/ jueves 31 de mayo de 2018

La cumbre Trump- Jong Un

Un día pide una reunión, al otro día la cancela y al día siguiente dice que siempre sí. Así es como el presidente estadounidense ha venido manejando la reunión bilateral entre él y su homólogo coreano.

Sin embargo, hay que saber su pasado para entender su presente y por qué no, tener una idea de lo que pudiera resultar de la nueva relación bilateral a raíz de la cumbre del 12 de junio próximo.

Todo se remonta a inicios del siglo XX -en 1904- cuando Rusia y Japón se pelearon y dos territorios se disputaron: Corea y Manchuria (ubicada al noreste de China). En 1905 Japón gana sobre Rusia y toma influencia sobre la zona. Para 1910 el país nipón ya se había anexado Corea como territorio suyo y Estados Unidos (EU) -a la distancia- observa y al no actuar, era una aceptación tácita.

Para la segunda guerra mundial, las cosas cambiaron ya que EU y Japón se convirtieron en enemigos y al concluir dicha guerra, EU ya le había puesto los ojos a Corea. Los aliados de EU se pronunciaron a favor de dividir el territorio coreano en dos: el norte controlado por los rusos y el sur controlado por los americanos. Algo muy similar a lo que habían hecho con Alemania. Y el paralelo 38 fue la base para dividir geográficamente el territorio coreano.

Rusia tenía planeado instaurar un gobierno comunista respaldado por el ejército y liderado por Kim Il-Sung, quien era incondicional al gobierno ruso y quien se iba a caracterizar por implementar ciertos ajustes en el país (una reforma agraria y la nacionalización en sectores estratégicos) como parte de su gobierno. EU, en cambio, establecería un gobierno aliado anticomunista.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que fuera territorio de sangre. Rusia promovió en su presidente norcoreano que tan pronto los americanos salieran del sur, invadieran y esto sucedió en 1950. A esto EU rápido reaccionó por la vía “legal”. Es decir, convocó dentro del Consejo de Seguridad de la ONU a una reunión urgente y, aprovechando que no estaba presente el representante ruso, aprobaron una intervención militar en Corea del Norte. Por lo que la sangre derramada avanzaba en cuanto a territorio y muertos y fue el ejército chino quien tuvo que intervenir para que se regresara al paralelo 38 como una división de unos y de otros. Esta guerra duró tres años y al final acordaron que la frontera estaría desmilitarizada para calmar los ánimos y las provocaciones. Fue el fin de una guerra nacional pero el inicio de una nueva era donde no se firmó algún tratado de paz pero justo, era lo que se buscaba. Era un pacto de palabra ya que no hubo documento alguno.

China ha jugado un rol ambiguo durante esto ya que parecería que era aliado de EU pero en realidad, su papel ha sido más de velar sus propios intereses por ser país vecino de Corea del Norte. Mientras que Rusia vio la oportunidad para desarrollar la energía nuclear en dicho país y crear armas nucleares, que es lo que ha caracterizado a Norcorea. A pesar de que hubo el fin de la Guerra Fría, Corea del Norte y Corea del Sur siguieron su propio rumbo con el respaldo aún de Rusia y EU, respectivamente.

Desde 1985 Corea del Norte había firmado un acuerdo de no desarrollar armas nucleares, pero es evidente que no lo hizo, sino todo lo contrario, avanzó en la tecnología nuclear y esto es el punto de quiebre en la tensión actual.

En los 90´s EU realizó un embargo económico a consecuencia de los avances nucleares por lo que el país norcoreano vio con gran enojo que su economía estuviera “atada” a ser abastecida con alimentos a cambio de detener su plan nuclear. Y es así como desde esa fecha han estado llevando su relación diplomática: fría y distante.

Cuando muere el líder norcoreano, su hijo (Kim Jong-Il) asume el poder hasta el 2011, año en que éste fallece y luego su hijo (nieto del líder inicial) toma el control del país a sus escasos 27 años, pero con una formación comunista autoritaria extrema. Es un líder muy peculiar porque pareciera que juega con EU al mismo tiempo ahora, es quien pide se realice la próxima cumbre con su homólogo.

Durante el 2017 el líder Kim Jong-Un se reía de EU cuando lanzaba sus misiles por encima del territorio japonés, pero en este 2018 se reunió con el presidente de Corea del Sur. Trump se enojaba con sus misiles y la semana pasada dijo que siempre sí iría a la reunión.

Son dos líderes tiranos, muy parecidos entre sí, que tendrán una cumbre el próximo 12 de junio y la comunidad internacional espera que sea el inicio de una verdadera paz. No podemos hablar de una reunificación de las dos Coreas, eso no sucederá, pero sí es factible que, a consecuencia de dicha cumbre, hablemos de una reconciliación diplomática.

