/ domingo 6 de agosto de 2023

Adán en defensa de la educación pública

José Vasconcelos es un referente fundacional de la educación pública en México, “al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, a favor de los que nada saben, me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productora de cada mano que trabaja y la potencia de cada cerebro que piensa”. A iniciativa de este valiente abogado, político, escritor y educador, además de Secretario de Educación Pública (entonces Ministro), se creó esta institución convertida en Secretaría de Educación Pública con la finalidad de asegurar el acceso a TODA la población mexicana a la educación de calidad -en el nivel y modalidad que se requiera y en el lugar donde se demande-.

El modelo de educación pública está compuesto por el nivel básico, medio superior, y superior, y está consagrada en el Artículo 3º Constitucional donde se garantiza que la educación otorgada por el Estado Mexicano debe ser gratuita, laica y obligatoria.

En este sentido la historia de la educación debe ser entendida como un bien público y de alcance común, donde su principal bandera sea el de la justicia social, entendiendo como tal la democratización del educando desde la educación elemental.

Entre los diversos métodos y modelos educativos del mundo, el constructivista que hace más de 100 años fue empleado en el sistema creado por María Montessori, convierte al estudiante en el principal actor de la relación enseñanza-aprendizaje, pues el alumno aprende a resolver problemáticas reales y el docente se convierte en un instructor y orientador de la construcción de la personalidad de los pupilos.

El sistema constructivista que se emplea en México desde la educación pública, es el que se utiliza en Finlandia, considerado el mejor sistema educativo del mundo.

Como una estrategia del Gobierno de México, desde hace casi 70 años, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, la cual, entre otras funciones, desarrolla con la ayuda de expertos en pedagogía y padres de familia, basándose en las necesidades coyunturales de la Nación, los textos en cada una de las distintas materias que sirven como base o guía para la educación en México.

Cada gobierno, como parte de un sello particular, ha impreso la visión ideológica correspondiente respecto al modelo de país que se está construyendo día a día. Así los sexenios anteriores eliminaron capítulos completos de la historia de México, donde la lucha popular y social fue prácticamente eliminada como si nunca hubiera existido, en un intento de borrar la presencia popular en la construcción de la democracia actual, era omitir los méritos de la lucha social.

La propuesta hecha una realidad de los nuevos libros de texto, defiende a ultranza la educación pública, laica y gratuita, reconociendo la construcción de las múltiples batallas que desde la academia, la lucha campesina, obrera, de las mujeres, y de los más diversos sectores de la muy plural sociedad mexicana, han aportado para la construcción de este país, esto es lo que se defiende como verdad, como parte integral de este México nuevo que se defiende, más allá de intereses globales, patriotas y nacionalistas, como lo ha mencionado Adán Augusto López Hernández en la defensa de un instrumento básico y fundamental que son los libros de texto. Los reaccionarios, los malinchistas convertidos en conservadores, defienden su agenda, la globalista, la de apuesta al olvido y menosprecio de las valiosas aportaciones de los marginados y olvidados.

El uso del lenguaje coloquial del español mexicano que se habla en cada región del país, los usos y costumbres, constitucionalmente reconocidos, así como la idiosincrasia de todo mexicano, debe ser orgullosamente reconocida como una realidad a la vista de todos, llena de cultura, de pasado y presente único donde la educación básica debe ser ejemplo de educación humanística.

José Vasconcelos es un referente fundacional de la educación pública en México, “al decir educación me refiero a una enseñanza directa de parte de los que saben algo, a favor de los que nada saben, me refiero a una enseñanza que sirva para aumentar la capacidad productora de cada mano que trabaja y la potencia de cada cerebro que piensa”. A iniciativa de este valiente abogado, político, escritor y educador, además de Secretario de Educación Pública (entonces Ministro), se creó esta institución convertida en Secretaría de Educación Pública con la finalidad de asegurar el acceso a TODA la población mexicana a la educación de calidad -en el nivel y modalidad que se requiera y en el lugar donde se demande-.

El modelo de educación pública está compuesto por el nivel básico, medio superior, y superior, y está consagrada en el Artículo 3º Constitucional donde se garantiza que la educación otorgada por el Estado Mexicano debe ser gratuita, laica y obligatoria.

En este sentido la historia de la educación debe ser entendida como un bien público y de alcance común, donde su principal bandera sea el de la justicia social, entendiendo como tal la democratización del educando desde la educación elemental.

Entre los diversos métodos y modelos educativos del mundo, el constructivista que hace más de 100 años fue empleado en el sistema creado por María Montessori, convierte al estudiante en el principal actor de la relación enseñanza-aprendizaje, pues el alumno aprende a resolver problemáticas reales y el docente se convierte en un instructor y orientador de la construcción de la personalidad de los pupilos.

El sistema constructivista que se emplea en México desde la educación pública, es el que se utiliza en Finlandia, considerado el mejor sistema educativo del mundo.

Como una estrategia del Gobierno de México, desde hace casi 70 años, se creó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito, la cual, entre otras funciones, desarrolla con la ayuda de expertos en pedagogía y padres de familia, basándose en las necesidades coyunturales de la Nación, los textos en cada una de las distintas materias que sirven como base o guía para la educación en México.

Cada gobierno, como parte de un sello particular, ha impreso la visión ideológica correspondiente respecto al modelo de país que se está construyendo día a día. Así los sexenios anteriores eliminaron capítulos completos de la historia de México, donde la lucha popular y social fue prácticamente eliminada como si nunca hubiera existido, en un intento de borrar la presencia popular en la construcción de la democracia actual, era omitir los méritos de la lucha social.

La propuesta hecha una realidad de los nuevos libros de texto, defiende a ultranza la educación pública, laica y gratuita, reconociendo la construcción de las múltiples batallas que desde la academia, la lucha campesina, obrera, de las mujeres, y de los más diversos sectores de la muy plural sociedad mexicana, han aportado para la construcción de este país, esto es lo que se defiende como verdad, como parte integral de este México nuevo que se defiende, más allá de intereses globales, patriotas y nacionalistas, como lo ha mencionado Adán Augusto López Hernández en la defensa de un instrumento básico y fundamental que son los libros de texto. Los reaccionarios, los malinchistas convertidos en conservadores, defienden su agenda, la globalista, la de apuesta al olvido y menosprecio de las valiosas aportaciones de los marginados y olvidados.

El uso del lenguaje coloquial del español mexicano que se habla en cada región del país, los usos y costumbres, constitucionalmente reconocidos, así como la idiosincrasia de todo mexicano, debe ser orgullosamente reconocida como una realidad a la vista de todos, llena de cultura, de pasado y presente único donde la educación básica debe ser ejemplo de educación humanística.