/ sábado 17 de junio de 2023

La moviola | The Flash: El secreto está en el plagio y Festival Internacional de Cine del Bajío

@lamoviola

Arden las redes con el más reciente Blockbuster. Se ven de nueva cuenta las afirmaciones tajantes que The Flash (Andrés Muschietti, 2022), es lo mejor de lo mejor en el género. Llueven los elogios para Ezra Miller, por su trabajo. Ya es costumbre pues, que las intensas campañas publicitarias en las que participan con gusto e inocencia influencers y compañía elogien el súper estreno, hasta la llegada claro, del que sigue. Raudos y veloces entonces, cambiarán de opinión y destronarán a su más reciente amor. Y mientras tanto, en el Salón de la Justicia, la lógica dice, vamos por partes.

En The Flash, el secreto está en el plagio, la meta ficción y un gozoso desparpajo, a la par de si, hay que reconocerlo, un entendimiento final, tarde pero sin sueño, del universo, el canon y las reglas que se quieren retratar.

Por un lado, el filme no va más lejos que asuntos como Spider-Man: Sin camino a casa ( Jon Watts, 2021), o el más reciente rollo Spider -Man: a través del Spider -Verso, y por supuesto, el gastado chiste, recurrente en toda la película sobre Volver al futuro ( Zemeckis, 1985-1990). Calcar es el crimen y hacer bromas sobre el hecho, el atenuante.

Todo, ante un público sin más referentes que los otorgados por el propio emisor. Por ahí se dice que la originalidad no es punto de partida sino de llegada. En este caso, y para la industria más comercial, el Multiverso, resulta un punto de estación, de paro. Lo que sorprende, es la complacencia del espectador ante lo visto, ya no como canon, sino como receta.

Por otro lado, The Flash, es la confirmación de la ruptura de fondo del universo de la ficción. El mito no es Batman, sino Keaton y ahí, tenemos un problema. La metaficción como uno de los pilares de la trama, que sí ,hay que reconocerlo, por fin entiende el modito y tono del universo. Una película en la mejor tradición de los cómics de DC, en su época setentera y ochentera. Nacido justo en los setenta, Muschietti entiende el rollo y toca con habilidad la sensibilidad referencial de varias generaciones. Punto, pues a su favor.

¿La trama ? Mínima pero con aciertos en el ritmo, los primeros veinte minutos no se anda con rodeos y son muy entretenidos: Barry Allen/Flash (Ezra Miller, sobreviviente de brutales crisis en las tierras infinitas), quiere enmendar el pasado, para evitar la tragedia que lo persigue: la muerte de su madre asesinada Nora ( Maribel Verdú), y la acusación a su padre de este hecho. Bruce Wayne (Affleck, que huele a apestado y ni crédito le dan), le advierte del peligro que esto traería, pero el joven, cual Milles Morales, hace su capricho y lo demás, viene detrás. Pasada una hora aparece Keaton como Batman (digno y en plan de me vale), para hacer pasable la película. Lo interesante es como la industria de Hollywood, con tal de salvar el barco que Snyder hundió recurre al desparpajo como acto final.

En resumen : Miller está bien, no es la actuación del año, pero bueno, Keaton es un agasajo en una cínica parodia de Birdman ( González Iñárritu, 2014), aparece la empoderada Super Girl (Sasha Calle), y hasta el General Zod (Michael Shannon, que se desaparece casi toda la película para hacer un buen acto final), pululan en la historia.

Tal vez lo destacable sea el uso de imágenes de actores ya desaparecidos para momentos clave de la historia. Asunto ético y signo de los tiempos.

En corto

Diversidad, análisis, un reconocimiento al espacio de la crítica y cine alternativo, son el espíritu joven del Festival Internacional de Cine del Bajío, que del 13 al 17 de este mes se vive en Guanajuato.

Eventos que equilibran proyecciones gratuitas, presentaciones de libro y sobre todo un ambiente de libertad y arte. La próxima semana, les cuento a detalle.


