/ martes 18 de junio de 2019

La nueva escuela mexicana

El concepto de Nueva Escuela Mexicana busca englobar todas las características del nuevo acuerdo educativo consagrado en la reciente reforma al artículo 3° constitucional. Un aspecto novedoso y relevante de la misma es la incorporación de una visión regionalizada, que toma en cuenta las realidades económicas, geográficas, sociales y culturales de las diferentes zonas de un país tan grande y diverso como el nuestro.

Se incluye por primera vez la perspectiva de género en los planes y programas de estudio y se precisan contenidos de los mismos, que deben abarcar las ciencias y las humanidades, específicamente: “la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras.”

Se incluye un vocablo novedoso: literacidad, anglicismo que en realidad era innecesario, pero que recoge el punto de vista de un sector de legisladores sobre los que ha influido la literatura extranjera. En principio “literacy” en inglés significaba “habilidad para leer y escribir”, posteriormente se han incluido en su significado aptitudes matemáticas e incluso las relacionadas con el manejo de equipos de cómputo.

De cualquier manera, tanto las matemáticas como la lecto-escritura ya estaban mencionadas, pero suelen recogerse en la Constitución apreciaciones específicas de los partícipes en el proceso legislativo, no obstante queda la duda de si conviene incorporar estas novedades con las cuales no está familiarizado el lector.

Especial importancia reviste la referencia explícita al civismo como un contenido que debe formar parte de los planes y programas de estudios en todos los niveles educativos. Independientemente de que en la educación básica puede ser una materia concreta, en otros niveles puede formar parte de la currícula, expresándose en materias como la ética profesional. También adquiere un lugar importante en los planes y programas de estudios la Filosofía, disciplina que contribuye a la formación integral y que no había sido mencionada en los proyectos educativos.

Se distingue entre la educación física y el deporte porque la primera supone una disciplina para la realización de ejercicios y fortalecimiento del cuerpo, pero el deporte representa una acción diferente que abarca la competencia individual o en grupo, ambas formativas, pero esta última permite desarrollar no solo destrezas físicas sino valores de colaboración.

Igualmente es trascendental la mención específica en el artículo 3° de las lenguas indígenas que, si bien ya se contemplaban en el precepto inmediato anterior, ahí adquieren una dimensión más amplia porque su conocimiento debe también ser materia al alcance de niños y niñas que solo hablan castellano. No necesariamente tendrán que aprender plenamente una lengua indígena, pero sí familiarizarse con algunos de sus aspectos y, en las zonas indígenas, todos los niños deberán ser bilingües porque ambos idiomas deben tener el mismo rango. Es de gran relevancia también que se incluya el estudio de las lenguas extranjeras si bien se entiende que básicamente deberá darse prioridad al idioma inglés porque actualmente es la lingua franca mundial, y el acceso a muchos materiales para el estudiante de niveles avanzados, está restringido a esa lengua. Además, las oportunidades de trabajo mejoran con el dominio del idioma inglés, aunque esto es válido asimismo con el manejo de lenguas adicionales.

La educación sexual, colocada en el rango constitucional debe jugar un papel muy importante, en particular, para incidir en la solución del problema de los embarazos adolescentes que ha alcanzado dimensiones alarmantes.

El texto reformado tuvo el acierto de conservar varios elementos provenientes de la reforma de 1946, como la ratificación del carácter laico de la educación; así como la expresión referida al carácter democrático de la misma que considera a la democracia “no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.” Se ratifica también el carácter nacional de la educación en cuanto “—sin hostilidades ni exclusivismos— atenderá a la comprensión de nuestros problemas, el aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura”.

En estos tiempos, la independencia económica conlleva a la necesidad de incluir en los procesos educativos la tendencia a la diversificación de nuestras relaciones comerciales para no tener que depender únicamente del mercado estadounidense.

eduardoandrade1948@gmail.com

El concepto de Nueva Escuela Mexicana busca englobar todas las características del nuevo acuerdo educativo consagrado en la reciente reforma al artículo 3° constitucional. Un aspecto novedoso y relevante de la misma es la incorporación de una visión regionalizada, que toma en cuenta las realidades económicas, geográficas, sociales y culturales de las diferentes zonas de un país tan grande y diverso como el nuestro.

