/ jueves 23 de marzo de 2023

Más mujeres innovadoras y menos “Matildas” 

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


En pleno siglo XXI aún existe desigualdad de oportunidades para para que niñas y mujeres inicien y se desarrollen en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

Recordemos que algunos de los inventos e innovaciones más extraordinarios que existen en el mundo son resultado del esfuerzo de muchas mujeres del sector STEM, como Françoise Barré-Sinoussi (1947), reconocida por su hallazgo del VIH como causante del SIDA, y Marie Curie (1867-1934) quien, junto a su esposo Pierre, descubrió dos nuevos elementos químicos en la tabla periódica: polonio y radio. Un hallazgo que abrió las puertas al desarrollo de los rayos X y posteriormente al fenómeno de la radiactividad. Dos grandes científicas, ejemplo de lo que la mujer ha contribuido al progreso de la ciencia y la innovación.

Sin embargo, seguimos enfrentando un ambiente poco favorable en equidad. De acuerdo con un reporte publicado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), sólo 3 de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, son mujeres.1

Esta brecha empieza en la infancia y se extiende hasta la vida profesional y el mercado laboral: por cada $100 pesos que gana un hombre en carreras STEM, una mujer gana $82 pesos.2 Además, en México, sólo 61.5 mujeres están incorporadas al Sistema Nacional de Investigadores por cada cien hombres.3

Estas estadísticas sorprenden en un momento en que la tecnología sustenta gran parte de la innovación y el crecimiento en el mundo de hoy. Más sorprendente es, que aún con las buenas intenciones por reducir las brechas de género, la realidad es que siguen existiendo “Matildas” en el mundo de la ciencia e investigación.

#NoMásMatildas

¿Te imaginas qué hubiera pasado si Einstein hubiera nacido mujer? Probablemente hoy no sabríamos quién fue Einstein. Con esta reflexión es como se dio a conocer en Europa, la campaña “No more Matildas” (“No más Matildas”), impulsada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de España, que da visibilidad a la mujer en la ciencia, como fuente de inspiración de las niñas de hoy y científicas de mañana4.

Matilda Joslyn Gage fue una activista norteamericana que luchó por los derechos de las mujeres y de las minorías y en honor a ella se lleva a cabo esta campaña. La campaña pretende señalar la injusticia que ha silenciado e ignorado brillantes hallazgos de científicas durante la historia, en línea con el conocido “Efecto Matilda” el cual señala la discriminación que se produce en contra de los logros de las mujeres científicas.

Las carreras STEM se perfilan como las carreras del futuro, entonces los invito a reflexionar seriamente qué tenemos que hacer para erradicar la disparidad de género e impulsar la innovación científica, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sustentable entre y para las mujeres.

Fomentar la participación equitativa de mujeres y niñas en el acceso a la educación y a la ciencia, garantiza la diversidad en la investigación, genera nuevas perspectivas de desarrollo profesional y contribuye a la eliminación de brechas como las salariales. Sólo así lograremos la diversidad de talento que permitirá incrementar la productividad científica y dar impulso a las carreras del futuro. Ello conducirá a nuestro país hacia un ecosistema de innovación más robusto, que responda mejor a las necesidades de salud de la población.

Cristóbal Thompson, Director Ejecutivo de AMIIF


En pleno siglo XXI aún existe desigualdad de oportunidades para para que niñas y mujeres inicien y se desarrollen en carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés).

Recordemos que algunos de los inventos e innovaciones más extraordinarios que existen en el mundo son resultado del esfuerzo de muchas mujeres del sector STEM, como Françoise Barré-Sinoussi (1947), reconocida por su hallazgo del VIH como causante del SIDA, y Marie Curie (1867-1934) quien, junto a su esposo Pierre, descubrió dos nuevos elementos químicos en la tabla periódica: polonio y radio. Un hallazgo que abrió las puertas al desarrollo de los rayos X y posteriormente al fenómeno de la radiactividad. Dos grandes científicas, ejemplo de lo que la mujer ha contribuido al progreso de la ciencia y la innovación.

Sin embargo, seguimos enfrentando un ambiente poco favorable en equidad. De acuerdo con un reporte publicado por el Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), sólo 3 de cada 10 profesionistas que eligieron carreras relacionadas con ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, son mujeres.1

Esta brecha empieza en la infancia y se extiende hasta la vida profesional y el mercado laboral: por cada $100 pesos que gana un hombre en carreras STEM, una mujer gana $82 pesos.2 Además, en México, sólo 61.5 mujeres están incorporadas al Sistema Nacional de Investigadores por cada cien hombres.3

Estas estadísticas sorprenden en un momento en que la tecnología sustenta gran parte de la innovación y el crecimiento en el mundo de hoy. Más sorprendente es, que aún con las buenas intenciones por reducir las brechas de género, la realidad es que siguen existiendo “Matildas” en el mundo de la ciencia e investigación.

#NoMásMatildas

¿Te imaginas qué hubiera pasado si Einstein hubiera nacido mujer? Probablemente hoy no sabríamos quién fue Einstein. Con esta reflexión es como se dio a conocer en Europa, la campaña “No more Matildas” (“No más Matildas”), impulsada por la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT) de España, que da visibilidad a la mujer en la ciencia, como fuente de inspiración de las niñas de hoy y científicas de mañana4.

Matilda Joslyn Gage fue una activista norteamericana que luchó por los derechos de las mujeres y de las minorías y en honor a ella se lleva a cabo esta campaña. La campaña pretende señalar la injusticia que ha silenciado e ignorado brillantes hallazgos de científicas durante la historia, en línea con el conocido “Efecto Matilda” el cual señala la discriminación que se produce en contra de los logros de las mujeres científicas.

Las carreras STEM se perfilan como las carreras del futuro, entonces los invito a reflexionar seriamente qué tenemos que hacer para erradicar la disparidad de género e impulsar la innovación científica, el crecimiento inclusivo y el desarrollo sustentable entre y para las mujeres.

Fomentar la participación equitativa de mujeres y niñas en el acceso a la educación y a la ciencia, garantiza la diversidad en la investigación, genera nuevas perspectivas de desarrollo profesional y contribuye a la eliminación de brechas como las salariales. Sólo así lograremos la diversidad de talento que permitirá incrementar la productividad científica y dar impulso a las carreras del futuro. Ello conducirá a nuestro país hacia un ecosistema de innovación más robusto, que responda mejor a las necesidades de salud de la población.