectivas como Brujas Feministas, Red Mexicana de Prevención a la Violencia, Masculinidad es Rosa, Aquelarre Feminista, Colectivo Humanas, Colectiva Políticamente Incorrectas, Insurrectas Gobiernos, Defensoras Digitales.org quienes nos hicieron llegar sus consideraciones que fueron incluidas en el dictamen votado en el Pleno de la Cámara Baja y que próximamente será discutido en el Senado de la República.


Ante el dictamen actual, ya se han pronunciado a su vez el Observatorio Contra el Acoso México y Jurídicas Feministas A.C., reconociendo que el activismo feminista en Sonora también es parte de la propuesta.


Al respecto, hacemos un llamado respetuoso a que se construya un nuevo dictamen o, en su caso, una nueva iniciativa que parta de manera más auténtica de la Ley Olimpia y voces de parlamentos abiertos, y que logre un auténtico consenso.


De esta manera, se establecerán las medidas de coordinación entre la Federación, las entidades federativas y los municipios para prevenir, sancionar erradicar y reparar el daño ocasionado por la violencia digital, así como los principios y modalidades para garantizar que las mujeres tengamos una vida libre de violencia.


Cuando en otros estados ya comienzan a procesarse a violentadores digitales y se les imponen sanciones ejemplares, en Sonora vamos atrás, por lo que es momento de poner en primer plano la voluntad para legislar por los derechos de las mujeres. ¡Ley Olimpia ya!



Diputada federal por Morena