Coordinadora

Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales

Departamento de Estudios Empresariales

Universidad Iberoamericana

Experta en asuntos internacionales

aribel.contreras@ibero.mx

twitter: @aribel007

Un día pide una reunión, al otro día la cancela y al día siguiente dice que siempre sí. Así es como el presidente estadounidense ha venido manejando la reunión bilateral entre él y su homólogo coreano.

Sin embargo, hay que saber su pasado para entender su presente y por qué no, tener una idea de lo que pudiera resultar de la nueva relación bilateral a raíz de la cumbre del 12 de junio próximo.

Todo se remonta a inicios del siglo XX -en 1904- cuando Rusia y Japón se pelearon y dos territorios se disputaron: Corea y Manchuria (ubicada al noreste de China). En 1905 Japón gana sobre Rusia y toma influencia sobre la zona. Para 1910 el país nipón ya se había anexado Corea como territorio suyo y Estados Unidos (EU) -a la distancia- observa y al no actuar, era una aceptación tácita.

Para la segunda guerra mundial, las cosas cambiaron ya que EU y Japón se convirtieron en enemigos y al concluir dicha guerra, EU ya le había puesto los ojos a Corea. Los aliados de EU se pronunciaron a favor de dividir el territorio coreano en dos: el norte controlado por los rusos y el sur controlado por los americanos. Algo muy similar a lo que habían hecho con Alemania. Y el paralelo 38 fue la base para dividir geográficamente el territorio coreano.

Rusia tenía planeado instaurar un gobierno comunista respaldado por el ejército y liderado por Kim Il-Sung, quien era incondicional al gobierno ruso y quien se iba a caracterizar por implementar ciertos ajustes en el país (una reforma agraria y la nacionalización en sectores estratégicos) como parte de su gobierno. EU, en cambio, establecería un gobierno aliado anticomunista.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que fuera territorio de sangre. Rusia promovió en su presidente norcoreano que tan pronto los americanos salieran del sur, invadieran y esto sucedió en 1950. A esto EU rápido reaccionó por la vía “legal”. Es decir, convocó dentro del Consejo de Seguridad de la ONU a una reunión urgente y, aprovechando que no estaba presente el representante ruso, aprobaron una intervención militar en Corea del Norte. Por lo que la sangre derramada avanzaba en cuanto a territorio y muertos y fue el ejército chino quien tuvo que intervenir para que se regresara al paralelo 38 como una división de unos y de otros. Esta guerra duró tres años y al final acordaron que la frontera estaría desmilitarizada para calmar los ánimos y las provocaciones. Fue el fin de una guerra nacional pero el inicio de una nueva era donde no se firmó algún tratado de paz pero justo, era lo que se buscaba. Era un pacto de palabra ya que no hubo documento alguno.

China ha jugado un rol ambiguo durante esto ya que parecería que era aliado de EU pero en realidad, su papel ha sido más de velar sus propios intereses por ser país vecino de Corea del Norte. Mientras que Rusia vio la oportunidad para desarrollar la energía nuclear en dicho país y crear armas nucleares, que es lo que ha caracterizado a Norcorea. A pesar de que hubo el fin de la Guerra Fría, Corea del Norte y Corea del Sur siguieron su propio rumbo con el respaldo aún de Rusia y EU, respectivamente.

Desde 1985 Corea del Norte había firmado un acuerdo de no desarrollar armas nucleares, pero es evidente que no lo hizo, sino todo lo contrario, avanzó en la tecnología nuclear y esto es el punto de quiebre en la tensión actual.

En los 90´s EU realizó un embargo económico a consecuencia de los avances nucleares por lo que el país norcoreano vio con gran enojo que su economía estuviera “atada” a ser abastecida con alimentos a cambio de detener su plan nuclear. Y es así como desde esa fecha han estado llevando su relación diplomática: fría y distante.

Cuando muere el líder norcoreano, su hijo (Kim Jong-Il) asume el poder hasta el 2011, año en que éste fallece y luego su hijo (nieto del líder inicial) toma el control del país a sus escasos 27 años, pero con una formación comunista autoritaria extrema. Es un líder muy peculiar porque pareciera que juega con EU al mismo tiempo ahora, es quien pide se realice la próxima cumbre con su homólogo.

Durante el 2017 el líder Kim Jong-Un se reía de EU cuando lanzaba sus misiles por encima del territorio japonés, pero en este 2018 se reunió con el presidente de Corea del Sur. Trump se enojaba con sus misiles y la semana pasada dijo que siempre sí iría a la reunión.

Son dos líderes tiranos, muy parecidos entre sí, que tendrán una cumbre el próximo 12 de junio y la comunidad internacional espera que sea el inicio de una verdadera paz. No podemos hablar de una reunificación de las dos Coreas, eso no sucederá, pero sí es factible que, a consecuencia de dicha cumbre, hablemos de una reconciliación diplomática.

Coordinadora

Licenciatura en Administración de Negocios Internacionales

Departamento de Estudios Empresariales

Universidad Iberoamericana

Experta en asuntos internacionales

aribel.contreras@ibero.mx

twitter: @aribel007