@lamoviola

Arden las redes con el más reciente Blockbuster. Se ven de nueva cuenta las afirmaciones tajantes que The Flash (Andrés Muschietti, 2022), es lo mejor de lo mejor en el género. Llueven los elogios para Ezra Miller, por su trabajo. Ya es costumbre pues, que las intensas campañas publicitarias en las que participan con gusto e inocencia influencers y compañía elogien el súper estreno, hasta la llegada claro, del que sigue. Raudos y veloces entonces, cambiarán de opinión y destronarán a su más reciente amor. Y mientras tanto, en el Salón de la Justicia, la lógica dice, vamos por partes.

En The Flash, el secreto está en el plagio, la meta ficción y un gozoso desparpajo, a la par de si, hay que reconocerlo, un entendimiento final, tarde pero sin sueño, del universo, el canon y las reglas que se quieren retratar.

Por un lado, el filme no va más lejos que asuntos como Spider-Man: Sin camino a casa ( Jon Watts, 2021), o el más reciente rollo Spider -Man: a través del Spider -Verso, y por supuesto, el gastado chiste, recurrente en toda la película sobre Volver al futuro ( Zemeckis, 1985-1990). Calcar es el crimen y hacer bromas sobre el hecho, el atenuante.

Todo, ante un público sin más referentes que los otorgados por el propio emisor. Por ahí se dice que la originalidad no es punto de partida sino de llegada. En este caso, y para la industria más comercial, el Multiverso, resulta un punto de estación, de paro. Lo que sorprende, es la complacencia del espectador ante lo visto, ya no como canon, sino como receta.

Por otro lado, The Flash, es la confirmación de la ruptura de fondo del universo de la ficción. El mito no es Batman, sino Keaton y ahí, tenemos un problema. La metaficción como uno de los pilares de la trama, que sí ,hay que reconocerlo, por fin entiende el modito y tono del universo. Una película en la mejor tradición de los cómics de DC, en su época setentera y ochentera. Nacido justo en los setenta, Muschietti entiende el rollo y toca con habilidad la sensibilidad referencial de varias generaciones. Punto, pues a su favor.

¿La trama ? Mínima pero con aciertos en el ritmo, los primeros veinte minutos no se anda con rodeos y son muy entretenidos: Barry Allen/Flash (Ezra Miller, sobreviviente de brutales crisis en las tierras infinitas), quiere enmendar el pasado, para evitar la tragedia que lo persigue: la muerte de su madre asesinada Nora ( Maribel Verdú), y la acusación a su padre de este hecho. Bruce Wayne (Affleck, que huele a apestado y ni crédito le dan), le advierte del peligro que esto traería, pero el joven, cual Milles Morales, hace su capricho y lo demás, viene detrás. Pasada una hora aparece Keaton como Batman (digno y en plan de me vale), para hacer pasable la película. Lo interesante es como la industria de Hollywood, con tal de salvar el barco que Snyder hundió recurre al desparpajo como acto final.

En resumen : Miller está bien, no es la actuación del año, pero bueno, Keaton es un agasajo en una cínica parodia de Birdman ( González Iñárritu, 2014), aparece la empoderada Super Girl (Sasha Calle), y hasta el General Zod (Michael Shannon, que se desaparece casi toda la película para hacer un buen acto final), pululan en la historia.

Tal vez lo destacable sea el uso de imágenes de actores ya desaparecidos para momentos clave de la historia. Asunto ético y signo de los tiempos.

En corto

Diversidad, análisis, un reconocimiento al espacio de la crítica y cine alternativo, son el espíritu joven del Festival Internacional de Cine del Bajío, que del 13 al 17 de este mes se vive en Guanajuato.

Eventos que equilibran proyecciones gratuitas, presentaciones de libro y sobre todo un ambiente de libertad y arte. La próxima semana, les cuento a detalle.