Se incluye por primera vez la perspectiva de género en los planes y programas de estudio y se precisan contenidos de los mismos, que deben abarcar las ciencias y las humanidades, específicamente: “la enseñanza de las matemáticas, la lecto-escritura, la literacidad, la historia, la geografía, el civismo, la filosofía, la tecnología, la innovación, las lenguas indígenas de nuestro país, las lenguas extranjeras, la educación física, el deporte, las artes, en especial la música, la promoción de estilos de vida saludables, la educación sexual y reproductiva y el cuidado al medio ambiente, entre otras.”

Se incluye un vocablo novedoso: literacidad, anglicismo que en realidad era innecesario, pero que recoge el punto de vista de un sector de legisladores sobre los que ha influido la literatura extranjera. En principio “literacy” en inglés significaba “habilidad para leer y escribir”, posteriormente se han incluido en su significado aptitudes matemáticas e incluso las relacionadas con el manejo de equipos de cómputo.

De cualquier manera, tanto las matemáticas como la lecto-escritura ya estaban mencionadas, pero suelen recogerse en la Constitución apreciaciones específicas de los partícipes en el proceso legislativo, no obstante queda la duda de si conviene incorporar estas novedades con las cuales no está familiarizado el lector.

Especial importancia reviste la referencia explícita al civismo como un contenido que debe formar parte de los planes y programas de estudios en todos los niveles educativos. Independientemente de que en la educación básica puede ser una materia concreta, en otros niveles puede formar parte de la currícula, expresándose en materias como la ética profesional. También adquiere un lugar importante en los planes y programas de estudios la Filosofía, disciplina que contribuye a la formación integral y que no había sido mencionada en los proyectos educativos.

Se distingue entre la educación física y el deporte porque la primera supone una disciplina para la realización de ejercicios y fortalecimiento del cuerpo, pero el deporte representa una acción diferente que abarca la competencia individual o en grupo, ambas formativas, pero esta última permite desarrollar no solo destrezas físicas sino valores de colaboración.

Igualmente es trascendental la mención específica en el artículo 3° de las lenguas indígenas que, si bien ya se contemplaban en el precepto inmediato anterior, ahí adquieren una dimensión más amplia porque su conocimiento debe también ser materia al alcance de niños y niñas que solo hablan castellano. No necesariamente tendrán que aprender plenamente una lengua indígena, pero sí familiarizarse con algunos de sus aspectos y, en las zonas indígenas, todos los niños deberán ser bilingües porque ambos idiomas deben tener el mismo rango. Es de gran relevancia también que se incluya el estudio de las lenguas extranjeras si bien se entiende que básicamente deberá darse prioridad al idioma inglés porque actualmente es la lingua franca mundial, y el acceso a muchos materiales para el estudiante de niveles avanzados, está restringido a esa lengua. Además, las oportunidades de trabajo mejoran con el dominio del idioma inglés, aunque esto es válido asimismo con el manejo de lenguas adicionales.

La educación sexual, colocada en el rango constitucional debe jugar un papel muy importante, en particular, para incidir en la solución del problema de los embarazos adolescentes que ha alcanzado dimensiones alarmantes.

El texto reformado tuvo el acierto de conservar varios elementos provenientes de la reforma de 1946, como la ratificación del carácter laico de la educación; así como la expresión referida al carácter democrático de la misma que considera a la democracia “no solamente como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo.” Se ratifica también el carácter nacional de la educación en cuanto “—sin hostilidades ni exclusivismos— atenderá a la comprensión de nuestros problemas, el aprovechamiento de nuestros recursos, a la defensa de nuestra independencia política, al aseguramiento de nuestra independencia económica y a la continuidad y acrecentamiento de nuestra cultura”.

En estos tiempos, la independencia económica conlleva a la necesidad de incluir en los procesos educativos la tendencia a la diversificación de nuestras relaciones comerciales para no tener que depender únicamente del mercado estadounidense.

eduardoandrade1948@gmail.com