/ martes 5 de abril de 2022

Los beneficiarios de la revocación de mandato

Para iniciar un procedimiento de solicitud de consulta popular, en este caso para la revocación de mandato, se requiere el 3% de firmas de la lista nominal de 17 de las 32 entidades federativas, el mismo porcentaje de la lista nominal nacional, esto por lo que hace a la solicitud ciudadana. Ahora, para llevar a cabo la validez del proceso de revocación, se requiere la participación mínima del 40% de los electores, es decir, poco menos de 38 millones de mexicanos que deben votar para que sea vinculante.

El 10 de abril se llevará a cabo el ejercicio inédito de revocación de mandato que podrá realizarse cada 3 años, tomando en cuenta que puede llevarse a cabo en las entidades federativas con los titulares de las gubernaturas, si así la ciudadanía lo decide mediante el procedimiento señalado; sería deseable que este mecanismo fuera obligatorio y forme parte del presupuesto de egresos de la federación y de los estados.

Con la revocación de mandato se ratifica a nivel nacional la presencia electoral y de operación política de regidores, alcaldes, gobernadores y liderazgos de organizaciones políticas que integran el movimiento de regeneración nacional, mismo que es sabido se compone de múltiples expresiones y no necesariamente solo de militantes de Morena, de hecho, estos últimos son la minoría.

Los liderazgos locales se ponen a prueba, es un laboratorio electoral donde también se definirán, de manera anticipada, quién aporta cuánto en la influencia política nacional, y sin duda beneficia a la legitimidad que requiere el presidente para que su legado se garantice al 2024 y al siguiente sexenio.

Es avalar las becas a jóvenes y los apoyos a los adultos mayores, traducidos hoy en derechos constitucionales. Es avalar las magnas construcciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles como el Tren Maya, que darán desarrollo económico a zonas que fueron olvidadas por varios sexenios.

Salen ganando también las y los aspirantes a suceder al presidente de la República, pues la promoción que realicen mostrará su lealtad al proyecto de transformación, al mismo tiempo que se les pondrá a prueba para ver qué le aporta cada uno al proyecto de transformación.

Gana también a una maquinaria electoral que espera con ansias los comicios que decidirán los cargos en el Ejecutivo y también en el Legislativo, mantiene su vigencia donde además se pueden renovar y cumplir los compromisos que, en ocasiones, al no hacerlo, hacen que la estructura se desilusione con su incumplimiento. También da certeza a los inversionistas nacionales y extranjeros, ya que se da garantías del estado que guarda la situación político electoral del país y por supuesto beneficia al estado de gobernanza y gobernabilidad pues se demuestra que, en cualquier momento, más allá de una tradicional elección en el país se ejercen derechos casi exclusivos con respecto al resto del mundo.

Se beneficia la economía interna, ya que tanto para las campañas que realizan los ciudadanos y su movilización, se utiliza la infraestructura operativa que se requiere en una elección con las magnitudes casi similares a la de una federal.

Con la revocación de mandato gana la cultura democrática del país, donde una vez más con la innovación de un movimiento social se escribe una página en la historia de México.

Para iniciar un procedimiento de solicitud de consulta popular, en este caso para la revocación de mandato, se requiere el 3% de firmas de la lista nominal de 17 de las 32 entidades federativas, el mismo porcentaje de la lista nominal nacional, esto por lo que hace a la solicitud ciudadana. Ahora, para llevar a cabo la validez del proceso de revocación, se requiere la participación mínima del 40% de los electores, es decir, poco menos de 38 millones de mexicanos que deben votar para que sea vinculante.

El 10 de abril se llevará a cabo el ejercicio inédito de revocación de mandato que podrá realizarse cada 3 años, tomando en cuenta que puede llevarse a cabo en las entidades federativas con los titulares de las gubernaturas, si así la ciudadanía lo decide mediante el procedimiento señalado; sería deseable que este mecanismo fuera obligatorio y forme parte del presupuesto de egresos de la federación y de los estados.

Con la revocación de mandato se ratifica a nivel nacional la presencia electoral y de operación política de regidores, alcaldes, gobernadores y liderazgos de organizaciones políticas que integran el movimiento de regeneración nacional, mismo que es sabido se compone de múltiples expresiones y no necesariamente solo de militantes de Morena, de hecho, estos últimos son la minoría.

Los liderazgos locales se ponen a prueba, es un laboratorio electoral donde también se definirán, de manera anticipada, quién aporta cuánto en la influencia política nacional, y sin duda beneficia a la legitimidad que requiere el presidente para que su legado se garantice al 2024 y al siguiente sexenio.

Es avalar las becas a jóvenes y los apoyos a los adultos mayores, traducidos hoy en derechos constitucionales. Es avalar las magnas construcciones del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles como el Tren Maya, que darán desarrollo económico a zonas que fueron olvidadas por varios sexenios.

Salen ganando también las y los aspirantes a suceder al presidente de la República, pues la promoción que realicen mostrará su lealtad al proyecto de transformación, al mismo tiempo que se les pondrá a prueba para ver qué le aporta cada uno al proyecto de transformación.

Gana también a una maquinaria electoral que espera con ansias los comicios que decidirán los cargos en el Ejecutivo y también en el Legislativo, mantiene su vigencia donde además se pueden renovar y cumplir los compromisos que, en ocasiones, al no hacerlo, hacen que la estructura se desilusione con su incumplimiento. También da certeza a los inversionistas nacionales y extranjeros, ya que se da garantías del estado que guarda la situación político electoral del país y por supuesto beneficia al estado de gobernanza y gobernabilidad pues se demuestra que, en cualquier momento, más allá de una tradicional elección en el país se ejercen derechos casi exclusivos con respecto al resto del mundo.

Se beneficia la economía interna, ya que tanto para las campañas que realizan los ciudadanos y su movilización, se utiliza la infraestructura operativa que se requiere en una elección con las magnitudes casi similares a la de una federal.

Con la revocación de mandato gana la cultura democrática del país, donde una vez más con la innovación de un movimiento social se escribe una página en la historia de México.